México en la encrucijada Por Servando González El pasado 3 de julio, el intelectual mexicano Enrique Krauze, editor de Letras Libres, dio una conferencia en la sede del Consejo de Relaciones Exteriores (Council on Foreign Relations, CFR) en New York, en la que criticó en duros términos a Manuel Antonio López Obrador, uno de los candidatos a las elecciones presidenciales en México. El hecho me llenó de tal indignación que me instó a escribirle una larga carta abierta al Sr. Krauze. El presente artículo es una versión actualizada de esa carta. Antes de que el lector llegue a conclusiones erróneas sobre mi posición política, o que vaya a interpretar este artículo como una intromisión en la política mexicana -- en la que sólo los mexicanos deben intervenir --, deseo aclarar que no tengo ninguna simpatía personal ni afinidad política con el señor Obrador, ni por ninguno de los otros candidatos que aspiraron a la presidencia de México, a quienes no conozco. En definitiva, el pueblo mexicano es quien debe elegir su presidednte -- tal como lo hizo -- y luego disfrutar de su acierto o sufrir por su error. Más aún, no tengo dudas de que la evaluación que Krauze hizo de Obrador en su discurso en el CFR, en el que, entre otras cosas, lo llamó "mesías tropical", se ajusta a la verdad. En mi caso particular, y dada mi condición de cubano anti-castrista, las estrechas relaciones de Obrador con Castro siempre han sido motivo de precupación. Lo que me molestó de la conferencia de Krauze no fue el contenido de sus palabras, sino el lugar que escogió para expresarlas: la sede del Consejo de Relaciones Exteriores en la ciudad de New York. (Luego descubrí que, unos meses antes, la revista Foreign Affairs, órgano del CFR, había publicado un artículo de Krauze, al que me referiré más abajo). Aparte de que haber usado una organización norteamericana en New York como tribuna para criticar el proceso electoral en México tiene obvias connotaciones injerencista, solamente la ignorancia, o la mala fé, explican la conducta de Krauze. Es posible, aunque poco probable, que Krauze ignore qué cosa es en realidad el Consejo de Relaciones Exteriores, de la misma forma que, debido su invisibilidad, todavía lo ignora la mayoría de los norteamericanos, y me imagino que aún más los mexicanos. Pero, a diferencia del ciudadano común, que recibe su información de la prensa cotidiana, la televisión, y otros medios controlados por intereses que no siempre coinciden con el bienestar del país, uno espera que los intelectuales vean más allá de la superficie engañosa de las cosas, y actúen como faros, señalando a los pueblos los peligros ocultos de la ruta. Cuando así no lo hacen, los intelectuales fallan en la tarea más cardinal de su labor. Como amigo de Mexico, no puedo hacer menos que informarle al pueblo mexicano y, por extensión, a los pueblos latinoamericanos, qué es en realidad el Consejo de Relaciones Exteriores, quiénes lo forman, y cuáles son sus verdaderos objetivos. El gobierno invisible de los Estados UnidosAunque, a través de los años, el ciudadano común norteamericano ha tenido la sospecha difusa de que tiene que haber una razón oculta por la que su gobierno la mayor parte de las veces termina ayudando a los enemigos de su país, tan sólo un pequeño grupo de estudiosos ha analizado seriante la causa de ese fenómemo. Los que lo han hecho, han llegado a la conclusión de que el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica ha sido penetrado y caído bajo el control de un grupo de individuos millonarios y poderosos, quienes lo han estado usando para promover y preservar sus intereses particulares. Este grupo ha sido designado con nombres diferentes: la Élite del Poder, el Gobierno Invisible, la Gran Conspiración, el Grupo Secreto, etc. Otros, como en Senador Joseph McCarthy, al descubrir la magnitud de la traición en los más altos niveles del gobierno norteamericano, llegaron a la conclusión de que, por fuerza, tenían que ser comunistas. En el caso de McCarthy, su grave error le costó la carrera y tal vez la vida. Como los guerreros ninja, el arma más poderosa que han empleado las personas que controlan este gobierno invisible ha sido precisamente su invisibilidad. Hasta hace relativamente poco, este grupo selecto, que ha logrado un control casi total de las tres ramas del gobierno norteamericano -- incluyendo la CIA y los otros servicios de inteligencia--, de los medios masivos de comunicación, del sistema educacional, y que ahora extiende sus tentáculos para penetrar las fuerzas armadas, ha sido casi desconocido por el pueblo norteamericano. Pero no podemos culpar al pueblo. La principal organización en la que se agrupan rara vez se menciona en los medios masivos de comunicación, y prácticamente no aparece en los libros de texto. Pero, a partir de hace unos pocos años, y principalmente gracias a la Internet, que ha actuado como una luz ultravioleta para revelar las bacterias dañinas, esta organización está perdiendo sus poderes de invisibilidad, y más y más personas descubren quiénes son, cómo operan, y cuáles son sus planes y sus objetivos secretos. Me refiero al Consejo de Relaciones Exteriores (Council on Foreign Relations, CFR), así como a sus organizaciones parásitas, tales como el Grupo Bilderberg, la Comisión Trilateral, la Organización de Naciones Unidas, el Foro Mundial, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, y otras similares. Un análisis macroforénsico del Gobierno Invisible de los E.U.Para el ciudadano común, la palabra forense (o ciencias forénsicas), tiene que ver con autopsias, balística, toxicología, y otras especialidades científicas