Semántica Comunista


La Semántica Comunista:

Una Herencia de Distorsiones
© 1998 Por Ralph Rewes
¿Qué es la semántica comunista?
La semántica comunista es el arte del sofisma político aplicado en la propaganda directa e indirecta con una intención doble:  (1) invalidar automáticamente los argumentos del enemigo en cualquier tema y  (2) validar automáticamente el sofisma marxista en un argumento válido sin tener que probar su validez.
 Una vez que la semántica comunista comienza a funcionar,  el enemigo de la propaganda izquierdista puede denunciar cualquier atrocidad que hagan los comunistas y sus gritos caerán en oídos sordos,  cerrados por la invalidación.

Cómo lograron ganar los comunista esta guerra de palabras

Durante décadas,  intelectuales de todos los países del mundo,  escogidos entre los que tenía buenas intenciones,  pero un entrenamiento en lógica cuestionable,  fueron llevados a la Unión Soviética u otro país satélite para «estudiar» un número de materias,  a las cuales se le aplicaba esta política lingüística.
 El efecto de esa política estuvo limitado hasta alrededor de los 60.  La limitación de la política de distorsión lingüística se debía al hecho de que los comunista no habían logrado,  con excepción del alemán (también limitado) ,  apoderarse de un idioma occidental de gran amplitud y controlarlo a través de instituciones de alta enseñanza.
 Todo esto cambió cuando el comunismo internacional logró su punta de playa en la Habana.  Las instituciones de enseñanza de Cuba con la Universidad de la Habana a la cabeza,  cayó bajo el estricto control del Partido Comunista.  El español,  entonces,  un idioma de gran extensión geográfica,  podía ser utilizado con este propósito.  La oportunidad que se les abría a los marxista para trabajar en la lingüística era más amplia de lo soñado.  Su objetivo ahora podría ir más allá de los latinoamericanos,  podría alcanzar muy bien a los euamericanos.  Pronto los maestros de la propaganda cubano iban a ser imitados por los intelectuales románticos euamericanos.
 No pocos de estos «revolucionarios» euamericanos a partir de aquel momento desarrollaron una personalidad disgregada (aquellos a los que los comunistas cubanos le pusieron el apropiado adjetivo de «tontos útiles»).  Se destacaban principalmente los periodista de TV.  Esta práctica ridícula y peligros fue aplicada a menudo y con eficiencia por  (I)paradójicamente(I/) las redes de TV que se suponía defendieran la libre expresión de la palabra y donde,  por falta de preciado tiempo,  los clichés y los abstractos abundaban y abundan.

Cómo funciona este tipo absurdo de semántica
Se toman unas pocas palabras del arsenal propagandístico.  Entre otras palabras,  «imperialismo,  capitalismo,  socialismo,  revolución,  revolucionario,  proletario,» y otras.  Entonces,  se les distorsiona su significado en dos formas:  (1)  «ajustándoles» el significado para servir el propósito propagandístico (no para enseñar nada,  sino para acreditar a los apologistas o desacreditar a los enemigos),  entonces (2) se le añadía un segundo significado,  emocional y melodramático que permanece oculto.  Por ejemplo:

imperialismo: significado ajustado = EUA,  significado emotivo = malo.  De esa forma,  no importa lo que EUA tratara para defenderse,  una vez que se le aplicaba la etiqueta de «imperialista» las masas incultas (y algunas de las autodenominadas cultas,  pero tontas o mal intencionadas) reaccionaban automática y emotivamente contra cualquier cosa que llevara puesta esa etiqueta.
capitalismo,  significado ajustado = EUA,  significado emotivo = malo
socialismo,   significado ajustado  = igualdad social y justicia,  significado emotivo =  bueno.

 Cada significado ajustado tenía solamente uno de dos significados emotivos integrados,  o BUENO o MALO.  Haga una prueba.   Coja cualquier propaganda de un comunista o uno de los «postings» que ponen los agentes castristas en Internet y coloque entre paréntesis las palabras (bueno) o (malo).  Pronto se dará cuenta de la diferencia de un escrito de y un pedazo de propaganda (pruebe con algunos periodistas del Herald también).  Terriblemente,  esto funciona en una mayoría no entrenada a pensar con lógica.

