¡PIONEROS POR EL COMUNISMO: SEREMOS COMO EL CHE! Por Manuel Prieres Este trabajo se lo dedico a generaciones de niños cubanos a quienes le han impuesto en Cuba un modelo de hombre a imitar: EL CHE GUEVARA. SEGUNDA PARTE DE TRES (II)GUATEMALAA la Guatemala del marxi-comunista militar Jacobo Arbenz elegido Presidente en 1950, llega el joven Ernesto Guevara del brazo del fugitivo trotkista argentino Ricardo Rojo. Guatemala por esos días convertida a toda velocidad en una réplica al carbón de la República Española de los años 30s., donde centenares de izquierdistas ya asentados en la tierra de Miguel Angel Asturias constituían algo así como Brigadas Internacionales. Corría el año de 1953, y el 9 de abril la Iglesia Católica guatemalteca difundía una Pastoral denunciando a los comunistas infiltrados en el gobierno de Arbenz. La Pastoral estaba firmada por mismísimo Obispo Mariano Rossell Arellano, donde éste –entre muchas cosas- denunciaba el recibimiento de armas de procedencia Checoeslovaca para entregárselas a las recien organizadas milicias populares. A todo ello Guevara y su grupo recien llegado a Guatemala, compuesto por Ricardo Rojo, Eduardo “Gualo” García, Oscar “Valdo” Valdovinos y Andro “Petiso” Herrero, se irán a hospedar en una Pensión frente al Parque de Ciudad Guatemala. En dicha pensión Guevara conocerá a varios cubanos enviados por la izquierda de la isla a apoyar el experimento marxi-comunista de Jacobo Arbenz: Antonio “Ñico” López (Alto y flaco y participante en el ataque al cuartel de Bayamo cuando el 26 de Julio), Mario Dalmau (bullicioso y autosuficiente), Antonio “Bigotes” Darío López y José Miguel “Che-Che” Vega Suárez ( este ultimo enfermó del estómago y Guevara lo atendió). Todos estos cubanos se identificaban como “moncadistas” que habían ido a apoyar al gobierno de Arbenz. El cubano “Ñico” López fue el que le dijo por primera vez a Ernesto Guevara: “ Che”. Fue el que lo bautizó pero por supuesto que sin agua bendita. Ernesto Guevara y algunos de los cubanos se dedicaron a vender estatuillas del Cristo Negro de Esquipulas en el Parque que tenían frente a la Pensión.. Es en Guatemala que Guevara conoce a la aprista peruana Hilda Gadea presentada a él por Ricardo Rojo. Una mujer con marcada mezcla indo-china. De bella tenía muy poco; pero, sin embargo, toda una potencia intelectual conocedora de las más importantes y necesarias lecturas marxista. Hilda Gadea sera la que presentará a Guevara toda una constelación de personalidades nacionales y extranjeras de la izquierda militante, dadas cita en la Guatemala de Arbenz para empujar sus hombros en la comunización del país. Entre muchos tendremos al profesor estadounidense marxista Harold White; Alfonso Bauer (Ministro de Economía), Jaime Díaz Ressuto (Secretario de Jacobo Arbenz); el exiliado politico nicaragüense professor Edelberto Torres y su hija Myrna que trabajaba junto a Hilda Gadea en el Instituto de Fomento a la Producción en Guatemala. Así como Edelberto Torres Jr., nicaragüense, quien fungía como Secretario General de la Juventud Comunista de Guatemala. Algo insólito esta ingerencia foránea dentro del gobierno de Arbenz; pero-cuidado- muy lógico dentro del internacionalismo proletario. Ernesto Guevara habrá de conocer también al nicaragüense Rodolfo Romero quien estuvo en su momento bajo las órdenes de Augusto César Sandino. El mismo que habrá de fungir en el gobierno de Arbenz, nada más y nada menos, como jefe de las Brigadas Internacionales en Guatemala. En todo este contexto pudiera asegurarse que Hilda Gadea fue la persona que –además de compartir el lecho con Guevara- también pulió formal e intelectualmente a nuestro personaje. Orientándolo en lecturas fundamentales como las biografías de Mao Tse Tung, Whalt Whitman, Sartre, Freud, Adler… Hilda Gadea: una frenética marxi-comunista que había venido “solidariamente” a Guatemala a practicar el Internacionalismo; Guevara, por su parte, al leer a Mao adquirirá una admiración enfermiza hacia el comunista agrario de los ojos rasgados. Guevara llegará a tener fascinación por Carlos Marx, simpatía por Vladimir Ilich “Lenin” y pasión por Jawaharlal Nehru (su gran héroe). Guevara volverá a leer a Pavlo y los Reflejos Condicionados para discutirlos con el marxista estadounidense Harold White; mientras la Gadea