GUANTANAMO BAY ¿Alcatraz o Enclave de Libertad?

Por Manuel Prieres


SEXTO DE UNA SERIE

HISTORIA REAL DE RAMONIN y LUIS ESCAPANDO HACIA LA BASE NAVAL USA DE GUANTANAMO BAY SOBRE CAMPOS MINADOS.

"RAMONIN Y LUIS se detenían frente a un platanal. Atrás habían quedado las granjas estatales "Fabio Rosell" y "Manuel Morillas" y llenados sus frascos plásticos con agua de Coco (Indio) de unas matas encontradas por el camino. Los había sorprendido el día en pleno monte, ocultos por altas yerbas; durante muchas horas se habían arrastrados por piedras, malezas y espineros, con sus sentidos alertas a cualquier situación extraña, los músculos en tensión, y sus espíritus con el ritmo intenso y acelerado de la ansiedad.

"El platanal estaba precisamente en una falda de la "Loma de la Chiva", la que resultaba inaccesible con sus charrascos y tunares, para detrás de ella nacer la desértica y patrullada zona costera.

"Ramonín siguiendo siempre las iniciativas de Luis excelente conocedor del terreno que pisaban, intentaron ambos coronar la cima de la "Loma de la Chiva" con intención de lograr mejor orientación; pero fue inútil ya que el lado por donde se encontraban resultaba muy abrupto e inescalable. Decidiendo, entonces, bordear el promontorio que tenían enfrente, pero desafortunadamente, al intentarlo, encontraron nuevos promontorios de similar característica. Luis tuvo que reconocer que se habían extraviados. Pero conscientes que la tarde avanzaba y que la luz del día pronto se ocultaría, decidieron realizar un esfuerzo más e intentar escalar el promontorio que tenían a su derecha. Produciéndose, pues, un despliegue de recobrados bríos, sudores, pisadas dadas en falso, lamentaciones, malas palabras, pero al fín: la cima. Habían finalmente logrado escalar la cima de la "Loma de la Chiva".

"Ramonín y Luis sollozaron de emoción y se maravillaron ante la panorámica que tenían ante sí: en lontananza la Bahía de Guantánamo (la misma que cautivara a Colón y a Velázquez siglos atrás). Los techos brillantes de aluminio de las barracas en territorio de la Base Naval americana; más cerca todavía las garitas castristas con sus 500 ó 600 metros de separación entre sí; los terraplenes castristas para el paso de los jeeps y camiones Zil soviéticos, y la temible, tenebrosa y letal "Triple Cerca", que aunque distante, parecía como retarlos.

"Había cierta indecisión en los dos compañeros de fuga frente a la "Triple Cerca", cada uno quería que el otro tomara la iniciativa. Finalmente Ramonín se decidía a iniciar el cruce con Luis a unos pocos metros detrás, con el acuerdo de que al llegar al campo minado " si explotase una mina, el que resultase ileso que continuara hacia la meta final" (una muestra evidenciadora de la psicología de los desesperados a la "hora de la verdad"). Ramonín avanzó hacia la alambrada, y al llegar frente a ella, tuvo con ayuda de unos guantes de picar caña, levantar los alambres de púas...para después irse deslizando trabajosamente por debajo viendo cómo se rasgaban sus ropas, a veces sus carnes, y con la espera, a cada minuto, de la explosión que los enviasen a la "Vía Láctea". Sin embargo, los tristemente célebres "alambritos" que harían funcionar las espoletas mortales made in URRS no aparecían, logrando, por último, nuestros personajes superar la primera alambrada (de unos doce pies de alto) sin ningún contratiempo.

"Había que continuar la marcha; ahora sí ya no se podía regresar. Se escuchó el ruido del motor de un vehículo que se aproximaba por el terraplén que había quedado atrás. Era un Zil soviético del Batallón Fronterizo (FAR) que se dedicaba a patrullar los cuarenta y tantos kilómetros de cerca Peerless. Ramonín y Luis se hundian en el polvo del terraplén número dos protegidos por las sombras de la húmeda noche.

