Cuba: los menesteres de dos escorpiones por Otto Rodríguez Viamonte PRESIDIOEn una fábula de autor desconocido una rana se acerca a la orilla de un arroyo con intención de cruzarlo. Un escorpión que había cercano se dirige a la rana y le pide que le permita montarse en su lomo para él también cruzar. La rana prudentemente se niega, pero el escorpión, aduciendo que el no tenía motivos para atacarla, y que si algo estaría agradecido hacia ella por prestarle a él ese servicio, convence a la rana. Cruzan y al llegar ambos a la otra orilla el escorpión clava con saña su ponzoña venenosa en el lomo de la rana; y ésta, antes de expirar, le pregunta al escorpión: "¿Por qué has hecho esto?", a lo que el escorpión responde: "no puedo evitarlo, es mi naturaleza". En una carta relativamente bien conocida escrita por Fidel Castro desde el presidio Modelo, en Isla de Pinos, donde se encontraba cumpliendo condena por el ataque al Cuartel Moncada, escribió él: "4 de abril de 1954. Son las once de la noche. Desde las seis de la tarde he estado leyendo seguido una obra de Lenin, El estado y la revolución, después de terminar El 18 brumario de Luis Bonaparte y Las guerras civiles en Francia, ambos de Marx, muy relacionados entre sí los tres trabajos y de un incalculable valor. Tengo hambre y puse a hervir unos espaguetis con calamares rellenos. Mientras cogí la pluma para hacerte unas líneas más, ya que te robé tiempo por la tarde. No te había dicho que arregle mi celda el viernes. Baldié el piso de granito con agua y jabón primero, polvo de mármol después, luego con lavasol y por último con agua con creolina. Arreglé mis cosas y reina aquí el más absoluto orden. Las habitaciones del Hotel Nacional están limpias… Me estoy dando ya dos baños al día obligado por el calor. ¡Que bien me siento cuando acabo! Cojo mi libro y soy feliz en ciertos instantes. Me han servido de mucho mis viajes por el campo de la filosofía. Después de haber roto un buen poco la cabeza con Kant, el mismo Marx me parece más fácil que el padrenuestro. Tanto él como Lenin poseían un terrible espíritu polémico, y yo aquí me divierto, me río y gozo leyéndolos. Eran implacables y temibles con el enemigo. Dos verdaderos prototipos de revolucionarios. Me voy a cenar: espaguetis con calamares, bombones italianos de postre, café acabadito de colar y después un H.Upmann 4. ¿No me envidias? Me cuidan, me cuidan un poquito entre todos… No le hacen caso a uno, siempre estoy peleando para que no manden nada. Cuando cojo sol por la mañana en shorts y siento el aire de mar, me parece que estoy en una playa, luego, un pequeño restaurante aquí. ¡Me van a hacer creer que estoy de vacaciones! ¿Qué diría Carlos Marx de semejantes revolucionarios?" Aparte de las obvias diferencias extremas entre las condiciones de vacaciones de lujo que disfrutó Castro durante su "condena" en prisión (rebajada de diez años a dos, por orden del dictador Batista) y las condiciones de miseria, tortura de varios tipos y otras vejaciones a que el régimen castrista somete a sus presos políticos ¿que conexión hay entre la fábula mencionada y la carta de Fidel Castro en presidio? Todas las prebendas, conveniencias y privilegios de que Fidel Castro disfrutó en presidio eran con el conocimiento y aprobación del entonces jefe del penal, de apellido Capote. El mencionado jefe del presidio, que se encontraba en el extranjero cuando se inicia la revolución se las agenció para indagar a través de una tercera persona, cómo pudiera haber sido recibido si regresara a Cuba; y Castro, (a sabiendas que el comandante Capote era responsable por haberle intercambiado los sobres a dos cartas que él había escrito mientras en prisión, una a su entonces esposa y la otra a "una amiga"), le comunica que "él no tenía problemas con la revolución". Así creyéndolo él regresa a Cuba, donde es inmediatamente arrestado, y por órdenes expresas de Fidel, fusilado. La personalidad malévola y criminal de Fidel, y su probada "lealtad únicamente a la traición" (para repetir las esclarecedoras palabras que dijo de él el siniestro personaje francés Fouché) ha sido bien estudiada y documentada por expertos especializados en la materia. Dos escorpiones: uno de ocho patas y el otro de dos piernas; pero ambos igualmente viles, y haciendo lo que mejor hacen.
Recibido por mur
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