relacionadas con la investigación criminal. En realidad, todas esas técnicas no pasan de ser los instrumentos de que se vale la ciencia forénsica para descubrir al criminal, pero la forénsica esencialmente tiene que ver con la búsqueda, localización y obtención de nexos. Cuando un criminal comete un crimen, lo primero que hace es esconder, borrar, o destruír, todos los nexos que lo puedan conectar con el crimen que acaba de cometer. Estas medidas van desde pasar una servilleta sobre las superficies brillantes, para borrar sus huellas dactilares, hasta enviar a una fiesta a una persona disfrazada como él, y luego usarlo como coartada para probar, con testigos que lo corroboren, que, en el momento en que se cometió el crimen, él se hallaba en otro lugar. El trabajo del investigador forense consiste en descubrir esos nexos que conectan el crimen con el criminal. Los autores que primero señalaron hacia el Consejo de Relaciones Exteriores como verdadero centro del Gobierno Invisible de los E.U. estaban practicando, sin saberlo, la ciencia de la macroforénsica histórica, que se ocupa del estudio de crímenes en gran escala, cometidos por grandes grupos de personas, en un extenso terrritorio, durante un período de tiempo más o menos largo. Y no hay duda de que descubrieron un hecho sorprendente: detrás de cada traición al pueblo norteamericano y, por extensión, a los pueblos del mundo y en particlar a los latinoamericanos, siempre se halla uno o más miembros del Consejo de Relaciones Exteriores conspirando activamente para que las cosas salgan mal. La lista que eventos que enumero a continuación es larga, pero no exhaustiva. Podría extenderse por muchas páginas, quizás hasta alcanzar el tamaño de un libro. Pero para probar el melón tan sólo basta con una tajada.
Como dije anteriormente, este análisis no es exhaustivo, y podría extenderse por decenas de páginas, pero los ejemplos que he expuesto bastan para probar mas allá de toda duda razonable lo que algunas personas han venido sospechando por muchos años: que un pequeño grupo de personas influyentes conspira en secreto a nuestras espaldas para planear nuestras vidas y controlar nuestro destino. Ahora bien, si todas esas personas que he mencionado fuesen judíos, todo el mundo estaría hablando de una conspiración judía. Si todos fuesen italianos, hablaríamos de una conspiración italiana. Si todos fuesen fanáticos del equipo de baseball New York Yankees, o taxistas, yo sería el primero en escribir un artículo en el que denunciaría la siniestra conspiración de taxistas o de fanáticos del NY Yankees que controla en secreto este país. Pero no hay que olvidar que hay varios millones de judíos en los E.U., y aún más italianos, y es posible que haya todavía muchos más fanáticos de los Yankees o taxistas. En contraste, el Consejo de Relaciones Exteriores es una organización bien pequeña. Por mucho tiempo no tuvo más de mil miembros, y aún hoy, después haber aumentado considerablemente su membresía, tan sólo cuenta con algo más de cuatro mil miembros. Podría alegarse que mis conclusiones son falaces, porque este pequeño grupo de personas ha ingresado en el CFR precisamente debido a su prominencia y fortuna, y esto es lo que ha convertido al CFR en una organización tan poderosa. Pero, como demuestran los casos de Jimmy Carter, Bill Clinton y Maurice Strong, muchos de ellos lograron obtener prominencia y fortuna precisamente gracias a su pertenencia al CFR. ¿Como explicar, sin recurrir a teorías conspiratorias, que ese pequeño grupo de personas concentradas en una institución tan pequeña y prácticamente, controle de tal forma la política exterior de los E.U. y de gran parte de los países del hemisferio? ¿Cómo explicar, sin recurrir a teorías conspiratorias, que, siendo tan poderoso, influyente e importante, y teniendo tal control sobre los medios masivos de comunicación de los E.U., el Consejo de Relaciones Exteriores sea casi desconocido por la gran mayoría de las personas en los E.U. y América Latina? De modo que, sí. No cabe la menor duda. Existe en los Estados Unidos de Norteamérica una Élite del Poder, un Gobierno Invisible, una Gran Conspiración, un Grupo Secreto, o como guste uno llamarlo, el cual, usando las técnicas fabianas (o gramscianas) de infiltración, ha penetrado y logrado obtener un control casi absoluto del Gobierno de los E.U. Para desgracia de los pueblos de América Latina, este grupo, no contento con controlar los E.U., ahora se apresta a lanzarse al control de todo el continente. Y este grupo de conspiradores reside en la Harold Pratt House, sede del Consejo de Relaciones Exteriores. El Gobierno Invisible de los Estados UnidosEl Consejo de Relaciones Exteriores no es un grupo homogéneo. Está formado por un núcleo central y varias capas concéntricas. El núcleo está controlado por los Rockefellers y un grupo selecto de sus amigos banqueros de Wall Street. Estos son quienes en realidad controlan la organización y saben cuáles son sus fines secretos. A esta gente yo las llamo los planificadores, pues son el cerebro de la organización. El núcleo central está rodeado por un delgado anillo interior, compuesto de individuos selectos que gozan de la total confianza de los planificadores. Este grupo participa activamente en la implementación de las directivas que emanan del núcleo central. Yo los llamo los implementadores. Notables entre estos implementadores son Henry Kissinger, Zbigniew Brzezinski, Jimmy Carter, John McCloy, Robert McNamara, y Dean Rusk, entre otros. Los hermanos Dulles, el "Coronel" House, Sumner Welles y Prescott Bush, también eran parte de este grupo. A éste círculo pertenecen también