Cómo es posible que aún funcione
Asusta pensar cómo decenas de líderes comunistas sin escrúpulos gasten días de su vida en este trajín.  Sin embargo,  lo hacen porque saben que su mecanismo simplista es muy efectivo en las masas.
 Hoy día en el mundo occidental y Estados Unidos,  hay una herencia de decenas de personas,  especialmente entre los medios de comunicación y la «intelligentsia» (la palabra favorita de los comunistas para clasificar a la gente útil y utilizable entre los intelectuales y artistas)”con personalidad disgregada.  Algunos que son muy buenos a la hora de analizar la economía o sacar escándalos a la luz.  Pero cuando llegan a la política se les ve el falso (como se dice en inglés) por su doble moral.  Hay decenas de periodistas que mal utilizan las palabras ajustadas por los comunistas y aceptan ciegamente el significado emotivo insertado en las mismas a pesar del melodramatismo de esa inserción.
 Por eso a Pinochet le llamaban «dictador» y a Castro le llaman «presidente» o «gobernante» para hacerse los objetivos.  La palabra dictador significa gobernante absoluto.  Pinochet nunca fue un gobernante absoluto.  Castro,  sí.  ¿Quién se beneficia con este rejuego? La imagen comunista en todo el mundo.  Y los periodistas euamericanos le siguen el juego sin pensar.
 Cuando la conducta de los comunistas del mundo se hizo tan repulsiva que lograron manchar el significado de la palabra «comunista,» los seguidores de Stalin inventaron los comunistas con otros nombres.  Así surgió una generación de comunistas no afiliados al partido.  Con ello lograron que los comunistas antieuamericanos no pudieran ser tocados ni con el pétalo de una rosa,  porque no eran comunistas afiliados al partido,  sino honestos ciudadanos con una mente crítica contra la política de los EUA,  no importa cual fuera esta,  si venía de EUA era (mala).  Si lo criticaban demasiado,  gritaban que se les perseguía y usaban el cliché de cacería de brujas.
 No en balde McCarthy nunca pudo probar nada.  Nadie puede probar una ideología sin afiliación.  La era de McCarthy necesita a gritos de un análisis objetivos donde se sopesen ambas partes.  Después de aquello,  los comunista sin carnet corría libres como búfalos,  construyendo sus fachadas antiimperialistas,  movimientos por la paz (claro sólo cuando las guerras afectaban a los comunistas,  por eso Afganistán no los tenía).  Muchas fueron las palabras que en inglés y en español cambiaron de significado.

Palabras Victimizadas
A través de los años,  el glosario euamericano fue atacado con furia,  especialmente décadas después con ideas creadas en la Habana,  como «We shall overcome,  Venceremos.» El euamericano típico identificaba la idea de «revolución» con la francesa o la americana,  revoluciones donde se luchó por la libertad individual,  la igualdad,  los derechos humanos,  etc.  Era ideal aplicar la misma palabra al robo del poder por la fuerza bruta realizado por Castro para instaurar una dictadura individual.  Les era difícil a los euamericanos darse cuenta de que la «revolución» cubana lo que hizo fue imitar los años barbáricos de persecución,  tortura y encarcelamiento masivo de otra mal llamada revolución:  la rusa.
 El régimen pseudorevolucionario de Cuba tenía una gran ventaja sobre el aparato propagandístico ruso,  el hecho de que lograron nacionalizar grandes agencias publicitarias euamericanas o moldeadas a la euamericana.  Con ellas,  los castristas heredaron un fantástico grupo creativo y un gran conocimiento profundo de la idiosincrasia euamericana ¡Qué ventaja!
 El mal uso de la palabra «liberal» por parte de los comunistas es la acción más insultante de esta campaña.  Por supuesto que existen liberales de verdad en los Estados Unidos,  pero no tienen nada que ver con la larga lista de demagogos,  especialmente comunistoides,   que se cubren con el manto de liberales.  Nada puede estar más lejos de un comunista o comunistoide que un liberal.  Véase el diccionario.

liberal 1. a.  Persona no limitada por actitudes,  dogmas y conceptos autoritarios,  ortodoxos,  tradicionales o establecidos;  libre de prejuicios.

¿Cuántos de los llamados marxistas,  algunos socialistas,  revolucionarios a lo Castro,  pacifistas y otros comunistas caen bajo esta descripción? Es más,  chequee todo los grupos que usan la palabra «paz» y pronto verá su esencia que nada tienen que ver con la paz.

Castro,  artífice del sofisma
Si a usted le ha asombrado por qué en 1996,  un periodista conocido como Dan Rather,  se aparece con el estúpido (o malicioso) título de [Castro],  el Último Revolucionario,  para presentar la imagen del último dictador de América Latina, he aquí por qué.
 El propio Castro es un erudito en cosas de la prensa libre.  Si hay alguien que conoce el mecanismo de las relaciones públicas en EUA,  ése es él.  Empezando porque nunca se deja entrevistar por un periodistas de agalla,  sólo aquellos que van a dejarlo hablar lo que él quiere.  Como Dan Rather que mostraba aquella cara de tonta admiración por el dictador caduco y de la cual debió avergonzarse después cuando trató de enmendar la plana con infantiles comentarios ambiguos sobre la dictadura.
 Durante años,  Castro y sus agentes han estado tratando de desacreditar el millón de víctimas de su régimen que viven en exilia.  Muchos intelectuales prejuiciados han aceptado ciegamente todos los clichés que han complotados los intelectuales castristas,  raras veces una vez hecho esto se molestan por hacer un análisis objetivo.  Como el término «intolerantes» cínicamente usado por gente que no toleran nada y que se pasan la vida desalmadamente provocando a gente con familias y amigos presos,  asesinados y muertos en el Estrecho de la Florida.  Pues,  es muy fácil provocar gente dolida,  pero qué falta de humanidad hay que tener para hacer eso.
 ¿Por qué a Rather no se le ocurrió (junto con la imagen del dictador de sonrisa cínica) enseñar la entrevista de la madre que perdió su hijo de 12 años cuando el hundimiento despiadado de un remolcador cargado de niños?  ¿Por qué no entrevistó la familia de los pilotos asesinados para mostrar la vida limpia de esos muchachos? Sencillamente porque Rather todavía está obsesionado por la semántica comunista.  Para él «revolucionario» es «bueno.» «Exilio cubano» es «malo.» A pesar de que un «buen» periodista evita las generalizaciones.


FIN



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