NUEVAS REGLAS Y ESTRATEGIAS Por Manuel Cereijo Desde el comienzo de la revolución industrial, donde el éxito se definía como el alza en el nivel de vida, no hay sistema económico otro que el capitalismo que haya triunfado en ningún país. No hay nación que sepa cómo conducir economías exitosas basadas en otros principios que no sean los del capitalismo. El mercado, y sólo el mercado, rige. Los competidores del capitalismo en los siglos XIX y XX --fascismo, socialismo y comunismo-- han fracasado y desaparecido. Los ricos fueron más inteligentes de lo que Marx y Lenin imaginaron. Los primeros se dieron cuenta de que la supervivencia de la democracia y el capitalismo dependía de la eliminación de las ''condiciones revolucionarias'' --y las eliminaron. El socialismo fue inventado a principios del XIX para remediar las desigualdades. Los socialistas creyeron que podrían crear a un ``hombre nuevo''. El comunismo fracasó porque ningún país fue capaz de crear a ese hombre nuevo. Fue imposible motivar a la mayoría de los seres humanos a trabajar fuerte para alcanzar objetivos sociales. Sin embargo, durante largo tiempo el resultado no era seguro. El mundo se enfrascó en la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos e Inglaterra eran prácticamente los únicos países capitalistas. Inglaterra estuvo al borde de ser derrotada. Casi todo nuestro mundo era fascista, comunista o colonias feudales. Pero se ganó la batalla por la democracia y el capitalismo. Pero así como los competidores ya pasan a los libros de historia, existe ahora algo nuevo que amenaza al capitalismo y la democracia: el megaterrorismo asimétrico. Estamos en la Tercera Guerra Mundial, que se inició el 11 de septiembre de 2001. Una guerra completamente distinta a las anteriores. . Y esta Tercera Guerra Mundial comenzó a planearse en una pequeña isla del Caribe. Todo empezó con el primer congreso de la Tricontinental, celebrado en Cuba en 1966. En ese congreso el gobierno cubano reunió, y unió, a muchos países árabes y a grupos terroristas, y se discutió por primera vez, en forma todavía incipiente, las posibilidades de una guerra asimétrica total contra el mundo civilizado, contra los países desarrollados. La persona designada por el gobierno cubano para coordinar todas estas actividades fue Manuel Barba Roja Piñeiro. Fundó la Dirección General de Inteligencia (DGI) de Cuba y se centró en el hemisferio occidental. En 1974, Piñeiro dejó el Ministerio del Interior y fue puesto a cargo del Departamento América del Comité Central del Partido Comunista. Esta unidad fue creada para centralizar las operaciones de Iberoamérica, bajo las órdenes personales de Fidel Castro. Piñeiro priorizó el desarrollo de un terrorismo internacional centralizado, de acuerdo con lo acordado en la Tricontinental de 1966. La operación más exitosa de Piñeiro fue la toma del poder por los sandinistas en Nicaragua, en 1979. En 1982, el gobierno cubano comienza sus esfuerzos en la industria biotecnológica. Cuba envía al Dr. Ernesto Bravo al área de Boston a buscar ayuda para iniciar cursos de superación profesional con los ingenieros, biólogos y médicos cubanos. Se forma el grupo NACSEX, que significa América del Norte/Cuba/Intercambio Científico. Inmediatamente, 80 científicos norteamericanos se unieron a este grupo, pensando que estaban contribuyendo a una causa justa. Al mismo tiempo, Castro viaja a la Unión Soviética y consigue con el dictador de turno, Brezhniev, que done un centro de investigaciones biotecnológicas a Cuba. El general Vladimir Lebendinsky, de la Unión Soviética, visita Cuba en 1982 por invitación personal de Castro con un grupo de científicos soviéticos. Ya para 1986, el terrorismo era considerado como una ``fuerza global''. En 1991 Cuba comienza sus actividades cibernéticas. En 1994 negocia un acuerdo con Rusia para la construcción de la Base Electrónica de Bejucal, terminada en diciembre de 1997, a un costo de $800 millones de dólares. Actualmente esta base es operada por el gobierno cubano y, por un acuerdo de 1999, en conjunción con personal militar de la República Popular China. Cuba continúa en 2004 resguardando en su territorio a terroristas y a fugitivos de la justicia de Estados Unidos. Cuba le construyó un centro de ingeniería genética y biotecnológica a Irán entre 1998 y 2001, considerado con capacidad para producir armas biológicas. En mayo de 2001, Castro asistió a la inauguración de este Centro y fue donde pronunció aquello de que ``entre Cuba e Irán pronto pondremos de rodillas a Estados Unidos''. El énfasis principal en estos momentos por parte de grupos y gobiernos terroristas está puesto en el posible uso de armas radiológicas, y principalmente en el uso de las llamadas ''bombas sucias''. Esto se debe no sólo al daño que pueden causar, sino a la poca tecnología que necesita su construcción. Todos los países terroristas tienen la capacidad para desarrollar armas radiológicas o ''bombas sucias''. Existe también la posibilidad de ataques con gases químicos, como ácido ósmico, cianuro, sarin y gas mostaza. Igualmente, se pueden producir ataques biológicos con agentes como botulina, ántrax, y ricina. A partir del año 2001 y después del vil ataque a los Estados Unidos, se dieron cuenta los grupos y gobiernos terroristas de que necesitaban un sinergismo y una coordinación total para evitar interferir unos con otros y tener éxito en sus actividades. Esto ha llevado a la integración de los mismos en lo que puede clasificarse como multiterrorismo. La Tercera Guerra Mundial es una guerra por la supervivencia de nuestros principios y de nuestro sistema de justicia y libertad. Requiere nuevas reglas y estrategias. Nuestra sociedad norteamericana --gobierno, prensa y pueblo-- como instituciones políticas, cívicas y jurídicas deben entender la importancia de esta guerra asimétrica en que nos encontramos. La más peligrosa que haya confrontado la humanidad. FIN
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