Bush padre e hijo, así como Bill y Hillary Clinton. El anillo interior está rodeado a su vez por otro anillo, un poco más ancho, compuesto de un grupo más numeroso de individuos oportunistas y poco escrupulosos que han logrado infiltrarse y controlar los dos partidos principales, el Demócrata y el Republicano, así como el gobierno, el Congreso, el poder judicial, los medios de comunicación, las universidades y, últimamente, las fuerzas armadas de este país. A éstos yo los llamo los ejecutores, porque su papel consiste en poner en ejecución los planes emanados del núcleo central. Gran parte de estos individuos ha obtenido su poder e influencia gracias a su pertenencia al Consejo. Ejemplo típico de este tipo de ejecutores son Colin Powell y Madeleine Albright. El Consejo ha logrado infiltrar sus agentes en el gobierno norteamericano hasta convertirlo prácticamente en su dependencia. En los últimos cuarenta años, la mayoría de los Presidentes, Vicepresidentes, Secretarios de Estado, Directores de la CIA, jueces de la Corte Suprema, Senadores y altos oficiales del Pentágono, pertenecen a estos anillos de implementadores y ejecutores del Consejo. Por mucho tiempo, el Consejo fue una sociedad bastante cerrada, que no llegaba a los mil miembros, pero hace unos treinta años decidieron añadir un grueso anillo exterior, al que atrajeron a un grupo de individuos provenientes de un amplio espectro de la sociedad norteamericana. Estas personas han visto en el Consejo un medio propicio para bruñir sus egos inflados y hacer avanzar sus carreras. Lo más probable es que la mayor parte de ellos no tenga una idea clara de cuáles son los fines secretos del Consejo, pero son parte de una relación simbiótica en la que sirven, sin saberlo, de cortina de humo para ocultar los verdaderos fines de la institución, al mismo tiempo que, debido al prestigio que esta tiene, se benefician con la relación. Este grupo constituye la cubierta. Esto explica la razón por la que personas bien intencionadas como Theodore Draper, Irving Louis Horowitz y Georgie Anne Geyer, y tal vez un puñado de gente honesta, pero despistada, entre los que hay algunos anticastristas de verdad, sean miembros del Consejo. En realidad forman parte de este anillo exterior. Pero todos los miembros del núcleo y de los dos anillos interiores apoyan a Castro abierta o secretamente. Esto no quiere decir que simpaticen con él, pero esta gente, como los militantes de los partidos comunistas, siguen disciplinadamente la línea del partido. Este grupo activo de conspiradores se las ha arreglado para penetrar y controlar no sólo la prensa, sino también la academia, y hoy tienen control casi absoluto sobre la mayoría de las más prestigiosas universidades, entre ellas Harvard, Columbia, Yale y Stanford, así como de los llamados think tanks, como la Hoover Institution, el Hudson Institute, y la Rand Corporation. Si lo que he descrito más arriba parece una conspiración, esto se debe al hecho de que es una conspiración. Ahora bien, ¿Cómo explicar el mutuo amor entre la organización más reaccionaria del hemisferio y el lider supuestamente más revolucionario del continente? La respuesta es bien simple: Ninguno de los dos, ni el Consejo de Relaciones Exteriores ni Fidel Castro, son lo que dicen ser. Como un cáncer maligno, el CFR ha hecho metástasis en una serie de organizaciones importantes, todas ellas creadas con el apoyo financiero de los Rockefellers y sus amigos los banqueros. Entre las principales están la Comisión Trilateral, el Grupo Bilderberg, la Organización de Naciones Unidas y sus organismos parásitos, tales como la UNESCO, el Consejo Mundial de Iglesias, la Organización Mundial de la Salud, y todas esas organizaciones comunisto-fascistoides que han creado en los últimos años con el pretexto de proteger el medio ambiente, eliminar las barreras al comercio, y proteger la salud reproductiva de las mujeres del tercer mundo (un eufemismo para camuflar la eugenesia). Esta gente controla también las principales organizaciones financieras internacionales, tales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. El fin último de todas ellas es la creación de un Nuevo Orden Mudial, que no es sino un totalitarismo fascisto-comunista global, controlado por los banqueros y las corporaciones -- lo que Benito Mussolini llamaba "el Estado Corporativo". Podría alegarse que una de las características del fascismo es el su rabioso nacionalismo, en tanto que esta gente aboga la globalización. Pero, en la época de las corporaciones transnacionales, tiene lógica que el neofascismo del Nuevo Orden Mundial sea internacionalista y globalizador. Una paradojaEs precisamente allí, en la Harold Pratt House, donde, tras las espaldas de los pueblos de los E.U. y de América Latina, un pequeño grupo de banqueros de Wall Street y ejecutivos de corporaciones transnacionales, todos ellos miembros de la alta jerarquía del CFR, planea la creación de un Nuevo Orden Mundial. Este llamado Nuevo Orden Mundial, que en realidad es bastante viejo, no es sino una copia en gran escala, de la pesadilla totalitaria comunisto-fascistoide que ya han probado exitosamente por muchos años en la Cuba de Castro. Desafortunadamente, esa fue precisamente la institución que Enrique Krauze eligió como tribuna para expresar sus opiniones sobre el proceso electoral en México. Como mencioné más arriba, en el número de enero/febrero del 2006, la revista Foreign Affairs publicó un artículo de Krauze titulado: "Furthering democracy in Mexico". En él, Krauze expresa su legítima preocupación ante la posibilidad de que México vuelva a caer otra vez bajo el control de la