GUANTANAMO BAY: eterno apeadero histórico para transeúntes y forasterosPor Manuel Prieres PRIMERO DE UNA SERIEEl Instituto al patrocinar esta Serie de investigación histórica, les invita a su lectura, estudio y reflexión. (LA BAHIA DE GUANTANAMO nunca ha sido cubanizada hasta la fecha).ENCLAVADA en una espaciosa Bahía en la parte sudoriental de la isla de Cuba (que lleva el nombre de Bahía de Guantánamo) se encuentra la Base Naval Norteamericana. Cuarenta y cinco millas cuadradas de estribaciones, llanos salitrosos y kilómetros de cerca Peerles. Un estratégico territorio de acuerdo al tratado cubano-americano en 1903, donde este último pagaría una renta anual de $2,000.00 dólares en oro a la República de Cuba. La Base Naval de Guantánamo pudiera describirse de la siguiente manera: Dos porciones de tierra de unas 45 millas cuadradas al sudeste y suroeste de la Bahía de Guantánamo. El lado Este resulta el más poblado de edificaciones, facilidades militares, instalaciones portuarias; así como el Aeródromo Mc Calla, partiendo del Windward Point, bordeando la costa y situado en un promontorio conocido como Mc Calla Hill. Ahí, en el lado Este, también están los enormes hangares del Main Gate, la comisaría de la Navy, el CPO Club, el Club de oficiales, y más retiradas las numerosas barracas del Cuartel General del Marine Corps. Después, a continuación, nace una Ensenada de grandes proporciones salpicada por decenas de islotes que van a dar a la misma línea fronteriza demarcada por el pequeño poblado de Boquerón en territorio cubano. Asimismo, el Oeste de la Base viene a componer la cuarta parte del territorio total de la instalación militar norteamericana. Despoblado en su totalidad, no asi donde se halla enclavado el aeródromo más importante y grande: el Carter Airfield (también conocido como "Tres Piedras"). A esto añadasele la línea fronteriza más extensa para patrullarse en jeeps por un terraplén que marcha paralelo a la famosa cerca de Peerles de unos 6 pies de alto. Terreno costero donde prolifera el Marabú, el Coral, los mosquitos y jejenes; venados, puercos y bueyes salvajes, así como los árboles que crecen silvestres la hatía y el granadillo tan codiciados por el Departamento de Mantenimiento de la Base. Para explicar la presencia estadounidense en Guantánamo, habrá que empezar por hablar un poco de la Bahía de Guantánamo donde se encuentra enclavada la Instalación Militar Norteamericana. De manera, pues, que remontémonos en el pasado cuando Cristóbal Colón, en su segundo viaje a Cuba, decidió hacer su entrada por una imponente Bahía que llamó "Puerto Grande" (hoy Bahía de Guantánamo) donde según los historiadores comió peces asados y Jutías que les servían solícitos los indígenas de la comarca. Cierto que los españoles, a pesar de las ventajas de la Bahía, no le prestaron la suficiente atención como para llegar a poblarla. Y tuvo que ser el Almirante inglés Vernon que, a la sazón de la guerra librada entre España e Inglaterra, al desembarcar con 5,000 soldados en la Bahía, y al descubrir éste sus magníficas condiciones estratégicas, decidió poblarla fundando el pequeño caserío que llamó Cumbarland ("tierra difícil") y la que hoy es la ciudad de Guantánamo. La historia nos enseña que la Bahía de Guantánamo, además de ser sitio de permanencia para los aborígenes Taínos, españoles e ingleses; también fue lugar de tránsito para piratas y bucaneros que asolaban por aquel entonces el Caribe. La mitología aborigen recoge la lucha de Taínos y Siboneyes contra los usurpadores indios Caribes hechos fuertes a la entrada de la Bahía de Guantánamo, aterrorizando la región con sus prácticas de canibalismo y saqueo. Los encarnizados enfrentamientos seguirían hasta que finalmente el cacique Siboney , "Guayo", arrinconaba al cabecilla Caribe, "Mayabí", en unas cuevas entre los acantilados a la entrada de la Bahía, derrotándolo y perdonándole finalmente la vida. También la Bahía de Guantánamo sitio de desembarco de centenares de colonos franceses y nativos que huían de la revolución haitiana lidereada por el excochero Toussaint Louverture. De manera que no sería hasta junio de 1898 que los norteamericanos, bajo lar órdenes del almirante W.T. Sampson, comandando el U.S. Atlantic Fleet, hicieran acto de presencia en Guantánamo por primera vez. Todo empezaría con el inicio de la Guerra Hispanoamericana (que para ser justos se debió llamar "Cubano-hispanoamericana") a raíz de la explosión del acorazado Maine atracado en La Habana. Los Estados Unidos de Norteamerica entraban en guerra contra España. El New York World, rotativo newyorkino de la época, meses antes había publicado un fogoso editorial que decía" En Cuba, sangre en las calles, sangre en los campos, sangre en los escalones de las casas, sangre, sangre..." Y se preguntaba finalmente: "¿No habrá manera de detener esto?" La explosión del Maine y la declaración de guerra a España por los Estados Unidos, daba respuesta a las