UN BUFÓNpor Marcelo Fernández-Zayas Hace poco tiempo atrás la prensa latinoamericana calificaba de gorilas aquellos militares que intentaban tomar el poder por medio de las armas en sus países. Este calificativo se hubiera aplicado a Hugo Chávez, presidente de Venezuela, quien intentó un golpe de estado en su país en 1992. Sin embargo, Chávez, ganó después la presidencia por vía electoral. ¿Cómo calificarlo? Lo más fácil y verdadero sería buscar un nombre que lo describa fielmente: ex gorila, gorila abortado, aspirante a simio o intento de gorila. Sin embargo, en respeto por el electorado de Venezuela lo llamaremos Señor Presidente. No es un secreto que Hugo Chávez cree que el héroe independentista Simón Bolívar está siempre a su lado. Deja, en ocasiones, una silla vacía a su lado para Bolívar. Y nos dicen que hasta ordena bebida para el desaparecido Libertador. ¿Cómo calificarlo? ¿Loco, espiritista, esquizo paranoico? En respeto al electorado de Venezuela lo llamaremos Señor Presidente. Hugo Chávez se ha referido a los cubanos residentes en Estados Unidos despectivamente, copiando al dictador Fidel Castro, como la mafia cubano americana. Por supuesto me incluye a mí en esta despectiva descripción. Pudiera llamarlo peyorativamente y copiar frases de sus enemigos políticos: el Negrito del Batey, el Mono Chávez, el Capitán Veneno y otros. Pero, respetando al electorado de Venezuela lo llamaremos Señor Presidente. Estoy diciendo que hago todo lo posible por respetar a quien no se merece respeto en deferencia al pueblo que lo eligió. Chávez, envía enfermos venezolanos a Cuba al mismo tiempo que petróleo. Una simple operación aritmética nos dice que si hubiera vendido ese petroleo en el mercado e invertido el dinero en su país. Venezuela hubiera podido financiar sus necesidades médicas. ¿Cómo calificar esta medida de Chávez? Tonta, estúpida, infantil. La llameremos, simplemente, una medida presidencial chaviana. Acusan a Chávez de injerir en los asuntos internos de Colombia, Ecuador y Bolivia. Se han comprobado estos hechos. Chávez ha protestado airadamente de que no está tratando de exportar su "revolución bolivariana". Y yo creo que dice la verdad. Lo que existe en Venezuela en estos momentos no es una revolución, ni es bolivariana ni exportable. No se puede enviar al extranjero, por ausencia, de consumidores, la confusión, el caos y el desgobierno chaviano. Eso sería impensable. Lo que Chávez necesita es que lo dejen sólo, si es posible con uno de los buenos siquiatras que hay en Venezuela. Que lo dejen sólo para darle tiempo a convertirse en lo que él quiera ser finalmente: un gorila, un espiritista, un idiota o seguir siendo lo que es: hazme reír del mundo, un payaso. FIN Marcelo Fernández-Zayas wpais@cais.com
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