"YO SOY UNA PERSONA NORMAL" por Santiago de Juan Contrario a lo que algunos amigos "en plural para que se ponga el traje aquel a quien le quepa- me aseguran y que para no discutir yo se los acepto, que los años no pesan. Tal vez cuando se tiene 40 y se salta a 41 no se siente, pero coño, cuando se tiene 71, ya no pesan los años, sino hasta cada día que pasa. Y es lógico. Las piezas de nuestro cuerpo, al igual que las de cualquiera otra maquinaria, sufren desgaste. Hoy funciona perfectamente el aire acondicionado y...mañana ni fresquito tira. ¿Qué hasta ayer funcionaba? Nada se rompe si no estaba sano. Yo soy una persona que, por mi modo de vida, he tenido que soportar que me critiquen, tildándome, no solo amigos, sino hasta familiares, de que soy anormal, que estoy tostao. Aquellos que se han acogido a la doctrina de la corrección política, dicen que soy excéntrico. Todo esto, por la simple razón de que nunca me ha gustado dormir de noche. Cuando niño y adolescente, tenia que acatarme a las leyes de los mayores y me "acostaba" a la misma hora que los demás, pero esto no quiere decir que dormía. Esto hizo que mi cuerpo necesitase menos tiempo de dormir para recuperarse que el de los demás, aunque no puedo negar que, llegada la hora del almuerzo, prefería dormir a almorzar. Una vez que alcancé la mayoría de edad, entonces fue cuando comenzó esto de nombreticos. Lógicamente, si me acuesto a las seis de la mañana no me puedo levantar a las siete como hacen los demás, que se acostaron a las once de la noche. A las dos de la tarde desayuno y a las once de la noche ceno. ¿Que hay de anormal en eso? Algunas veces, por una razón u otra, en vez de acostarme a las seis de la mañana me acuesto a las diez. Entonces, como soy normal, desayuno a las cinco de la tarde y ceno a las dos de la madrugada. Esto para mi es ser independiente. Yo como cuando tengo hambre y duermo cuando tengo sueño y me levanto cuando no lo tengo. ¿Qué hay de anormal en eso? Algunos amigos se enojan conmigo porque cuando me preguntan a que hora pueden llamarme, les digo que cuando esté despierto. Nada, que si estoy dormido no puedo contestar el teléfono, y ahí mismo, el mote de que soy anormal. Un día, como 30 años atrás, un vecino mío que era de Hungría me pidió la hora. Cuando vio mi Juvenia de oro 18 quilates se encantó con él. Me lo quité y le pedí se lo probara. Lo hizo. Se miraba la muñeca de la mano izquierda y destellos salían, no del reloj, sino de sus ojos. Cuando por fin pudo apartar la vista de su mano me miró con una sonrisa que nunca antes le había visto. Comenzó a quitarse el reloj y lo paré: "Quédate con él, tengo otros". El hombre no podía creerlo y poco faltó para que me besara. Es verdad, tenia otros y en menos de una semana también los regalé. Decidí que yo NO tenía que llevar eso puesto en la mano...y con el reloj se fue también el anillo de matrimonio y le siguió la cadena que llevaba al cuello, medalla de la Caridad y todo. ¿Hay algo anormal en eso?. Después le siguió la corbata. Que cosa más ridícula que eso, que ni es delantal ni es la extensión de la lengua que por tantos años me había estado colgando del cuello. Y con el calor que se espantaba, para que llevar un traje, casi siempre oscuro, y camisa de mangas larga. Fuera trajes y fuera camisas de mangas largas. Y me sentía feliz. Como voy a muy pocas fiestas, a menos funerales, tengo solo un traje para cuando no puedo escaparme de esas situaciones. Pero si se muere José, me verán con un traje gris, el mismo que llevaré cuando se case Gladys o en la Misa del Gallo. ¿Hay algo anormal en eso?. En mi opinión, yo no soy anormal, simplemente, no soy hipócrita. Lo siento, pero con 100 grados de temperatura, 82% de humedad, en una tarde de agosto, bajo el sol, llevar un traje gris al sepelio de Agapito es ser anormal y es ser hipócrita, pues el único que no estará allí sudando la gota gorda seré yo...bueno, tampoco Agapito. Claro que mi independencia no se limita a mi horario para comer y dormir y mi vestimenta solamente. Hago mis compras por la madrugada, así como transacciones bancarias, visitas al correo. Jamás me oirán quejarme del violento trafico ¿Qué es eso? Mis clientes me adoran...siempre me encuentran dándole servicios lo mismo a la una de la madrugada que a las cinco. Unos quince años atrás, me llama mi agente de Bienes y Raíces. Había surgido una magnifica inversión pero era inminente el actuar de inmediato. Vendían una Iglesia con una escuela adjunta con capacidad la primera para 600 feligreses y la segunda para 260 alumnos, edificada en cinco acres de terreno, la cual había sido construida nueve años atrás. Los dueños estaban desesperados, pues tenían serios problemas con el Internal Revenue Service. La oportunidad era magnifica. Le dije que si los dueños estaban desesperados, que fuésemos ahora mismo para verla, si me gustaba, cerrábamos el negocio. "Pero Santiago, son las 2:30 de la madruga", me dijo. Linda, le contesté, si están desesperados, repito lo que me has dicho, no se molestarán si les llama. Media hora mas tarde, el Pastor y su esposa (los dueños), Linda y yo inspeccionábamos la propiedad. A las 4:15 de la madrugada, un Pastor feliz y su esposa firmaban como vendedores y yo como comprador. ¿Hay algo anormal en eso? No, los anormales fueron los que a las nueve de la mañana comenzaron a llamar al Pastor, el cual placenteramente dormía con su esposa y ni siquiera contestó el teléfono. Doce meses y un par de días mas (sabes, asuntos del IRS), vendí la Iglesia-Escuela, primero porque no soy Pastor ni Maestro y segundo, porque me dieron TRES veces lo que pagué por ella. ¿Hay algo anormal en eso? Existen amigos que me predicen que alguna de esas madrugadas, mientras estoy en el Banco depositando o extrayendo dinero, o en el correos, me van a asaltar. Es posible. Pero no voy siempre al mismo banco ni al mismo correos ni a los mismos lugares. Manejar de noche es pasear y la distancia no existe. Además, como no soy anormal, cargo conmigo una pistola, pequeña de tamaño pero no existe mayor en calibre, la cual emite un rayo laser, que hasta 50 pies de distancia, donde un punto rojo se ilumina, de solo apretar el gatillo pongo un plomo, o dos o siete, que derribará al mas pinto de la paloma. De verdad, ¿conocen ustedes a alguien más normal que yo?. Santiago de Juan Winter Park, Florida
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