oligarquía que lo ha gobernado por muchos años, y su esperanza de que continúé el camino hacia una democracia aún más desarrollada que la que ha logrado el gobierno del Presidente Fox. De modo que, al menos para mí, constituye una paradoja inexplicable el que Enrique Krauze haya seleccionado precisamente Foreign Affairs, el órgano del Consejo de Relaciones Exteriores, donde se centra el núcleo de la oligarquía que se ha apoderado ilegalmente del gobierno norteamericano y lo controla totalmente, para escribir un artículo en el que expresa su preocupación porque su país no caiga de nuevo bajo el control de la oligarquía. Mientras más trato de explicármelo, menos lo entiendo. ¿Es que Krauze ignora que, en particular despues de los sucesos del 11 de septiembre del 2001, los Estados Unidos, bajo el control de esa oligarquía, avanza a pasos agigantados hacia la implementación de un sistema totalitario que cada día recuerda más no sólo a la Cuba de Castro, sino a la Alemania nazi? ¿De dónde obtiene Krauze su información sobre los E.U? ¿Tan sólo del New York Times y de Foreign Affairs? ¿Ignora Krauze que en los Estados Unidos de Norteamérica, un país que otrora fue faro de libertad para el mundo, en estos momentos no existe el derecho de habeas corpus, las autoridades pueden espiar, apresar, y encarcelar a su antojo indefinidamente y sin someter a juicio a los ciudadanos, las elecciones son amañadas, y los dos partidos principales son en realidad las dos caras de una misma moneda? ¿Y que todo eso es parte de un plan que están llevando a cabo precisamente los miembros de esa oligarquía que se aglutina en en Consejo de Relaciones Exteriores? ¿No le han informado sus colaboradores y colegas de Letras Libres que un porcentaje creciente de los ciudadanos de este país, tanto conservadores como liberales, de izquierda y de derecha, entre ellos varios familiares de la víctimas del derrumbe de las torres gemelas, están convencidos de que los sucesos del 11 de septiembre del 2001 fueron una patraña, similar a la quema del Reichstag por los nazis, o la explosión del buque La Coubre en la bahía de La Habana, creada artificialmente por los oligarcas del CFR como pretexto para justificar la implantación de una dictadura totalitaria en este país? Le ruego a mis lectores que no confíen en mi palabra; busquen en la Internet, y se convencerán, si no de que lo que creen estas personas es cierto, al menos de la gran cantidad de gente que así lo cree. Las encuestas de opinión más recientes indican que el 60 porciento de los norteamericanos considera a su propio gobierno el culpable directo de los sucesos del 11 del septiembre del 2001, y su número aumenta cada día. En estos momentos, los libros que culpan directamente al gobierno como instigador y ejecutor de estos hechos, se venden como pan caliente en la Internet. Desgraciadamente, todavía gran parte de estos autores ve al gobierno del Presidente Bush, y no a quienes lo controlan tras bastidores, como culpables directos de esta tragedia. Pero, aún más importante, ¿cómo es posible de que Krauze hable de esperanzas de que México prosiga por el camino de la democracia, y se valga para expresarlo de Foreign Affairs, el órgano oficial del CFR, la institución más antidemocrática del hemisferio occidental, donde se planea, a espaldas de los pueblos mexicano y norteamericano, la desaparición de sus países y su fusión con otro cuya historia, idioma, cultura, constumbres, idiosincracia y tradiciones, no pueden ser más diferentes? Si los conspiradores del CFR son tan amantes de la democracia, y lo que planean es tan bueno para nuestros pueblos, ¿por qué lo hacen en secreto y a nuestras espaldas? Mejor ejemplo de falta de democracia sería casi imposible de hallar. Podría alegarse que algunos de lo datos que he mencionado más arriba no son ciertos, o difíciles de comprobar, pero, aunque sólo la mitad lo fueran -- en realidad la mayor parte son del dominio público y fácilmente comprobables, y lo que único he hecho es poner de manifiesto los nexos entre ellos --, esto debería haber sido motivo de preocupación y ponderación para cualquier intelectual latinoamericano que se respete, antes de haber aceptado colaborar con Foreign Affairs, y mucho menos dar una conferencia en la sede del CFR. Por otra parte, debo reconocer que el señor Krauze no es totalmente culpable de este faux pas. Sin saberlo, Krauze cayó en una trampa cuidadosamente preparada por profesionales de la inteligencia y el espionaje. La formación académica de Enrique Krauze, es de historiador, y los instrumentos metodológicos tradicionales de investigación histórica han demostrado ser totalmente insuficientes para desentrañar la historia de estos últimos 110 años, en los que la inteligencia y el espionaje han jugado un papel preponderante. No hay que olvidar que el axioma de la profesión es que en el campo de la inteligencia y el espionaje la cosas casi nunca son lo que parecen ser. La bomba que hizo volar el acorazado USS Maine en la bahía de La Habana en 1898, también destruyó la profesión de historiador. Sólo empleando los instrumentos metodológicos de investigación y análisis del analista de inteligencia -- no los del historiador -- es posible desentrañar hechos que desafían el análisis de los historiadores. Por ejemplo, ¿Cómo es posible que la CIA, que ha demostrado su extrema habilidad en asesinar líderes, haya sido incapaz en todos estos años de asesinar a Fidel Castro?, ¿Por qué la CIA reunió todos los grupos anticastristas en el exilio en uno sólo, para luego lo decapitarlo tras la debacle de Bahía de Cochinos?, ¿Por qué en los meses previos a la invasión, dejó de