EL PELIGRO DEL CONTINUISMO EN CUBA

Por Néstor Carbonell Cortina

No es un secreto que Castro y su salud decaen en picada, pero sería aventurado tratar de precisar la fecha de defunción. Y sería imperdonable sentarse a esperar que ocurriese, porque la crueldad del tirano, lejos de amainar en su ocaso, arrecia. Prueba de ello son sus recientes fusilamientos y la brutal prisión, en condiciones infrahumanas, de 75 indefensos adalides de la oposición cívica y el decoro.

Sin abandonar la lucha que el presente exige, conviene, sin embargo, preparse para el porvenir. Precisa evitar que Castro y sus "a lateres" logren consumar lo que están tramando: un continuismo maquillado de transición, que frustre o aplace el advenimiento de un estado democrático de derecho sin componendas ni mediatizaciones.

No han escaseado los estudios y proyectos enderezados a canalizar el tránsito a la libertad, pero les han faltado cohesión y respaldo de ancha base. Un paso de avance hacia el consenso deseado se logró con los principios meridianos esbozados hace poco por opositores en la isla. Sólo se requería darles cuerpo a esos principios, instrumentarlos.

Esto pudieron haberlo hecho Oswaldo Payá y sus colegas al elaborar su reciente Documento de Trabajo y Programa Transitorio, que llamaremos "Ponencia." Lamentablemente, no fue así. En vez de desarrollar bases fundamentales para una verdadera transición democrática, sin lastres continuistas, la Ponencia tomó otro rumbo. Sin ánimo de polemizar, con respeto y alteza de miras, emitiré algunos comentarios sobre este particular.

Aunque farragosa y recargada, la Ponencia proclamó inicialmente algunas metas inobjetables: abrogación de la Constitución estalinista de 1976/1992; cese en sus cargos de los miembros del Consejo de Estado, de la Asamblea del Poder Popular y de la Presidencia del Consejo de Ministros; restauración de ciertos derechos individuales consagrados en la Carta de 1940. Pero queriendo evitar la "ruptura del orden institucional" [totalitario], la Ponencia torció después estas metas, y se adentró por vericuetos muy peligrosos. Veamos algunos ejemplos.

Composición Discriminatoria del Consejo Nacional del Gobierno Transitorio (CNGT)

La Asamblea Nacional del Poder Popular, organismo de fachada creado por Castro para corear sus consignas y aplaudir sus ukases, no se disuelve totalmente, como pareciera estipular la Ponencia, sino se perpetúa, aportando de su seno 15 de los 33 miembros que han de integrar el CNGT. El llamado Comité Ciudadano de la Oposición Pacifíca (por constituirse), podrá designar otros 15 miembros, siempre que no sean exiliados. Los tres delegados restantes serán nombrados como sigue: uno por los católicos, otro por los bautistas y el tercero por los masones. Si se aceptase esta composición, el CNGT discriminaría a los exiliados (relegados a comisiones burocráticas); sería clasista en la troica confesional, y estaría de hecho dominado por el único grupo organizado que contaría con los resortes del poder: los 15 representantes del régimen comunista.

Amnistía de los Presos Políticos e Impunidad de los Criminales del Régimen

La Ponencia no distingue entre los opresores y los oprimidos, entre los victimarios y las víctimas, entre los liberticidas y los libertadores. Bajo el manto de la amnistía propuesta, no sólo se exoneraría a los presos políticos, sino también se les otorgaría un certificado de impunidad a los elementos de la tiranía que hayan cometido u ordenado crímenes horrendos. Me temo que esta equivalencia moral entre los matarifes del despotismo y los combatientes por la libertad, lejos de propiciar la reconciliación y la paz, atizaría el revanchismo.

La "Piñata" para los Funcionarios del Régimen

La Ponencia establece que "conservarán de manera inviolable el uso y la propiedad de una vivienda familiar los funcionarios, dirigentes y ciudadanos, sean o no miembros del Partido Comunista, que hayan recibido esta vivienda en función de rango o necesidad de parte del Estado…" Como los sandino-comunistas en Nicaragua, los usufructuarios del régimen de Castro se quedarían con las mansiones robadas.

La Propiedad Privada y la Libre Empresa en Entredicho

La Ponencia reconoce nominalmente el derecho de propiedad privada, pero después lo subvierte al sentenciar que los bienes confiscados por el régimen comunista no serán devueltos a sus legítimos dueños, ni éstos serán indemnizados. Si se convalidase así el robo gigantesco perpetrado por la tiranía, se estaría ahuyentando la inversión privada en la fase crítica de la reconstrucción del país.

La Ponencia aplaza el proceso de privatización de las empresas estatales (casi todas en manos de los privilegiados del régimen), con lo cual se prolongaría la actual crisis económica, agudizada por la corrupción. La marcada inclinación al intervencionismo del estado se manifiesta en las atribuciones de la llamada Subcomisión Nacional de Comercio y Precios, creada para "controlar y administrar en los casos que corresponda todos los comercios de la red nacional…" y para "dictar los precios de los productos que crea justo y necesario."

En lo que respecta a la reforma agraria, la Ponencia se hace eco del equívoco mote de que "la tierra es de quien la trabaja" -- consigna lanzada por Lenin para que los "kulaks" (pequeños agricultores) se sublevaran contra los ricos terratenientes y facilitaran, sin darse cuenta, la colectivización de la agricultura y el exterminio de los que se opusieran. En los países democráticos y progresistas, no contaminados con el virus marxista-leninista, la tierra es de quien la adquiera lícitamente. Y esto incluye al pequeño agricultor que la labra, así como al empresario que aporta capital, tecnología y recursos humanos para promover su cultivo.

Garantías Individuales Conculcadas

Es bien sabido que la libertad de expresión, a través de todos los canales disponibles, es la esencia de la democracia. Por eso los regímenes totalitarios, como el de Castro, controlan los medios de comunicación e impiden que el sector privado los adquiera y administre. A pesar de estos antecedentes, la Ponencia establece que la llamada Comisión Nacional de Comunicaciones (agencia estatal) tendrá bajo su control todas las empresas de radio, prensa y televisión, y será la encargada de distribuir espacios gratuitos entre los sectores sociales.

Otra garantía ciudadana conculcada en la Ponencia es la independencia del poder judicial, ya que se le confiere al gobierno transitorio la potestad irrestricta para revocar la designación de los jueces del Tribunal Supremo y de los fiscales.

Bastan estos ejemplos para demostrar que la Ponencia, tal y como está redactada, podría dar lugar a un funesto continuismo. No cuestiono la buena fe de los autores; apunto solamente las posibles consecuencias. En el caso específico nuestro, que no es el de la España bajo Franco, si se tratase de ir, sin ruptura ni desmantelamiento, "de la ley a ley," la transición podría llegar a ser sucesión, y los que hoy subyugan y esquilman a Cuba podrían pasar "del poder al poder."

¿Como evitarlo? Pues con una concertación patriótica entre todos los líderes democráticos, de acá y de allá, que se opongan al continuismo y coloquen a Cuba por encima de las ambiciones personales y de los intereses sectarios. Con una Ley de Tránsito Constitucional que elimine los amarres totalitarios y ratifique los derechos fundamentales ("Bill of Rights") consagrados en la Carta de 1940, sin lastres ni aditamentos que los socaven o anulen. Con un bosquejo de gobierno provisional que recoja las mejores recomendaciones de nuestros expertos, para que cuando despunte el alba en la patria que sufre pueda impulsarse la liberalización económica con conciencia social, la democratización política legitimada por el sufragio, y la regeneración moral expurgada de odios y asentada en la justicia y la verdad.

FIN

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