Ya hace rato que lo están inventando

Por Servando González


En un artículo publicado el pasado 14 de diciembre del 2006 en El Nuevo Herald, Soren Triff pregunta: "¿Quién inventará a Raúl Castro?", y luego aclara que, "Dice el periodista Anthony dePalma, en su reciente libro The Man who invented Fidel, que Herbert Matthews creó la figura de Fidel Castro en los medios de comunicación. Pero ¿quién va a inventar a Raúl Castro?"

Lamentablemente, algunos periodistas como dePalma no tienen mucho tiempo para investigar seriamente la historia, y llega un momento en que comienzan no sólo a creerse sus propias estupideces, sino también las difundidas por otros periodistas. Porque hay que ser muy crédulo, o muy ignorante, o muy mal intencionado, para afirmar, como lo hace dePalma, que Matthews fue quién creó el mito de Castro. Como agente de tercera categoría, Matthews tan sólo se limitó a difundir el mito que un agente de segunda categoría, Sulzberger, el editor del New York Times, le sopló al oído. Lo más probable es que David o Nelson Rockefeller a su vez se lo hayan soplado al oído a Sulzberger en uno de lo conciliábulos secretos del Council on Foreign Relations

Pero al parecer las fuentes de información de Soren Triff se limitan a la prensa y la televisión norteamericanas, las cuales, por supuesto, están controladas por los mismos intereses que colocaron en el poder a Fidel Castro en Cuba en 1959 y lo han mantenido ahí todos estos años. Esos son los mismos intereses que, desde hace casi una decena de años -- esta gente se caracteriza porque planea las cosas con bastante tiempo -- comenzaron a venderle la China Roja (remoquete con el que llamaban a Raúl en la Sierra) a los incautos.

Pionera en ese trabajo de promoción raulista fue la revista Encuentro de la Cultura Cubana, la cual, en su primer número, publicó, entre otras obras maestras de la literatura cubana, un discurso completo de Raúl Castro lleno de sandeces. Tan buen trabajo les valió, años más tarde, que la fundación Ford les otorgara un jugoso aporte monetario, para que desarrollaran su sitio web y pudieran expandir su excelente trabajo desinformativo.

Poco después, un grupo de extraños "intelectuales disidentes" emigraron discretamente de la isla barataria, y se asentaron mayormente en España, Mexico, y los Estados Unidos. Como por arte de magia, poco después de su llegada, lograron ocupar posiciones influyentes en los medios de comunicación de esos países. Si Soren Triff quiere saber quién va a inventar o, mejor dicho, quién ha estado inventando a Raúl Castro estos últimos años, tan sólo tiene que mirar a su alrededor, porque varios de esos inventores raulistas a quines me refiero inmediatamente después de haber llegado a Miami consiguieron trabajo en The Miami Herald y en El Nuevo Herald. Otros carenaron en la University of Miami y en la FIU.

¿Quiénes son estos agentes secretos del castrismo posando como "intelectuales disidentes en el exilio" y vendiendo discretamente a Raulito? Es muy fácil detectarlos. Todo el que haya salido de Cuba en los últimos diez años, haya ocupado rápidamente posiciones prominentes en los medios masivos, y haya, directa o indirectamente, lanzado la tesis de que "Raúl es distinto", es un inventor raulista potencial.

Sin embargo, a pesar de todo el esfuerzo desplegado, el problema que confrontan estos "intelectuales disidentes en el exilio" no es nada fácil. Al parecer muy poca gente, con la excepción de algunos agentes secretos del Consejo de Relaciones Exteriores y ex-oficiales de la CIA, está interesada en comprar el raulismo. La mercancía que han estado tratando infructuosamente de vender no sirve. Es de mala calidad, vieja y deteriorada. Hay que ser muy tonto para comprarla.

Además, en lo único que Raúl es distinto de su hermano es en que . . . pero esto lo dejaré para mi próximo artículo.



Éste y otros excelentes artículos del mismo AUTOR aparecen en la REVISTA GUARACABUYA con dirección electrónica de:

www.amigospais-guaracabuya.org