NADIE TIENE LA RAZÓN EN TODO Por Servando González El artículo de Esteban Fernández, aunque bien intencionado, no sólo es inconsecuente, sino que también está en desacuerdo con los hechos. Es por eso que, como firme defensor de la libertad de expresión, voy a dar mi versión de esos hechos. En primer lugar, de la misma forma que una mujer no puede estar medio embarazada, no puede existir libertad de expresión a medias. O es total, o no existe. Por supuesto, que cuando esta implique ver u oír cosas que van contra nuestras convicciones, esta libertad de expresión nos molestará y hasta nos herirá, pero ese es el precio que debemos pagar si es que realmente somos consecuentes y estamos por la libertad de expresión. Pero de la lectura del artículo del Sr. Fernández se desprende que él propugna la libertad de expresión a medias. Eso me recuerda un chiste que escuché hace mucho tiempo en Cuba: Un norteamericano de visita a la Isla comenta que en los Estados Unidos uno puede criticar todo lo que quiera al presidente norteamericano. A lo que un cubano chistoso le responde: "Aquí también". O sea, que la libertad de expresión a medias es precisamente lo que existe en la Cuba sociolista del loco asesino. No hay problemas para quien critique al presidente norteamericano, pero el que se atreva a criticar al presidente cubano se mete en un lío. Pero hay algo aún más grave, que prueba que, como bien dijo René Ariza en el documental Conducta Impropia, lo más difícil no es combatir a Fidel Castro, sino al Fidel Castro que todos llevamos dentro. Según el Sr. Fernández, si en sus manos estuviera, nadie podría discrepar de las creencias del exilio histórico cubano porque, según él, tiene la razón en todo. Bueno, como por suerte el Sr. Fernández no es el nuevo dictador de Cuba, y todavía aquí a pesar de un dictadorcillo en ciernes existe cierta libertad de expresión, voy a emitir mi humilde opinión de que, como no somos ni dioses ni superhombres, sino simples seres humanos, todos nos equivocamos, inclusive los miembros del exilio histórico, muchos de los cuales respeto y admiro. Pero, como dice el dicho que quien bien te quiere te hará llorar, a continuación paso a enumerar las cosas en las que considero que el exilio histórico se ha equivocado. Primero se equivocaron cuando vinieron a refugiarse a este país, pensando que el gobierno de los Estados Unidos les iba a sacar las castañas del fuego, y que el exilio sería corto. Si, por ejemplo, en ver de refugiarse en un país extraño, se hubieran hecho fuertes en Isla de Pinos, como los chinos hicieron con Formosa, en este momento la República de Cuba en el exilio contaría con su propio ejército, marina, aviación y servicios de inteligencia, y tal vez ya habrían derrocado al tirano hace muchos años. Luego se volvieron a equivocar cuando confiaron demasiado en la supuesta ayuda que el gobierno norteamericano les iba a brindar, y eso trajo como consecuencia la traición a los invasores de Bahía de Cochinos, a los guerrilleros del Escambray, y a los grupos urbanos que conspiraban en Cuba para derrocar al régimen. Siguiendo las órdenes de la CIA, los cubanos del exilio agruparon todas las organizaciones anticastristas en los E.U. en una sola, que después la CIA decapitó con la "derrota" de Bahía de Cochinos. El espectáculo de los sobrevivientes de la invasión recibiendo a John F. Kennedy, el mayor responsable de la traición, como un héroe, y entregándole la bandera de la Brigada, fue deplorable. Lo menos que el hombre se merecía era una patada en el trasero. Y aquí vamos directo a uno de los que considero un grave error del exilio histórico. Por lo menos a mí, siempre me ha dado la impresión de que, la mayoría de ellos, pues hay excepciones, son más pro-norteamericanos que pro-cubanos. Algunos parece que sienten un miedo terrible cuando se trata de criticar a este país. ¿Será por eso que adoptaron esa denominación extraña de "Cuban-Americans", o sea, ciudadanos a medias o de segunda? En mi caso, como tengo un pasaporte norteamericano, me considero norteamericano (aunque mi corazón esté en Cuba), no creo ser ciudadano de segunda, y quiero profundamente a este país, no tengo miedo de criticar las cosas que considero malas. Pero también se equivocaron los cubanos del exilio histórico cuando, a pesar de que todo indicaba lo contrario, acusaron de comunista a Fidel Castro. Con esto no sólo coincidieron con el tirano, pues el mismo se las daba de comunista, sino que le dieron al comunismo en América Latina una vigencia que nunca había tenido. Aun