suministrarle armas y municiones a las guerrillas anti-castristas en las montañas del Escambray?, ¿Por qué traicionó a los invasores y, al suprimir el apoyo aéreo que les habían prometido, los envió a una muerte segura?, ¿Cómo es posible que el país con los medios técnicos de espionaje más avanzados del mundo, no logró detectar que Castro estaba enviando sus tropas a África, hasta que tenía allí más de 20,000 soldados?, ¿Es que los satélites espía norteamericanos nunca detectaron que los puertos de Angola estaba atestados de buques cubanos?, ¿Por qué las tropas Castristas protegían las refinerías de la Shell en Cabinda, y ésta le pagaba a Castro en dólares por sus servicios?, ¿Qué explicación tiene que el resultado de casi 50 años de actividad castrista supuestamente antinorteamericana en América Latina, lejos de perjudicar a las transnacionales y a los banqueros de Wall Street, los ha beneficiado?, ¿Cómo se puede explicar que influyentes y poderosos individuos como David Rockefeller (CFR), Maurice Strong (CFR), Peter Peterson (CFR), y James Wolfensohn (CFR), vean la Cuba de Castro como el modelo a seguir?, ¿Y cuál es la razón por la que el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, durante una visita que hizo a la isla hace unos años, haya declarado que Cuba "ha trazado un ejemplo del que podemos aprender."? ¿Por qué Castro contribuyó directamente a la destrucción de los partidos comunistas tradicionales en América Latina?, ¿A qué se debió su gran empeño en desestabilizar y derrocar gobiernos con presidentes democráticamente electos?, ¿Por qué el principal resultado de la actividad guerrillera castrista en América Latina fue que el complejo militar-industrial norteamericano se enriqueciera aún más, y que los banqueros de Wall Street aumentaran sus fortunas debido a la fuga de capitales de América Latina hacia los E.U.? Castro se pinta a sí mismo como un enemigo jurado del liberalismo económico y la globalización, ¿cómo se explica entonces su estrecha amistad con el expresidente mexicano Carlos Salinas de Gortari, a quien altos ejecutivos del CFR consideran el máximo promotor del liberalismo económico y la globalización en México?; ¿Por qué Castro abandonó al Che Guevara en Bolivia, y facilitó así que la CIA lo eliminara?, ¿Por qué primero desestabilizó el gobierno de Salvador Allende en Chile, y luego contribuyó a su derrocamiento? (Las últimas informaciones comprueban lo que muchos sospechábamos desde hace tiempo: Allende no se suicidó; el jefe de su guardia personal, General Patricio de la Guardia, lo asesinó siguiendo órdenes directas de Fidel Castro), ¿Por qué, basándose en información falsa, el Presidente George W. Bush ha enviado las tropas norteamericanas al otro extremo del planeta, para derrocar a un dictador que no constituía un peligro para su país, y no las envía a derrocar a un tirano a 90 millas de sus costas, máxime cuando ese tirano no se cansa de amenazar y cometer acciones en contra de los E.U, y hay indicios de que posee armas bacteriológicas de destrucción masiva? Los mayores accionistas de la Exxon (inicialmente llamada Standard Oil Company) y, por consiguiente, sus verdaderos dueños, son los Rockefellers. En Venezuela, la Exxon lleva a cabo sus negocios a través de su subsidiaria, la Creole Petroleum Company. Pero se sabe que la Creole fue creada por la CIA. En realidad, para los venezolanos Exxon, y la Creole, son la CIA. Entonces, ¿cómo se explica que los Rockefellers, que en múltiples ocasiones han usado a la CIA para deponer gobiernos que amenazaban sus intereses, no sólo se muestren impasibles ante la supuesta amenaza de Chávez a sus extensos negocios y propiedades en Venezuela, sino que hasta enviaron a su agente Jimmy Carter para que apuntalara al dictador venezolano en el poder? Todas estas preguntas, y muchas más que harían la lista muy larga, son casi imposibles de constestar para un historiador. Para un analista de inteligencia las respuestas serían relativamente fáciles. De hecho, siempre han estado a la vista de todos. Por ejemplo, la causa por la cual el gobierno norteamericano (controlado por los oligarcas del CFR) ha tolerado a Castro todos estos años, y ahora tolera a Chávez, es porque, lejos de constituir una amenaza para la oligarquía financiera de Wall Street, ambos trabajan en secreto para que esta lleve a cabo sus planes de control mundial. La verdadera CIADecenas de libros y miles de artículos se han escrito, en los que se culpa a la Agencia Central de Inteligencia por gran parte de las agresiones a los países de América Latina y el resto del mundo. Lo que estos autores (algunos bien intencionados, y otros agentes de desinformación), no han acertado a señalar, es que, desde su creación en 1947, la CIA siempre ha sido el brazo militar oculto del CFR. Aunque el Consejo de Relaciones Exteriores se presenta inocentemente al mundo como una organización no partidaria, cuyo único fin es promover los intercambios internacionales para lograr una mejor comprensión entre los países, la realidad es bien distinta. Al igual que la KGB, la CIA, el Mossad o el MI6, el CFR es en realidad una agencia de inteligencia y espionaje, y funciona como tal. Como toda agencia de inteligencia, aunque todo el mundo sabe dónde está su sede principal, y quiénes son sus ejecutivos, nadie sabe en realidad cuales son sus actividades secretas. Como toda agencia de inteligencia, el CFR tiene miembros reconocidos y miembros secretos. Como toda agencia de inteligencia, el CFR tiene una rama dedicada a la guerra psicológica, el espionaje, la subversión y las operaciones paramilitares -- funciones que hasta este momento ha venido