le presentará al joven miembro del Partido Comunista guatemalteco Herbert Zeissing. Pero obsérvese muy bien esto: Ernesto Guevara, cuidado, nunca será leal incondicional con sus amistades. Es así como en una discusion sostenida con Ricardo Rojo de cómo hacer la revolución; Rojo, defendiendo la vía electoral; Guevara esgrimiendo la lucha violenta y a tiros, concluye Guevara la polémica con la insinuación de que: “éste- refiriéndose a Rojo- terminará siendo agente del imperialismo”. Al ser inminente la “Operación Guatemala” comandada por el militar guatemalteco Castillo de Armas para derrocar al régimen de Jacobo Arbenz, comienzan las ratas internacionalistas a abandonar el barco; entre ellos Ricardo Rojo y “Gualo” García. Sin embargo Guevara y la Gadea se quedarán a enfrentar la “Operación Guatemala”. Y ya bajo los bombardeos de la aviación anti comunista de Castillo de Armas, Ernesto Guevara escribirá en su inseparable Diario: “al escuchar las explosiones alrededor mío, siento tanto placer que zurro mis piernas”. Más adelante se unirá a las milicias rojas poniéndose a patrullar las calles de la capital, mientras Hilda Gadea se alista en las Brigadas de Mujeres Comunistas. Jacobo Arbenz huye metiéndose en la Embajada de México.Acción ésta que le ganará el calificativo de “cobarde” por parte del nicaragüense Rodolfo Romero, quien a las diez de últimas también espantará “cobardemente la mula” huyendo hacia Nicaragúa so pretexto de seguir su lucha contra Somoza. Con la candela cerca, Guevara también huye “cobardemente” hacia la Embajada de Argentina en Guatemala, y ya en su interior se topa, todos a buen resguardo, con muchos “pejes gordos” del Comunismo Internacional que en Guatemala querían editar otra España Republicana de Santiago Carrillo y Dolores Irribarruri “La Pasionaria”. Finalmente, días después, Guevara sale de la embajada rumbo a México acompañándole en la huída el Jefe del Partido Comunista de Guatemala, Roberto “El Patojo” Cáceres. MEXICOErnesto Guevara De La Cerna llega a Ciudad México junto “Al Patojo” y se ponen a sacar fotos al público en un parque del D.F.. Claro. Guevara desde muy pequeño habrá de tragase una barreta –como decía mi padre Matías- para de esa forma jamás “doblar el lomo”. El trabajo fuerte y de verdad le dará urticaria a nuestro personaje argentino. Con la primera persona que Guevara se conecta al llegar a México es con el marxi-comunista, guionista de cine, Ulises Petit de Murat. Quien a su vez lo relaciona con diferentes círculos izquierdistas residentes en el México “grande y querido” –como dice la canción- meca histórica de cuanto comunista se pierde por ahí. Una prueba la tenemos en los “camaradas” Diego Rivera, Orozco, Siqueiros, Frida Kahlo, Tina Modotti. Julio Antonio Mella y León Trotsky (asesinados estos dos últimos en México por propia gente de su calaña). Ernesto Guevara comienza a frecuentar un cafetín en el D.F. regenteado y visitado por republicanos españoles huídos de la candela franquista en la “Madre Patria”. Conociendo ahí al republicano General Bayo, quien a la sazón funge como profesor de una Universidad capitalina mejicana. También en dicho tugurio rojo a él se le presentará un jóven cubano achinado y con bigotillo a lo Blasco Ibañez nombrado Raúl Castro. Haciendo tan buenas migas ambos que el cubano invita al argentino a casa de la cubana Maria Antonia González, casada con el profesor mejicano “Dick” Medrano con residencia en la calle Emparán No. 49, D.F., para presentarle a su hermano Fidel Castro. Raúl Castro alguien muy vinculado con los soviéticos desde su ida a un Festival de Juventudes Comunistas en Europa, y es ahí que conoce al joven soviético que funge en la nómina del Ministerio de Relaciones Exteriores soviéticos, pero en realidad es un connotado miembro del KGB: Nikolas Leonov. Es el mismo individuo con quien Raúl Castro tiempo después se topa en México, y de inmediato lo invita a ir a reunirse con izquierdistas internacionalistas en casa de María Antonia. Gracias a llegar a conocer a Leonov por conducto de Raúl Castro, Guevara comenzará a frecuentar la Embajada soviética en México pues le interesa la literatura soviética. Leonov le presta tres libros: Chanaev (de la Guerra civil), Así Se Templó el Acero (de Ostrosky) y El Hombre Completo (sobre un héroe soviético