hoy, cuando las pruebas de que el monstruo de Birán nuca fue, es, o será comunista, la mayoría de los miembros del exilio histórico se empecina en llamarlo comunista. Y esto me lleva otra duda que siempre he tenido. ¿Será porque de verdad consideran que el loco es comunista, o porque creen que, como este es un país anticomunista, el hacer pasar al tirano como comunista iba a incitar a los norteamericanos a derrocarlo? Si esto es así, se equivocaron doblemente, porque ni el loco es comunista ni este país es anticomunista. Me atrevería a decir que, por el contrario, este es uno de la países más comunistas del planeta. No hay que olvidar que en el Manifiesto Comunista, Carlos Marx estableció que entre las condiciones necesarias para establecer el comunismo en un país estaban la creación de un banco central, de un impuesto gradual, y de escuelas públicas. Otra medidas eran la desaparición de la propiedad privada, que ya avanza a pasos agigantados, aunque encubierta en lenguaje medioambientalista. La próxima, la prohibición de que los ciudadanos posean legalmente armas de fuego, está al doblar de la esquina. También se han equivocado en calcular los extremos de maldad del tirano, quien los ha manipulado una y otra vez. Por ejemplo, la historia de los sucesos del Mariel, tal como ha aparecido en las páginas de los periódicos del exilio, no tiene nada que ver con la realidad. El éxodo del Mariel fue planeado cuidadosamente con anterioridad, en complicidad con el gobierno norteamericano. El objetivo era dual: actuar como válvula de seguridad, que evitara explosiones violentas en Cuba, y desprestigiar al exilio de Miami. Como dato curioso está el que uno de los exiliados que incitaron en las calles de Miami a ir a Cuba a buscar a los familiares es hoy uno de las mártires de la galería de héroes del MININT. Y lo mismo pecaron de crédulos cuando el incidente de Elían González. El resultado fue un fiasco total. Otra cosa en lo que la mayoría de los cubanos del exilio histórico se han equivocado es en su tratamiento hacia la Iglesia católica. Es evidente que, debido a errores graves de la alta jerarquía de la Iglesia, las cuales no creo que el presente papa podrá corregir por mucho que se lo proponga, la Iglesia se alió con el tirano y, por tanto, ha traicionado al pueblo cubano. Pero los miembros del exilio histórico no han tenido la valentía de exigirle a la Iglesia -- no rogarle, sino exigirle -- que modifique su conducta. Y yo me pregunto, ¿cuando todo cambie, y Cuba vuelva a la normalidad, volverán los jesuitas del Colegio de Belén a colaborar en la creación de nuevos monstruos como el de Birán? ¿Dictarán en Cuba cursos sobre Teología de la Liberación? Fiel a mi principio de absoluta libertad de expresión, creo que están en total libertad de hacerlo, pero, al menos, expresémosles en su cara nuestro más absoluto desprecio. Otro grave error en el que muchos cubanos del exilio histórico han caído es en creer que existe un diferencia entre el partido Demócrata y el Republicano, y que los republicanos nos van a ayudar a quitarnos de encima al tirano. Pero, la historia ha demostrado que, presidente tras presidente, ya sea de uno u otro partido, consideran al loco intocable, y no han hecho, ni harán, nada para ayudarnos a derrocarlo. Así que es una gran pérdida de tiempo escribir artículos demostrando que el loco es terrorista, que tiene armas bacteriológicas, que ha tratado de destruir este país muchas veces. Los gobernantes de este país lo saben perfectamente (tal vez mucho mejor, pues algunas de esas armas ellos mismos se las han suministrado), y no les interesa lo más mínimo. ¿Por qué? Sus razones tendrán, pero es bueno recordar que los intereses del gobierno norteamericano, o, mejor aún, de quienes controlan el gobierno norteamericano, no son los intereses del pueblo cubano. Finalmente, si alguno de los miembros del exilio histórico se toma esta crítica a pecho, y se dedica a investigar mis errores para sacármelos en cara, le digo de antemano que pierde su tiempo. Mis errores, que nadie conoce mejor que yo, son muchos, y enumerarlos llevaría mucho espacio. Y no creo que nadie me criticaría suficientemente fuerte por mis errores mas que yo mismo. Y esto nos lleva al error final, que considero el peor error de todos, y que se evidencia en el artículo del Sr. Fernández. El peor error de los miembros del exilio histórico cubano sería pensar que ellos siempre tienen la razón y que no comenten ni han cometido errores.
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