realizado para el CFR una de sus dependencias: la CIA. Como toda agencia de inteligencia, la tarea de algunos de los miembros del CFR es reclutar espías y agentes de influencia, como medio de infiltrase en otras organizaciones a las que desea controlar. En el caso de jóvenes ambiciosos e inteligentes, pero moral y éticamente limitados, una vez que los reclutadores del CFR los han localizado, y se proponen reclutarlos como futuros cuadros, la técnica consiste en otorgarles una Beca Rhodes. Si pasan con éxito esa primera prueba, entonces les ofrecen una beca para que estudien en la London School of Economics. Ese fue, por ejemplo, el caso del joven Bill Clinton. Una vez que el profesor Carroll Quigley lo detectó en la Universidad de Georgetown, y comprobaron que no sólo poseía las cualidades necesarias, sino qe también tenía un inmenso ego, el proceso comenzó cuando le concedieron una Beca Rhodes. La vida demostró que la selección había sido correcta. Por tanto, el Sr. Krauze y otros intelectuales latinoamericanos amigos del CFR, no deben descartar la posibilidad de que algunas de esas personas tan amables, simpáticas y brillantes que han conocido en el CFR, y que al parecer han leído todos sus libros y artículos, no eran sino eficientes oficiales de inteligencia haciendo su trabajo. Desde que se convirtieron para ellos lo que en la jerga de inteligencia y espionaje se llama una "persona de interés", les crearon un expediente personal en el que se describe su vida y milagros. Ese expediente personal incluye minuciosos detalles de su vida económica, política, social, familiar y, por supuesto, sexual. La técnica empleada por los oficiales de inteligencia del CFR es exactamente igual a la que usan los oficiales de inteligencia castristas para reclutar como agentes de influencia a los incautos que visitan la isla. Y no hay que olvidar que el mejor agente es el que no sabe (o no quiere saber) que ha sido reclutado. Si alguien me dijera que exagero, le respondería que tal vez me quedo corto. El CFR siempre ha usado el espionaje como una de armas secretas. Por ejemplo, hace algunos años, Stephen Schlessinger, un académico experto en criptología, escribió un artículo en el que reveló algunas de las actividades de espionaje del CFR. Según Schlessinger, previamente y durante la Conferencia de San Francisco en 1945, que dio lugar a la creación de la ONU, los agentes del CFR espiaron a los delegados e interceptaron sus comuncaciones con sus países respectivos. Esta conocimiento de la información privada y confidencial de los delegados les permitió controlar por completo la Conferencia, lo que trajo como resultado que la Carta de creación de la ONU adoptada por la Conferencia es prácticamente la que se había escrito previamente en la Pratt House. El espionaje: pasión de los RockefellersEl CFR refleja la psicología, la mentalidad y los intereses, de sus creadores, los hermanos Rockefellers, en especial David y Nelson. Al igual que su abuelo John D., Nelson y David Rockefeller siempre sintieron una fascinación especial por las actividades de inteligencia y espionaje. Debido al escándalo que desató cuando se descubrió, mucha gente ha oído hablar del Plan Camelot, una operación de Guerra psicológica del gobierno norteamericano, que se llevó a cabo en Chile como campo de pruebas para después implementarla en otros países de América Latina. Pero Camelot no fue ni la primera ni la última operación de guerra psicológica instigada por los Rockefellers contra países al sur de la frontera. En American Propaganda Abroad, un libro escrito por un ex-funcionario de la Agencia de Información de los E.U., se describe con bastante detalle cómo los Estados Unidos comenzaron su primera campaña de guerra psicológica contra América Latina en 1938, con la creación de la Oficina de Asuntos Interamericanos en el Departamento de Estado, bajo la dirección de Nelson Rockefeller. Dos años después, Rockefeller fue nombrado supervisor de una operación de guerra psicológica en gran escala en América Latina. Entre un grupo de documento secretos, luego desclasificados y hechos públicos, se halla un Memorandum sin fecha, originado en la Casa Blanca, en el cual se advierte que tales actividades "psicológicas" son demasiado polémicas para discutirlas abiertamente con el público norteamericano. "La propaganda es todavía una palabra horrible", continúa el documento, "y, en el año1940 [en el que se escribió el Memorándum], el gobierno no puede permitirse crear una oficina de propaganda. [Por consiguiente,] estas operaciones de guerra psicológica [cuyo objetivo es] influir en la opinión pública, deben permanecer ocultas bajo un manto de subterfugios." En agosto de 1940, Nelson Rockefeller fue nombrado Director de Asuntos Culturales, y miembro de un equipo secreto de guerra psicológica, en la Oficina de Asuntos Interamericanos. Finalmente, fue nombrado Subsecretario de Estado para Asuntos Latinoamericanos en 1945. Poco más tarde, en el propio año 1945, Nelson fue nombrado Director del altamente secreto "Comité de los Cuarenta", encargado de supervisar las operaciones de guerra sucia de la CIA. La Oficina de Servicios Especiales (OSS), la agencia de inteligencia precursora de la CIA, fue una creación de los banqueros de Wall Street, particularmente de los Rockefellers, para proteger sus intereses. Tanto William Donovan como Allen Dulles eran abogados de Wall Street y miembros del CFR. Cuando, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el Presidente Truman (no miembro del CFR), bajo presión del Director del FBI G. Edgard Hoover (no miembro del CFR), decidió eliminar la OSS, Dulles, siguiendo