EL NUEVO COMUNISMO A PARTIR DE LA EXPERIENCIA CUBANA Por Manuel Prieres TERCERO DE UNA SERIE DE CUATROEL NUEVO COMUNISMO (Part III)El Vínculo de Fidel Castro con el PSP ( III )Prólogo:El marxismo parte de una visión filosófica la cual afirma que no es la conciencia de los hombres lo que determina su existencia; sino, al revés, que su existencia social determina su conciencia. Esto evidencia por qué presenciamos con estupor cómo a través de la historia el comunismo le ofrece a los menesterosos la posibilidad de obtener la "Piedra Filosofal" por medio del soborno social dentro del lenguaje revolucionario. Nuestra república de Cuba, a sólo veinticuatro años de existencia, estaba imposibilitada de prever la verdadera magnitud de aquel hecho cuando la fundación del Partido Comunista -Sección cubana de la Tercera Internacional- en 1925. Nadie estaba apto para avizorar la sombría y pavorosa Escuela Política que se avalanzaba apetente sobre nuestro inmaduro país. 1925-1962, Desventurado ciclo que engendró aquel golpe maestro comunista llevado a cabo en nuestro país producido con la ciencia y la precisión de esos conspiradores profesionales regados por doquier. Han transcurrido muchos años y los estudiosos se hacen aún estas preguntas: ¿Ha sido Fidel Castro un accidente o una consecuencia? ¿Cuáles fueron sus verdaderos vínculos con el Partido Socialista Popular (PSP)? Empecemos por delimitar los campos. Fidel Castro es parte -en perspectiva histórica- de aquella llamada generación intelectual del 27, bien representada en la revista Avance. Castro -quiérase o no- heredó el pensamiento intelectual y político de la generación del 27; tiempos en que se repudiaba al Imperialismo y, a su vez, se tenía gran curiosidad por lo que se estaba gestando en la Unión Soviética. Encontrándonos de esta forma al propio Enrique José Varona, decano de los intelectuales cubanos, simpatizar con el experimento soviético; o a un Julio Antonio Mella desafiar a los tiburones de la bahía para llegar a nado hasta el barco soviético Vorovski en señal de solidaridad; o a los estudiantes izquierdistas de la Universidad de La Habana leyendo apasionadamente los poemas de Mayakoski: "¡Basta de palabras; la palabra es vuestra, camarada Mauser!". Ese era el panorama en Cuba a finales de los años 20: apologético de la violencia, prosoviético y antiimperialista. No había entonces dudas de que los comunistas serían los más beneficiados. Y, efectivamente, así ocurrió; por aquellos años la simpatía hacia los comunistas por parte de escritores, intelectuales y maestros era bien manifiesta. Pues bién, en 1946 Fidel Castro, con sólo 19 años, encuentra el siguiente panorama en la vida pública: del espíritu del 27 sólo quedará el caótico vestigio de hombres alineados en diferentes posiciones: unos se habrán hecho políticos profesionales; otros continuarán llamándose revolucionarios pero recurriendo demasiadas veces al lenguaje de la violencia para obtener sus "objetivos políticos". Fidel Castro identificaría a estos "grupos de acción" de la siguiente manera: "Las revoluciones frustradas producen revolucionarios caricaturescos". En una entrevista que Carlos Franqui hiciera a Fidel Castro, éste se definía a finales de los 40 de esta forma: "Había en mí una mezcla de sueños martianos, bolivarianos, de socialista utópico y antiimperialista" . Pero también -decimos nosotros- pronto Castro descubriría que nada podía sacar de los hombres del 27. De modo que comenzó a fijar su vista en el Partido Socialista Popular (PSP). Allí se encontró un aparato político vertebrado, agresivo y militante con el que se podía hacer grandes cosas. De ahí el comentario suyo: "Del PSP no me importa su nombre, me interesan sus hombres". . Cuando Cayo Confites se citará en dicho islote buena parte de la