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RECORDANDO A MI PRIMO OSCARITO
La Historia de los Piranhas
Eran alrededor de las tres de la tarde del 19 de abril de 1961, en la
playa de Girón, Cuba. El sol estaba radiante y calcinante, alrededor mío las
tropas de la Brigada se movían en ordenada retirada buscando un punto por
donde escapar de ese anillo de hierro y fuego que trataba de estrangular y
cerrar cualquier vía de escape.
La Brigada llevaba 72 horas peleando ante un ejército 50 veces más
poderoso, sin parque ni municiones y bajo un fuego inclemente por aire y
tierra, la Brigada vivía sus últimos minutos.
Yo me encontraba solo y buscando desesperadamente quien me moviera
las 405 granadas de mortero 81mm que tenía almacenadas en la playa y que en
cualquier momento los aviones de Fidel que controlaban el aire o los
"howitzer" de 122mm que nos estaban martillando podían hacer explotar esas
municiones causando una verdadera masacre en nuestras tropas.
Como providencia divina vi acercarse a un grupo de combatientes que
venían procedente de la carretera a Playa Larga. Cuan mayor fue mi sorpresa
cuando distinguí que uno de esos brigadistas con su pañuelo verde amarrado al
cuello era mi primo hermano de 17 años Oscar Diez-Argüelles, morterista de la
compañía H del batallón 2 y miembro del grupo de los piranhas. Ellos le
dieron ese nombre a grupo después de regresar a la Base Trax de un
entrenamiento de más de 50 días en las selvas de Guatemala en un lugar
llamado GARRAPATENANGO, el hambre y las necesidades que pasaron en la selva
fueron tan grande que se juraron que nunca más pasarían esas vicisitudes. En
lo adelante el grupo de dedicó a conseguir y suministrar al batallón 2 cuanto
fuera necesario para sobrevivir el infernal entrenamiento. Tiempo antes de
partir los batallones 5 y 6 también se beneficiaron del sistema de suministro
ingeniado por los piranhas.
Entre los piranhas se encontraban Julio, Ernesto, Raúl y Oscar
Diez-Argüelles (todos primos hermanos) Humberto Díaz Fiallo, Roberto P.
Perkins, Juan Manuel Levy, Oscar Santana, Pedro Pablo Patiños y Mario Martínez-Malo.
La tienda de campaña de los piranhas servía de punto de reunión de
todos los jóvenes (tenían un buen ejemplo en su jefe de batallón, Hugo
Sueiro), muchos de ellos de escasamente 15-21 años de edad. Recuerdo a
Felipito Rodón, Jorge y Roberto Mancebo, Armando Lastra, Lincoln y Omar
Babún, Juan y Pedro Blázquez, Ernesto Freyre Jr., Rafael Montalvo, Rafael
de los Reyes, Humberto J. Cortina, Mario y Jorge Silva, Carlos León Acosta,
Tony Zamora, Amado Gayol, Jorge Silveira, Manuel (Pachy) Portuondo, Garcilazo
Rey, Bernardo y Sergio Millares, Jorge y Julío Tarafa, Frank y Jorge de Varona,
Carlos de Varona, Fernando Martínez, José M. García, Juan José Arteaga,
Pablo Pérez-Zamora, Fernando Marquet, Wilfredo y Johnny Figueras,
Juan A. Suárez Rivas, Jorge Herrera, Jorge del Valle, Johnny Clark,
Jhonny López, Ricky Sánchez, Enrique, Julio y Miguel Falla y muchos más que
haría interminable este artículo. Todos cumplieron como verdaderos hombres.
Oscarito me divisó, y con su característico bozarrón me gritó, "qué
pasa Roberto", le contesté que necesitaba que regrresaran de nuevo al frente.
Oscarito empezó a gritar "piranhas paren, companía H paren Roberto tiene que
hablarles". Todos se reunieron alrededor mío y se pusieron a escucharme.
Les conté que en ese momento la Brigada estaba en retirada y que una
columna enemiga con tanques y equipos pesados se acercaba por la carretera de
Playa Larga, que si no la parábamos entrarían en Girón y la matanza en
nuestras tropas sería incalculable. Come ellos eran morteristas y las cajas
que yo tenía a mi alrededor contenían granadas de morteros 81mm yo necesitaba
que me ayudaran a desacerme de ellas. Me constestaron que teían los morteros
con ellos todavía pero que necesitaban un camión para transportar las
municiones y el equipo. La providencia divina nos volvió a sonreír y en esos
momentos una compañía de fusileros del batallón 2 se nos acercó y al
explicarles lo que pasaba, Freddy Calá el Titán, nos dijo que él había visto
un camión abandonado por allí cerca y que él lo iría a buscar y que él mismo
sería el chofer.
Cinco minutos más tarde Freddy regresó con el camión; los fusileros y
los morteristas cargaron juntos las granadas al camión y los fusileros se
comprometieron a aguantar con fuego a las tropas de Fidel y así permitir que
la compañía H se pudiera retirar después de cumplir su cometido.
Los Piranhas fueron subiendo al camión así como el resto de los
miembros de la compñía H, Juan B. Sollosso, Francisco J. Hernández, Gabriel
Oti, Félix M. López, José Miró, Guillermo Sueiro, Miguel Angel Campos, el viejo
Sosa, Frank H. De Beche, Guido Conill, Roberto Vázquez, Rogelio y Roberto
Rodríguez.
Me le acerqué a Mario Martínez-Malo y le dijo, "protégé a mi primo
Oscarito, es tan joven" el me miró y me dijo "no te preocupes Roberto, pero a
mí quien me protégé", me dió la espalda y se subió al camión.
Los morteristas avanzaron casi tres millas en territorio enemigo;
fueron atacados dos veces por la aviación de Castro, dos veces tuvieron que
abandonar el camión, dos veces volvieron a montarse en éste para seguir
adelante. Cuando encontraron el lugar adecuado, desembarcaron el equipo y
las granadas y con solamente tres morteros crearon el fuego de voleo más
espectacular que se haya visto solamente superado por el que ellos
sostuvieron la noche de la batalla de la Rotonda en Playa Larga.
Con esa acción, pararon el avance Castrista y junto con los fusileros
que los acompañaron pudieron huir hace los pantanos donde todos fueron
capturados días más tarde.
Compañía H, donde quiera que se encuentren-GRACIAS.
Nota: Oscarito murió en San Juan, Puerto Rico, en Mayo, 1979.
FIN
Roberto Pertierra
G-4 Jefe de Logística
Brigada 2506
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