"A nuestros compañeros de aventuras les costaría horas y más horas superar todas las alambradas metálicas y enmarañadas de la "Triple Cerca". No obstante, la esperada y no deseada mortal explosión de las minas no se producía; logrando ambos cruzar la "inexpugnable" barrerra sin explosiones, sin luces de bengalas y sin ningún encuentro con la adversidad.

"Ramonín, eufórico, lanzó su humanidad de 200 libras y 6,1 de estatura seguido de Luis. No obstante el regocijo se desvanecería rápidamente al colisionar su cuerpo contra una nueva alambrada, esta vez sin púas. Luis le recordó: "son las vietnamitas". Efectivamente -en la oscuridad de la noche- se alzaba tremendamente visible un retorcijo de alambres en forma circular. Y teniendo ellos nuevamente que arrastrarse por debajo para lograr cruzar el nuevo obstáculo que les había salido al paso.

Finalmente lo lograban, y se lanzaban hacia adelante en pos de la libertad que indicaba hacia el sur. ¡De pronto! Ramonín tropezaba con algo en la tierra perdiendo el equilibrio, produciéndose, entonces, una terrible explosión a su derecha pareciéndose a Fuegos Artificiales en la conmemoración de una fecha importánte de cualquier pueblo del mundo; colores anaranjados y verdes en la noche; el zumbido zzzz del viento (la fuerza expansiva).

Ambos amigos, preocupados, se preguntaban: "¿Cómo estás?" OK., sin novedad; era la respuesta en la oscuridad de la noche. Y de nuevo la loca carrera hacia la cerca de Peerless, pero otra vez Ramonín (a la vanguardia) perdía el equilibrio y otra y más poderosa explosión los sacudía. Esta vez sí la metralla había cogido carne humana. Ramonín sentía tremendo dolor en el talón izquierdo; Luis había perdido una de sus piernas y se desangraba. Espantoso.

Venía, entonces, el momento de las decisiones de los desesperados. Uno (Luis) con sus graves heridas no podía incorporarse ni mucho menos continuar; el otro (Ramonín) con heridas en su cuerpo pero con mejor suerte tenía que decidir rápidamente porque Los Fronterizos de las FAR seguro también habían escuchado las explosiones. Un último intento de Ramonín tratando de convencer al compañero postrado y dando gritos desgarradores de la necesidad de seguir la marcha hacia la cerca de Peerless USA.

Pero es infructuoso. Es hora de no perder más tiempo ya, los castristas estarán sobre sus Zil de guerra acercándose a toda máquina para darse "banquete". Ramonín corre, huye con sus desgarraduras hirientes en una loca carrera; su compañero Luis quedando atrás sumido en el horror y al borde del desmayo o la muerte, pero aún desde el suelo y postrado... dándole el último aliento: "¡Sigue tú! Yo esperaré otra oportunidad...si puedo".

"Otra vez el monte costero, y Ramonín ahora (solo él) luchando desesperadamente contra arbustos, malezas y espineros. Piensa en Luis mutilado y solo, ya lejos. Piensa también en su lucha por alcanzar la libertad. Piensa en sus heridas que todavía no ha visto, pero que las siente en todo su cuerpo. Cree que ha avanzado demasiado y decide descansar, durmiéndose un instante; eso piensa él (lo cierto es que sufre un desmayo a causa de la pérdida de sangre).

Cuando despierta (vuelve en sí) ve luces de bengala por doquier, escucha voces, ruidos de vehículos; él, en su confusión, piensa que son los americanos quienes le sañalan el camino a seguir. Y se lanza hacia esa luz. Y es cuando escucha una voz que pide "Agua, por favor, agua", y otras voces en la oscuridad que responden: "¡Agua ahora, hijo de puta; después que querías abandonar tu Patria! ... ¿Eh? ¡Muérete ahora!". Y más voces llamando al soldado García, al soldado Americhe (Soldados Fronterizos castristas:campesinos de tierra adentro -muy jóvenes- traídos desde los puntos más inhóspitos de la isla para que fuesen perros guardianes de la "integridad territorial de la Revolución cubana". Hombres que jamás escucharon antes hablar de un país llamado Estados Unidos, y al que sólo conocían como el "Imperialismo Yanqui", ahora).

