Los Cubanos en GettysburgDeberia existir la Internacional de la Democracia, como hay la Internacional del Comunismo. Si los hombres se unen para oprimir y esclavizar, deberian unirse tambien para redimir y libertar. Pero, en verdad, si todavia no existe, organizada, la Internacional de la Democracia, siempre existio, y existe, el intercambio de heroes de todos los paises donde hay hombres que repudian la injusticia. Durante nuestras guerras de independencia hubo extranjeros que lucharon y murieron junto a los cubanos por la libertad de Cuba; pero tambien los cubanos hemos ido a otras tierras para luchar y morir por la redencion de otros pueblos. Hoy rendimos homenaje de recordacion a dos cubanos ejemplares, heroes de nuestra guerra de independencia, que lucharon en los Estados Unidos por la emancipacion de los esclavos. Los generales Federico y Adolfo Fernandez Cavada habian nacido en Cienfuegos. Cuando Las Villas se unio a la Revolucion de Cespedes, los villarenos llevaban al frente a Federico Fernandez Cavada, junto a Carlos Roloff, Antonio Lorda, Eduardo Machado y Miguel Jeronimo Gutierrez. Mas tarde acudio al campo insurrecto, en una de las expediciones, el perinclito Adolfo Fernandez Cavada, hermano de Federico. Pero los generales Cavada no eran bisonos, graduados en la manigua, graduados en el sigilo de las conspiraciones criollas. Se unian a Cespedes con una brillante ejecutoria guerrera. Habian peleado, con galones de Coronel, en los ejercitos de Abraham Lincoln, en las batallas mas famosas de la Guerra de Secesion de los Estados Unidos. Federico Cavada era casi un nino todavia. Contaba poco mas de 16 anos y vivia en Filadelfia con la madre. Observando la inquietud del mundo y volviendo los ojos a la infortunada tierra de Cuba, escribio unos versos sobre el martirio del Cacique Hatuey, donde formulaba esta plegaria:
Oh, Dios! Oh, Dios!, que en el suelo cubano Los versos, a la verdad, no eran antologicos; ni acusan mucha calidad poetica. Pero la vida heroica de Federico Cavada le infundio un glorioso sentido de promesa y de fe. Por eso fue de los primeros cubanos en secundar la Revolucion de Yara; pero tambien de los primeros en inscribirse en el servicio militar de la Union, junto con su hermano Adolfo. Al poco tiempo, los hermanos criollos se habian ganado la confianza de sus jefes. Pertenecian al Regimiento 114 de Pennsylvania. En atencion a sus conocimientos de ingenieria y topografia, Federico realizo una encomienda entonces novedosa: subio en globos cautivos para otear el campo de operaciones. A esos globos cautivos se les llamo "los ojos del Ejercito del Potomac" Y uno de aquellos observadores, que afrontaban constantemente el riesgo de las balas enemigas, fue el cubanisimo Federico Fernandez Cavada. Los Cavada pelearon bajo las ordenes del general George McClellan en la batalla de Antietam. Tambien en Fredericksburg, tan adversa para la Union, y en el desastre de Chancellorsville, bajo las ordenes del mayor general Hooker. Ya era Federico Teniente Coronel. Estuvo con su hermano despues en la concentracion que se hizo para hacer frente a una imponente masa de soldados bajo el mando directo del general Robert Lee, el gran jefe de los ejercitos confederados, y los dos hermanos pelearon valientemente en la batalla de Gettysburg. En la noche y en la tarde de aquel primero de Julio, se vio, como el mismo cuenta en sus memorias, "en medio de una gran masa de hombres batallando por avanzar". Los riesgos y asaltos aumentaron el dia 3. El caballo que montaba Adolfo Fernandez Cavada cayo muerto; el propio heroe recibio un casco de metralla en el pecho. Pero todos los peligros y angustias tuvieron por recompensa la victoria en el campo de Gettysburg. Terminada la guerra, asistiria a la ceremonia de la consagracion del campo de batalla de Gettysburg, y alli, entre la muchedumbre devotamente congregada para honrar a los caidos, oyo la voz de Lincoln prometer que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparecera de la tierra. Aquella voz no se le borro jamas de la memoria. Y acaso aquellas solemnes palabras aumentaron su firme voluntad de hacer que no descansara su "enojada mano" hasta romper el yugo de la tirania, como prometio en sus versos de adolescente. Heroes de Gettysburg! Heroes de Cuba!...No importa el lugar. Fueron siempre los heroes de la libertad. Y volverian a serlo, si vieran a su patria como ahora la vemos, sojuzgada y sangrante. FIN Ricardo Nuñez Portuondo
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