interrogantes del New York World: "¿Cómo parar esto?" Y los americanos desembarcaban en zafarrancho de combate precisamente por la Bahía de Guantánamo. Las primeras tropas norteamericanas en Guantánamo fueron 900 infantes de marina que componían parte de cuatro de las seis compañias que habían abordado el transporte Panther, en Key West, días antes. Al frente de la expedición de desembarco iba el capitán "Billy Hell" Mc Calla, seleccionando a Fisherman's Point (Playa de Pescadores) como punto de primer contacto. Los marines desembarcados se pasarían el primer día en tierra cubana excavando trincheras para defender la cabeza de playa tomada ante la eventualidad de un ataque español de gran envergadura con tropas provenientes de Caimanera, El Cuzco y Cayo Toro. Era el 10 de junio de 1898. En la mañana del 12 de junio, las dos compañías que quedaban en el Panther también desembarcaban para unirse a las que ya permanecían en suelo firme, y de esta manera comenzar la marcha hacia tierra adentro. Había comenzado la invasión, en donde las dos primeras bajas norteamericanas resultaron ser los infantes de Marina William Dumphy y James Mc Colgan. Las operaciones militares estadounidenses en la Bahía de Guantánamo podrían relatarse en la forma siguiente: Los marines vistiendo nuevos uniformes de campaña y empuñando los novísimos rifles Lee, pisaban las arenas de "Playa de Pescadores" y de inmediato recibían el bautismo de fuego de las tropas españolas junto a un nutrido grupo de "Prácticos" (Guerrilleros) cubanos unidos a los españoles y que, paradójicamente, eran los que más "guerra" les daban a los invasores por ser muy conocedores de la zona costera. Los marines iban dirigidos por el capitán "Billy Hell" Mc Calla; el mayor Henry Clay Cochrane y el coronel Robert W. Huntington. Todos bajo el mando único del almirante W.T. Sampson. Los primeros momentos del desembarco para los americanos resultaron terriblemente duros y costosos. Desconocedores del terreno que pisaban, producía gran desconcierto en la tropa. No se sabía hacia dónde ni a quien disparar, mientras que el enemigo, por su parte, conocedor del territorio y bien atrincherado, producía grandes estragos a los invasores en los primeros momentos de la lucha. Durante la primera noche de combate los marines realizaron cerca de 30,000 a 40,000 rounds (disparos) hacia un enemigo invisible. Los avituallamientos para la tropa tardaban en bajarse de los barcos, mientras los españoles y los "Prácticos" cubanos hacían certero fuego desde las estribaciones de la cercana colina. En un instante en que el mayor Cochrane logró llegar hasta un cercano promontorio, comprobó alarmado cómo sus fuerzas repartidas en tres flancos, estaban totalmente rodeadas por el enemigo. Por otro lado al coronel Huntington se lo había tragado la tierra; al tiempo que el pavor y el desconcierto iba apoderándose de la tropa. Y vino lo esperado: se producían las primeras dos bajas entre los marines en tierra cubana. Al mismo tiempo no existía mucha comunicación entre los oficiales Huntington y Cochrane debido a viejas rencillas personales. Huntington había ido a la invasión enfermo por unas fiebres que no lo abandonaban; por su parte Cochrane era muy impulsivo que en ocasiones lo llevaban a caer en actos irresponsables. Pero gracias a la intervención de Mc Calla se logró finalmente echar a un lado las pequeñeces humanas y dirigir la guerra en la forma profesional como era el deber de ellos. Tenían la responsabilidad de demasiadas vidas. Los batallones se organizaron por escuadras. La artillería se colocó en el centro y se continuó la lucha como mejor podía hacerlo. Pero como la vegetación costera era muy cerrada, los "Prácticos" lograban agazaparse muy cerca de los marines y le provocaban numerosas bajas con certeros disparos al estilo franco-tirador. Durante la primera noche entre las fuerzas invasoras reinaba el caos. Al extremo que Cochrane, patrullando siempre las líneas de avanzada, observaba contrariado cómo muchos oficiales habían abandonado sus puestos de mando y regresaban a la zona de desembarco en la playa. Esto le produjo tanta soberbia, que empuñando su pistola Colt de reglamento dirigió un escuadrón que encontró sin jefe y lo hizo avanzar temerariamente hacia las posiciones enemigas. El marine Frank Keeler narra sus experiencias de aquellas terribles primeras 24 horas en tierra cubana: "Esa primera noche, no había estado siquiera 15 minutos en mi posta, cuando el enemigo abrió fuego graneado contra nosotros, manteniéndolo así por espacio de una hora. Nosotros devolvimos el fuego lo mejor que pudimos. Ellos nos tenían localizados; mientras que se ocultaban a buen recaudo entre los arbustos y los charrascos de la zona." Stephen Crane, otro marine, narra cómo era la situación el día del desembarco: "Una avalancha salvaje de enemigos nos atacó desde que pusimos el pie en la playa. En mi caso, a pesar del horror de la guerra, logré sacar fuerzas