REBELION EN LA GRANJA

Autor: George Orwell

TERCERA PARTE DE CUATRO

por Manuel Prieres

A los cubanos por haberse suicidado al llevar al poder al guerrillero de Mira Telescópica Fidel Castro.

A los venezolanos por haberse suicidado al llevar al poder al golpista trotkista Hugo Rafael Chavez Frías.

A los españoles por "embarcarse" al votar -llenos de miedo al terrorismo- por el revanchista republicano José Luis Rodríguez Zapatero.

A los correligionarios de la "Revolución Cubana Desviada" quienes están siendo llamados desde La Habana por el Comandante (Lesnick-Ortega-Menoyo-Pardo Llada- ¿¿¿¿

Hubo acuerdo unánime también en celebrar todas las noches en el granero reuniones para planificar, programar y distribuir el trabajo a realizar en la Granja "animalizada". Acatándose siempre la decisión de la mayoría como índice de democracia. Esa noche los animales embriagados de felicidad y euforia festejaron el triunfo del "Animalismo" hasta altas horas de la madrugada. Se comió, se bebió y se cantó hasta la saciedad. ¡De pronto! surgió una consigna. ¡Saquear la casa de Jones! ¡Hacer desaparecer aquel nefasto símbolo! Consigna a la que se opusieron los cerdos líderes porque la morada habitada por el ya ausente explotador HOMBRE, se convertiría en un museo del "Animalismo". Y solo tendrían acceso a la misma los camaradas cerdos dirigentes.

LA NUEVA VIDA en la otrora "Granja Manor" ahora "Granja Animal" se desenvolvía en los primeros tiempos de la revolución, admirablemente. Los animales trabajaban duro, pero eran dueños de su destino (así decían Snowball y Napoleón). Y, salvo a algunos esporádicos contratiempos, todo funcionaba bién. Algunos de los contratiempos a citar sería aquellos de que las vacas al ser ordeñadas no se sabía qué hacer con la leche, lo mismo con los huevos de las gallinas, pero a los líderes cerdos se les ocurrió una "magnífica idea: que tanto la leche como los huevos fuesen almacenados en la antigua morada del señor Jones; y que el resto de los animales no se preocupasen más por el destino final de dichos alimentos, su preocupación sólo debería dirigirse a aumentar la producción.

Mas tarde, con el tiempo, los animales enteráronse que los líderes cerdos consumían la leche y los huevos excedentes, pues debido al intenso trabajo intelectual que realizaban en su condición de dirigentes de la revolución "animalista"...necesitaban una dieta complementaria -observaban-.

Pasó el tiempo, y ante la marcha de la revolución "animalista", surgieron grandes problemas que hacían peligrar su consecución. Los animales reconocieron que la granja aunque tuviese una vida ahora diferente, su propia estructura respondía a una línea concebida y trazada para ser utilizada por el HOMBRE: Utensilios, herramientas, semillas, fertilizantes, piezas, combustible, etc., COSAS imprescindibles para el mantenimiento de algo ideado y realizado por el Hombre que se llamaba: GRANJA.

Ante estas realidades, los animales en una de las reuniones del granero presionaron a sus ya parásitos líderes:Snowball y Napoleón para que buscasen una salida honrosa al desafío del Hombre ausente pero presente en su sistema creado. Desde ese instante comenzó a materializarse dos teorías "salvadoras" enarboladas por cada uno de los líderes cerdos. Snowball , por ejemplo, defendía la tesis de que los animales deberían superar sus problemas por sí mismos sin ninguna ayuda externa. Y, como solución, planteaba la construcción de un gigantesco molino de viento que resolviese todas las necesidades de los animales (Léase "Planes Quinquenales"), al mismo tiempo que disminuiría las horas de trabajo; sin embargo Napoleón, por su parte, era partidario de que los animales trabajasen más... y más para producir más comida y ,así en un futuro, entrar en contacto nuevamente con el hombre y realizar trueque de comida por herramientas. Ante estos dos puntos de vista, se dividió el voto a favor de los dos cerdos, no obstante observar como el teórico Snowball tenía una ligera ventaja en adeptos. La idea del Hombre cerca otra vez, los aterrorizaba.

A partir de entonces, surgirá una gran pugna dialéctica en cuanto a formas y métodos entre los dos líderes cerdos...hasta que un buen día, ocasión de estarse debatiendo el controversial tema, y los animales inclinarse favorablemente hacia Snowball, Napoleón viéndose en apuros emitió un pavoroso grito y al instante irrumpieron en el recinto ocho temibles perros, los cuales con las fauces babeantes y amenazadoras atacaron al indefenso Snowball... que sólo recurrió a echar pie en polvorosa hasta no cruzar los límites de la granja."animalista". Jamás se volvió a saber de aquel popular líder. Y, ahora, frente a todos con aire amenazador:Napoleón escoltado por sus ochos temibles mastines. Sobre la aparición en escena de esta temible Guardia Pretoriana, los animales enteráronse que dichos perros eran hijos de "Sira" la vieja perra muerta tiempos atrás, la cual en su último parto había tenido ocho cachorritos pero nunca se supo qué había sido de ellos. Ahora, se despejaban las interrogantes:Napoleón -solapadamente- secuestró los cachorritos... y, a ocultas, los formó a su aire para utilizarlos en el momento preciso. Hoy, había sido el día; Hoy, habían expulsado a Snowball de la granja; Hoy, Napoleón asaltaba el poder "animalista" y se colocaba como único amo y señor (Léase Stalin).

DESDE ahora en adelante desaparecerá todo vestigio de democracia en la colectividad animal. Los debates públicos en el granero serán abolidos. El trabajo aumentará, incluso habrá que trabajar los domingos "verdes"; y, si alguien manifestare su inconformidad con el nuevo "sistema", siempre surgirá esta demoledora frase de labios del nuevo dictador: "Acaso prefieren que el Hombre regrese nuevamente a explotarlos (Léase esto como el chantaje oficial en los sistemas comunistas: Acaso quereis que los explotadores capitalistas regresen a posesionarse de sus privilegios otra vez"). Napoleón y sus ocho perros escoltas irán, de ahora en adelante, a habitar la casa de Jones; tendrán derecho a adicionales cuotas de alimentos y se reparará el olvidado quitrín del Sr. Jones, destinándose exclusivamente a Napoleón en sus constantes viajes al pueblo para sus entrevistas con el HOMBRE, y, por supuesto, que tirado por el noble y poderoso caballo "boxer".

continuará...


Manuel Prieres
Miami, dic. 14 del 2004
villagranadillo@aol.com



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