"Ramonín, atemorizado, se da cuenta que ha regresado al punto de partida, y -resguardado entre la noche y los arbustos costeros- ve con gran pena a su compañero Luis en el suelo del terreno minado implorando agua a los Fronterizos de las FAR, quienes lo observaban montados sobre sus jeeps y camiones Zil, alumbrándolo con reflectores pero sin atreverse a penetrar en la "Triple Cerca" (zona minada).

"Lleno de confusión nuestro fugitivo gira sobre sus talones y emprende una nueva y angustiosa carrera... pero esta vez huyéndole a la luz... a la claridad. Al rato, otra vez, le visita el sueño (un nuevo desmayo) pero ahora extraerá el pequeño machetín que lleva consigo, colocándolo con la punta en dirección donde piensa él se encuentra la cerca de Peerless americana.

"El ruido de voces, vehículos motorizados, ráfagas de ametralladoras lo despiertan de su inconsciencia. Pone en orden sus pensamientos. Comprueba que los Fronterizos de las FAR le buscan. Ve en la oscuridad de la noche una inmensa sombra ante él, se da cuenta de que es una loma y -sin pensarlo dos veces- hacia ella se dirige arrastrando su pesado y magullado cuerpo por charrascos, malezas y cactus. Al coronar la cima, nuestro fugitivo comprueba que sus mudas de ropas (lleva dos, una arriba de otra) están hechas girones de arriba abajo. No tiene casi tiempo de darse cuenta real de su verdadero estado físico, pues un nuevo desmayo le acecha; entonces, una vez más, extrae la única arma que lleva encima (su machetín), la coloca hacia la cerca de Peerless USA (¿?), y cae de bruces en la tierra.

"Un sol brillante, que no quema, hace despertar a Ramonín al día siguiente. Observa detenidamente sus heridas en la pierna izquierda, sintiéndola entumida y viendo que la inflamación crece. La sangre se ha secado en sus ropas. Tiene deshilachado los pantalones; sus botas hechas un manojo de cueros retorcidos. Un dolor agudo ¡Insoportable! le coge desde la cintura hacia abajo. Pero, a pesar de todo, la sed lo mortifica más que todas sus dolencias juntas: son tres los días sin probar casi agua, ya que el coco en sus frascos plásticos se había agriado de tal manera que hubo que tirarse.

"Examina, Ramonín, con su algo nublada visión la naturaleza costera que le rodea: la panorámica es formidable ... majestuosa, pero no puede detenerse en eso. Comprueba, asombrado, por el sitio donde hubo de escalar la cuesta la noche anterior (increíble, pero cierto): charrascos, tunas, puntiagudas rocas. Viendo, también al incorporarse, hacia su derecha, el mar. La alegría y el júbilo lo embarga al pensar en la cercanía del territorio americano. Y una vez más, al igual que en la "Triple Cerca"...Piensa en Dios: "Señor, escúchame; te pido que me ayudes esta vez. Te pido que me permitas llegar. Sabes que para mí la cárcel -de nuevo- sería peor que la muerte. Recuerda que hace cuatro días hay dos madres desconsoladas, pero con fe...que lloran y rezan...no permitas que yo vuelva a fracasar..."

"Pasa el tiempo y, ¡de pronto!, se escucha el ruido de un motor que se acerca en dirección a la altitud donde se halla. Escucha cómo se detiene un vehículo y una voz autoritaria comienza a llamar a personas por sus apellidos: "García....Americhe... ¡vámonos! por aquí no está el prófugo, dirijámonos nuevamente hacia el punto "A".

"Los Fronterizos se alejan con la certeza de que el fugitivo no ha podido avanzar tanto, y regresan al punto de partida; nuevamente Ramonín se ha librado de sus perseguidores.

"Por su parte a Ramonín le vemos descendiendo a rastras el promontorio salvador. Nuevamente sufriendo en silencio y disciplinadamente los accidentes del terreno. Ya en las faldas de la loma encuentra un estrecho terraplén, el que cruza lo más rápido que puede. Llega hasta un pequeño bosquecillo costero y se introduce en él.