y valor para cumplir con mi misión de soldado, a pesar que el escenario de la guerra era un infierno producido por las miles de bocas de los fusiles disparando; el cañoneo del enemigo junto al nuestro de las fragatas en la Bahía, las pistolas Colts automáticas roncando a nuestro derredor, y las balas de los Mausers acercándose por los aires más y más a nuestras cabezas. Esa misma noche los "Prácticos" encontraron un flanco nuestro debilitado y por ahí mismo nos entraron haciéndonos retroceder hacia la playa." "Cuando amaneció -sigue narrando Crane- percibimos cómo que si las cosas para nosotros mejoraban un tanto. Nos reagrupábamos con más celeridad; estábamos mejor orientados en cuanto a nuestras posiciones con relación a las del enemigo; nuestro fuego era mejor dirigido, junto a la inmensa ayuda del cañoneo de nuestros barcos. Al mismo tiempo, nos comunicábamos con ellos (los de las naves) por medio de luces de linternas. Desde el Marblehead se nos envió una bandera que izamos de inmediato en un mástil rudimentario que levantamos. La presencia de nuestra insignia patria, unido a los constantes pitazos de nuestros buques de guerra en la Bahía, nos levantó la moral considerablemente después de un comienzo desastroso. Mientras que hasta nosotros llegaba la información que el alto mando estaba reunido en el buque insignia New York con el almirante Sampson, quien finalmente ordenaba a sus oficiales, el capitán John W. Phillips del Texas, el mayor Mc Calla y otros, a marchar hacia el oeste de la playa del Este de la Bahía Guantánamo con todas sus fuerzas, (a esas alturas más recobradas y organizadas), las cuales -según el propio Mc Calla- ahora sí estaban en disposición de comenzar el avance hacia el Cuzco y cortar los suministros de agua a los españoles..." Al mismo tiempo, el 13 de junio, Enrique Thomas, teniente coronel del ejército Mambí, junto a un centenar de sus más aguerridos hombres, traspasaba las líneas españolas pudiendo llegar providencialmente hasta "Playa de Pescadores" e incorporarse a las fuerzas norteamericanas. Iniciándose inmediatamente una encarnizada batalla en las inmediaciones de la Bahía de Guantánamo, donde los españoles resistían tenazmente. No obstante, y a pesar de la fuerte resistencia española, el 14 de junio, temprano en la mañana, se iniciaba el avance aliado sobre El Cuzco (el Fortín español más importante y estratégico en la Bahía de Guantánamo). Los capitanes americanos Mc Calla y George Elliot (de 51 años) y el teniente coronel cubano Enrique Thomas lanzaban sus tropas al combate, mientras el US Dolphin, fondeado en la espaciosa Bahía, producía también un sistemático cañoneo contra las posiciones españolas en tierra. Siete horas habría de durar la encarnizada batalla, que al finalizar podíanse divisar a los españoles marchando lentamente en retirada y dejando atrás 58 muertos y 15 prisioneros... Como consecuencia a la ofensiva aliada, ya para finales de junio de 1898 la Bahía de Guantánamo estaba virtualmente tomada por las fuerzas cubano-norteamericanas, que de inmediato se aprestaban también para el sitio de la Villa Guantánamo a l6 kilómetros de distancia de la Bahía. Localidad ésta donde se hallaban acantonados 7,000 efectivos españoles que intentaban darle apoyo a la ciudad de Santiago de Cuba, situada a unos 130 kilómetros de Guantánamo. Sin embargo, esto no se llegaría a materializar por parte de las fuerzas españolas, pues en los primeros días del mes de julio, 17,000 infantes de Marina desembarcaban en las inmediaciones de Santiago de Cuba para librar las históricas batallas de El Caney y La Toma de San Juan. Como consecuencia a esta otra operación militar, la Flota española atracada en el Puerto de Santiago de Cuba y comandada por el almirante Cervera, era totalmente destruída por la flota norteamericana bajo las órdenes del también almirante Shafter. La suerte estaba echada para las fuerzas de la Metrópolis, y el 17 de julio de 1898 Santiago de Cuba capitulaba. A todas éstas los 7,000 soldados españoles cercados en Guantánamo jamás llegarían a tiempo para socorrer a sus compañeros de Santiago de Cuba. El sitio a Guantánamo por parte de las fuerzas cubano-norteamericanas lo había impedido. FIN Manuel Prieres á enero 11 del 2002 (fax) 305-207-0305 villagranadillo@aol.com Continuará...
Nota: este trabajo ha sido tomado del libro Senderos de Rocío y Sal -Autor MANUEL PRIERES. Senderos de Rocío y Sal es la obra más completa sobre la historia de la Bahia de Guantánamo. Si desea obtener un ejemplar del libro, enviar un money orders o cheque por $30.00 a Manuel Prieres, P.O box 650456 - Miami, Fl. 33265-0456.
INSTITUTO VILLA GRANADILLO "Una sociedad pegada a eso sencillo y valioso que se puede tocar con las manos: El Entorno". Este y otros excelentes artículos del mismo AUTOR aparecen en la REVISTA GUARACABUYA con dirección electrónica de: www.amigospais-guaracabuya.org
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