de la Segunda Guerra Mundial). El primer encuentro de Fidel Castro con Guevara sera en casa de María Antonia oportunidad esa que el cubano convence al argentino de que lo acompañe en la aventura anti batistiana. El argentino acepta con una condición: Fidel: entre tú y yo, ni matrimonio ni divorcio; cuando yo lo estime conveniente me voy de tu lado”. Sellando el pacto ambos hombres con un abrazo revolucionario y de camaradas. El primer encuentro de Fidel Castro con Hilda Gadea será cuando estaba al lado de su amante Guevara acompañados, en ese momento, por Laura Albizo Campos (esposa del marxicomunista portorriqueño Albizu Campos) y Juan Juarbe. Días después de la reunion entre “compañeros” la Gadea le confesará a su novio que estaba embarazada suyo, y por tanto le pedía que no fuera él en el Granma. Al enterarse Castro del pedido de la Gadea a Guevara, reaccionó de la siguiente manera: “Hilda controla al Che”. El 15 de agosto Guevara se casa con Hilda Gadea. Y en el momento de firmar el acta de matrimonio, lo hará por primera vez y hasta su muerte con un lacónico y solitario: “Che”. El mismo apodo que le puso el cubano “Ñico” López en Guatemala. Los testigos de la boda fueron: Lucila Velázquez, Jesús Montané Oropesa y Raúl Castro. Fidel Castro no asistió a lo mejor porque ya le tenía ojerizas a la Gadea. Guevara quería que su primer hijo fuera varón para ponerle Vladimir Ernesto; pero lo que vino fue una niña y entonces él le escribió un poema que tituló “Mi Pequeña Mao”. Los preparativos en México avanzaban para que los expedicionarios cubanos desembarcaran en Cuba y comenzar así una lucha contra el régimen de Fulgencio Batista. Entre los subversivos cubanos habían varios extranjeros: el argentino Ernesto “Che” Guevara; un mejicano: Guillén Zelaya (joven); Elena Leiva de Holst (hondureña exiliada); un dominicano exiliado y un marino mercante. Como entrenadores militares de los expedicionarios, además del General español Bayo, tenían a un cubano veterano de la Guerra de Korea nombrado Miguel “El Coreano” Sánchez. Practicaban las artes guerrilleras en el Rancho de Erasmo Rivera, donde Bayo nombró al Che Guevara como “Jefe de Personal”, y a Universo Sánchez como Jefe de Inteligencia, además de ser el Hit Man del grupo… para después en el desembarco del Granma fungir como guardaespalda de Fidel Castro. Uno de los subversivos cubanos Calixto Morales se rebeló contra la disciplina de Bayo; y al querer el Che aplicarle la pena de muerte, Fidel y Raúl se opusieron. Se dice que uno de los conspiradores cubanos en México fue descubierto como espía y se le sentenció a la pena de muerte, ejecutándosele en una de las Casas de Seguridad por la mano de Universo Sánchez con un tiro en la nuca y enterrado en un apartado terreno. Algunos testigos de la época afirman que en el Rancho de San Miguel donde también practicaban los rebeldes , se encontraron tres cuerpos. Segun el Hit Man Universo Sánchez murieron de enfermedades. Un 20 de junio Guevara, junto a Fidel Castro y otro cubano, son arrestados por las autoridades mejicanas y retenidos en prisión. Raúl Chibás será el que dirigirá la defensa de Castro, así como Juan Manuel Márquez volando de los EE.UU. a México para incorporarse también en la defensa de los cubanos. Algo que los salvaguardará de su excarcelación, deportación o posible muerte, será la entrada en escena de un oficial número tres en la Dirección Federal de Seguridad mejicana (DFS): el capitán Gutierrez Barrios, quien simpatizaba con la causa de Fidel Castro y era un marxi-comunista muy relacionado con el Partido Socialista Popular (PSP) donde los comunistas cubanos lo presionaron mucho para salvar a Castro y sus hombres en México. Los abogados que se trasladaron a México para sacar a Fidel Castro de la prisión ( también el Che entre ellos) lograron reunirse con el expresidente de México ( Premio Stalin): Lázaro Cárdenas, y éste usando sus incalculables influencias en la Casa de Gobierno, entonces presidida por Adolfo Ruiz Cortines, logró construir un cinturón de protección y apoyo alrededor de Fidel Castro y sus hombres en México. El próximo paso no sería otro que el estuario del río Tuxpán y un yate atracado en el muelle con el nombre Granma esperando a partir… Continuará...
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