instrucciones de Nelson y David Rockefeller, creó en secreto una agencia privada de inteligencia, que resultó ser la precursora de la CIA. Esta agencia se dirigía desde una oficina secreta en la Harold Pratt House, sede del CFR. Es posible que haya sido allí, en la Pratt House, donde se trazaron los primeros planes para esa operación de guerra psicológica que hoy conocemos como el Bogotazo, y que marcó el comienzo de la Guerra Fría en este hemisferio. En ella jugó un papel cardinal un nuevo agente que habían recientementeen Cuba reclutado. Los conspiradores del CFR enviaron a su agente screto a Bogotá, Colombia, para que actuara como agente provocador, creara las condiciones necesarias para llevar a cabo el asesinato de Gaitán y los disturbios que destruyeron el centro de la ciudad, y crear pistas falsas para culpar de los sucesos a los comunistas. Siguiendo un guión cuidadosamente escrito, el Secretario de Estado norteamericano George Marshall (CFR), quien se hallaba en Bogotá presidiendo la Novena Conferecia Internacional de Cancilleres, inmediatamente acusó a los comunistas de haber asesinado a Gaitán e instigado los disturbios. Este nuevo agente secreto del CFR no era otro que un joven cubano llamado Fidel Alejandro Castro Ruz. Unos años antes del Bogotazo, el agente de inteligencia Willian Wieland (protegido de Sumner Welles, CFR), ya se había fijado en Fidel Castro. Wieland trabajaba en Cuba, bajo una cubierta de periodista para el Havana Post, con el pseudónimo de Arturo Montenegro. Desde que que Fidel era estudiante de bachillerato en el Colegio de Belén, Wieland lo consideró una "persona de interés", y así lo reportó a sus superiores. Fidel se dio a conocer debido a que había entablado una reñida polémica con algunos dirigentes del Partido Comunista cubano, y ésta había llegado a la prensa. Pero fue debido a sus actividades gansteriles, que comenzaron desde que ingresó a la Universidad de La Habana, que los oficiales de la CIA en la Embajada norteamericana comenzaron a estudiarlo con más detalle. (Un informe secreto de la embajada norteamericana en La Habana a Washington, se refiere al primer asesinato cometido por Fidel Castro.) Una vez que los conspiradores del CFR comprobaron que el joven Fidel no sólo era un psicópata, sino que también carecía de toda noción de moral o ética, le dieron a sus agentes la luz verde para reclutarlo. El reclutamiento se efectuó a comienzos del año 1948, y se llevó a cabo en una reunión en casa de Mario Lazo, abogado de muchos negocios norteamericanos en Cuba, y conectado con la embajada de los E.U. en La Habana. Castro asistió a esta reunión en companía de su amigo Rafael del Pino Siero, quien colaboraba con la CIA. En la reunión estaban presentes William Pawley, amigo de Allen Dulles (CFR, OSS); la Dra. Isabel Siero, tía de del Pino y agente de la CIA (hecho revelado por Philip Agee en su libro Diario de la CIA); y Richard Salvatierra (CIA), quien luego pasó a ser el oficial de inteligencia a cargo de controlar al nuevo agente. Desde entonces, Fidel Castro no ha cesado de trabajar para sus amos del CFR, inicialmente a través de la CIA y luego directamente. En pago por sus importantes servicios, estos le han facilitado su permanencia en Cuba sin ser molestado, así como que engrose sus numerosas cuentas numeradas en los bancos de Zürich. Uno de los aspectos en que ha Castro ha demostrado su maestría es atraer incautos -- como el Che Guevara, los hermanos Ortega, el Sr. Obrador, Hugo Chávez y, más recientemente, algunos líderes musulmanes --, y reclutarlos bajo bandera falsa en su supuesta lucha contra el "imperialismo Yankee". Una de las técnicas favoritas usadas por los servicios de inteligencia, es la de crear su propia pseudo-oposición controlada. Tanto la invasión de Bahía de Cochinos, como las guerras de guerrillas en América Latinay la invasión de Angola, fueron operaciones conjuntas Castro-CIA al servico de los conspiradores del CFR. Tambien lo fueron la muerte del Che Guevara y el asesinato de Salvador Allende Más aún, tal parece que el acto terrorista que destruyó un avión de Cubana de Aviación en 1973, en el que perecieron todos los pasajeros, incluído el equipo olímpico cubano de esgrima, tambié fue una operación de autoprovocación llevada a cabo conjuntamente por Castro y la CIA. El principal indicio es que Beatriz Márquez, una popular cantante cubana, estaba de visita en Venezuela y planeaba viajar de regreso a Cuba en ese vuelo. Pero, poco antes de tomar el avión, alguien importante le ordenó de no hacerlo. Por esos entonces la Sra. Márquez estaba casada con un alto oficial de la guardia personal de Castro, y tal vez esto le salvó la vida. Y, a pesar de la espesa cortina de desinformación creada por los agentes del CFR, todo parece indicar que el asesinato del Presidente Kennedy también fue una operación conjunta Castro-CIA. Más aún, hay indicios de que la inundación de los E.U. por drogas provenientes de América del Sur, también ha sido una exitosa operación conjunta Castro-CIA; una nueva Guerra del Opio eugénica, planeada por los conspiradores del CFR para destruir la fibra moral de los E.U. y facilitar la implantación de un estado totalitario en este país. Por supuesto, Castro también participó como agente provocador al servicio de los banqueros de Wall Street en los sucesos del 11 de septiembre del 2001. Unos meses antes de los sucesos, Castro dio un largo periplo por varios países mulsulmanes, en los que incitó a sus líderes a atacar los E.U., asegurándoles que el rey imperialismta pronto caería, y que, cooperando entre todos, podrían poner a los E.U de rodillas. Por último, y para