izquierda aún idealista, violenta y aventurera, capaz de grandes empresas revolucionarias; del mismo modo, para el PSP, en aquel conglomerado humano estará el hombre que necesita para la "toma del poder". Fidel Castro será el elegido. Después de Cayo Confites, vemos a Fidel Castro más vinculado al PSP; funda junto a unos comunistas universitarios la "Liga Antiimperialista 30 de Septiembre" (en recordación de la caída de Rafael Trejo cuando Machado). Y su primera empresa será organizar la celebración del Congreso Latinoamericano de Estudiantes a celebrarse en Bogotá-Colombia coincidiendo precisamente con la conferencia de la OEA en dicha capital. Para ello Fidel Castro y su grupo viajarán primero a Panamá y Venezuela en vías de promoción. Ya en Bogotá, Castro, junto a Alfredo Guevara y otros comunistas, logrará entrevistarse con Jorge Eliécer Gaitán, jefe del Partido Liberal, con el propósito de invitarlo al congreso. Horas después Gaitán era asesinado. Este sería el detonante que produciría el alzamiento popular que históricamente se conoce como "El Bogotazo". A todas éstas a Castro se le verá montado en un jeep, con un fusil Mauser, en uniforme de campaña y dirigiendo a los insurgentes por diferentes partes de la capital. Finalmente la insurrección será sofocada y por la radio se habla de complot comunista dirigido por cubanos. Fidel Castro y sus camaradas tienen "que perderse", y gracias a la embajada cubana en Bogotá, son sacados rápidamente del país en un avión que transportaba toros de lidia. Después del "Bogotazo" a Castro en La Habana se le verá asistiendo periódicamente a la librería del PSP. Su libro de alcoba bajo la almohada será el folleto escrito por Vladimir I. Ulianov "Lenin": "Qué Hacer". Cuando el asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, ¡qué coincidencia!, también se encontraban en Santiago de Cuba los líderes del PSP "celebrando el cumpleaños de Blas Roca". Fidel Castro fracasará en su intento de tomar la fortaleza militar, y como consecuencia es capturado y enviado a prisión. Dos años después abandona Cuba rumbo a México en calidad de exiliado. En México su contactos con el Partido Comunista mejicano serán muy numerosos. Allí conocerá a los comunistas internacionales Ernesto "Che" Guevara, al general Bayo y otros. (¿Por qué Castro no se exilió en Miami y prefirió México:conocida base continental del comunismo internacional?) En 1959 los guerrilleros toman el poder en Cuba. Definitivamente el eje de la victoria ha sido el "Movimiento 26 de Julio", al que Fidel Castro en una ocasión llamaría "el alma revolucionaria de la ortodoxia". Con el M-26-7 Castro logró seducir e incorporar al pueblo en su lucha contra el régimen de Fulgencio Batista. Para ello tuvo que producir antes una escisión generacional. Tuvo que desvincular al M-26-7 de toda herencia con los tiempos pretéritos. Anunció a los cuatro vientos que los componentes del M-26-7 eran representantes de la "generación del centenario martiano", sin vínculos con el pasado. Si no, fijémonos en quiénes componían la Dirección Nacional del M-26-7: Fidel Castro, René Ramos Latour, Faustino Pérez, Vilma Espín, Haydée Santamaría, David Salvador y Enzo Infante. En fin. El M-26-7 resultó un ingenioso señuelo, una carnada lanzada al pueblo, y éste cayó. El M-26-7 jamás celebró un congreso nacional. Y en diciembre de 1961 cedía su paso al PURS: Partido Unido de la Revolución Socialista. Más tarde, en marzo de 1962, creábanse las ORI (Organizaciones Revolucionarias Integradas) dirigidas por comunistas. Y en octubre de 1965, por último, se anunciaba la creación del nuevo PCC (Partido Comunista Cubano). Había elegido muy bien el PSP en su caminio hacia la toma del poder en Cuba: a Fidel Castro. Continuará...
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