En su marcha hacia el mar, la sed lo pone fuera de sí. El monte donde se encuentra está infectado de cactáceos; las espinas de esta planta son un flagelo en su avance. Recuerda, también, que el cacto tiene una pequeña fruta (Chumbo) la cual contiene gran cantidad de un líquido rojo y acuoso y corta varias vainas de Chumbos, dejando que el natural jugo ruede por su garganta ávida.

Es tanta la ansiedad y desesperación con que chupa, que sus raídas ropas se tiñen de un rojo violeta. Al rato de estar mordisqueando el fruto hallado (su maná) en el camino comprobará que ha saciado grandemente la sed; pero que, además, nuevas fuerzas salidas de no se sabe dónde lo conminan a continuar hacia el mar.

"Lleno de emoción y lágrimas luchará contra las espinas de los cactos por largo tiempo. Hasta que, ¡por fin!, ante sí una tranquila y despoblada playa con blanquísimas arenas le sale al paso. El azul y descontaminado Caribe ya en el horizonte dominándolo todo; y, a la derecha, antes de llegar hasta la misma playa: una Garita. ¡La Garita amiga USA! Una bandera de barras y numerosas estrellas pintadas en la pared de cemento; y un soldado con uniforme también verde oliva (algo parecido al uniforme del Bon Fronterizo de las FAR), le observa. Ramonín se acerca, distingue la ansiada, la soñada cerca de Peerless. El marine levanta su diestra con el M-16 en posición de alerta: sus pupilas azules se llenan de asombro. Ramonín avanza... camina muchos pasos -pazos de hombre herido- y llega hasta la metálica cerca de 6 pies. Cae en el suelo y solloza con fuerza y alegría. El marine le conmina a que salte. ("Gracias, Dios mío. Gracias, virgencita. Gracias, americanos.") El soldado USA le hace señas para que salte... se lo dice y repite en inglés:"jump...jump; Ramonín, en español, le pide agua.

El soldado USA hace una llamada por el teléfono de campaña. En corto tiempo llega un jeep made in USA y tres marines en su interior. Ramonín -aún en territorio comunista- se incorpora y con las fuerzas que le restan, salta la cerca de Peerlles...cayendo en los brazos de los marines yanquis al otro lado.

"Ramonín ha llegado a la libertad. El comunismo castrista (muy cerca) al otro lado pero impotente, ya no puede ahora nada. Ramonín se ha enfrentado a ellos y los ha vencido. Como individuo, se resistió a ser pieza de la maquinaria y exigió su dignidad. El soldado García, el soldado Americhe...no pudieron: la "Triple Cerca" y las minas vietcong no pudieron; Ramiro Valdéz no pudo; el comunismo totalitario y ultrapoderoso...no pudo esta vez.

"Ramonín ya está en libertad. Luchó por ella como un león. Su cuerpo lleno de frescas heridas... sin curar y sin cicatrizar aún.

"Los soldados USA le ofrecen de beber. Un médico militar que atiende sus heridas aún junto a la cerca de Peerless, exclama algo apesadumbrado: "This person is very sick"...a lo que el herido embargado por la emoción y felicidad contesta: "No, doctor; esto es chumbo...es chumbo lo que mancha mi pecho...no es sangre".

(Estos hechos ocurrieron en la zona fronteriza de Guantánamo-Cuba, en el mes de octubre de 1973).


Continuará....la semana próxima con el último capítulo de esta SERIE: "A propósito de la llegada a Guantánamo Bay de los Talibanes y Al Qaeda".

NOTA: Este trabajo ha sido tomado del libro Senderos de Rocío y Sal , cuyo autor es Manuel Prieres. Senderos de Rocío y Sal es la obra más completa sobre la historia de la Bahía de Guantánamo que se conoce.


INSTITUTO VILLA GRANADILLO
Manuel Prieres (fundador)
Miami, febrero 6 del 2002
(fax) 305- 207 03 05
villagranadillo@aol.com

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