incitarlos aún más, les recordó a los líderes musulmanes que los Estados Unidos era en esos momentos un país débil, y que estaban siendo testigos de su debilidad. En estos momentos Castro, con el apoyo de su sub-agente Hugo Chávez, lleva a cabo una importante operación de guerra psicológica contra los pueblos de América Latina. Esta operación, similar al Bogotazo, pero a escala continental, tiene como objetivo aterrorizar a las clases dominantes de latinoamérica con el miedo al Castro-chavismo, para que acepten sin protestar el ALCCA y luego el ALCA. El ALCA no es sino el paso previo a la creación de la Unión Americana, que se extenderá desde Alaska hasta la Patagonia. La Unión Americana, bajo el férreo control de los banqueros del CFR a través sus instituciones finacieras internacionales -- sin descontar, si es preciso, las cañoneras y las tropas de fuerzas especiales -- conllevará la destrucción de las economías de los países al sur del Río Grande, la desaparición de la clase media, el enriquecimiento de unos pocos, y la pobreza más total de los obreros y los campesinos; exactamente igual a lo que ha hecho Fidel Castro enla Cuba actual que los altos ejecutivos del CFR tanto admiran. En este proceso jugará un papel principal el Fondo Monetario Internacional (IMF), una institución creada y controlada por los banqueros de Wall Street. La mejor descripción de lo que es en realidad el IMF la dio el economista ruso Georgi Arbatov, en un artículo que tituló "Neo-bolsheviques en el IMF". Según Arbatov, los ejecutivos del IMF son una especie de "neo-bolsheviques que gustan de apropiarse del dinero de los demás, imponer reglas antidemocráticas en la economía y la política, y eliminar la libertad económica." Arbatov no exagera. El IMF ha sido el causante directo de la ruina de todos los países, sin excepción, que han caído bajo su control económico. No en balde a las medidas que impone el IMF las llaman "tratamiento de shock". Tal como en el tratamientos psiquiátrico del mismo nombre, quienes no perecen durante el tratamiento, sufren sus consecuencias toda la vida. Me imagino, que ahora mis lectores comprenderán mucho mejor lo que dije más arriba, de que los instrumentos metodológicos tradicionales de investigación histórica son insuficientes para analizar la historia reciente, y mucho menos los sucesos actuales, que casi nunca son lo que parecen ser. Si alguien me dijera que esta visión de la historia le parece demasiado paranoica y conspiratoria, le contestaría que precisamente eso es lo que son las organizaciones de inteligencia y espionaje, incluído el CFR: su trabajo consiste en mentir, desinformar, confundir, espiar y conspirar en secreto para llevar a cabo sus planes. Contrariamente a lo escribió el señor Krauze en su artículo de Foreign Affairs, lo que se jugaba en México en estas elecciones no era si los mexicanos elegían a un candidato con ideas democráticas o a otro con ideas populistas, o que la elección de uno de ellos pudiera significar un retorno de la oligarquía al poder. Lo que en realidad se estaba jugando era la mera existencia de México como país independiente y soberano. Desafortunadamente, ninguna de las dos opciones era buena: o los mexicanos recibían el totalitarismo comuno-fascista del Nuevo Orden Mundial directamente desde la fábrica, en la Harold Pratt House de New York, o, reempaquetado en La Habana, a través del Concesionario Especial del CFR para América Latina, Fidel Castro. Parodiando a Porfirio Díaz, bien podría decirse: ¡Pobre México! Tan lejos de Dios y tan cerca de Fidel Castro y del Consejo de Relaciones Exteriores. En retrospectiva, la opción de llevar de nuevo al poder a la oligarquía mexicana nucleada en el PRI, a pesar de todos los males de autoritarismo y corrupción que se le atribuyen, tal vez no era la peor. Por lo menos la oligarquía tradicional nunca se propuso destruír el país. No hay que olvidar que, con todo lo malo que fue, el dictador autoritario Fulgencio Batista demostró ser mil veces mejor que el tirano totalitario Fidel Castro. Y hay una creciente opinión en Nicaragua de que los Somoza fueron mucho mejor que los Sandinistas . . . y de que hasta robaron menos. En uno de los discursos de su campaña presidencial, el Sr. Roberto Madrazo, candidato del PRI, manifestó que el futuro de México no estaba ni con la derecha ni con la izquierda. Coincido totalmente con el Sr. Madrazo, especialmente en estos tiempos en que la derecha y la izquierda no son sino las dos caras de una misma moneda falsa. Les ruego a mis compatriotas cubanos que tomen nota para un futuro próximo que se nos avecina a pasos agigantados. Servando González es un escritor norteamericano nacido en Cuba. Ha escrito libros, ensayos y artículos, y creado multimedia y sitios web, sobre historia, semiótica, e inteligencia y espionaje. González es el autor de Historia herética de la revolución fidelista [publicado en México por Editorial Dante con el título Fidel Castro para herejes y otros invertebrados], Observando, The Secret Fidel Castro: Deconstructing the Symbol [el primer volumen de una trilogía sobre Castro], The Nuclear Deception: Nikita Khrushchev and the Cuban Missile Crisis, y La madre de todas las conspiraciones: una novela de ideas subversivas. Actualmente trabaja en el segundo volumen de su trilogía sobre Castro, que ha titulado Fidel Castro Supermole: Walking Back the Cat in the Cuban Operation, y en su segunda novela, Juegos mentales: una novela de guerra psicológica, que trata sobre los orígenes de la CIA.
Copyright © 2006, por Servando González. Todos los derechos reservados.
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