NO HAY TIEMPO QUE PERDER

Por Manuel Cereijo

No existen fuerzas impersonales de la historia, todo lo que ocurre en la historia lo hacen los individuos. Sabemos que, como nada esta determinado de antemano, todo es posible. Asi es como se pudo sacar adelante, en plena administracion no favorable, contra los medios de comunicacion, y de muchos politicos, asi como la America Latina, y la Union Europea, una Ley Torricelli, una Ley Helms-Burton, Radio y TV Marti, y muchos otros logros de los ultimos 20 años.

Nosotros sabemos que desde los finales de los 60s era inutil y contraprudecente la via armada nuestra, directa, contra Castro, entre otras cosas, porque Estados Unidos no estaba dispuesto a jugar el papel de santuario, ni America Latina tampoco. Que hacer entonces? Odiar a los Estados Unidos, y frustrarnos, o dedicarnos mediante el uso de los mecanismos que permite la democracia norteamericana, a contagiar a este pais con una procupacion activa por la libertad de Cuba. Esto lo hemos empezado, hemos logrado algunos exitos, pero no lo hemos logrado en su totalidad, quiza porque en los ultimos años hemos perdido parte de esa gran vision nuestra.

Tenemos que recobrar esta vision, esta cualidad de innovacion, este empresarismo nuestro, y aplicarlo en esta etapa vital de nuestra historia. Tenemos que hacer conciente a la prensa de este pais, del peligro que representa Cuba para los Estados Unidos. La situacion presente-armas biologicas, ataques ciberneticos, misiles norcoreanos en Cuba- es mas peligrosa, mas mortal, mas temible que la gran crisis de 1962, donde la prensa norteamericana se alio a nuestra causa, no por amor a la libertad de Cuba, sino por la subsistencia, la seguridad de este pais.

Esto es lo unico que importa, desgraciadamente, para los que no somos cubanos. Ni los miles de presos, fusilados, torturados, confiscaciones, opresion, total control de la vida humana, miseria fisica y espiritual, no libertad de expresion, en fin toda esa antitesis de lo civilizado y humano que se vive en Cuba hace ya 44 años. Eso solo es de importancia para nosotros, y para aquellos en el mundo que aman la libertad y la democracia. Pero para estos, es una causa mas, pero no conduce a medidas drasticas y definivas contra el gobierno cubano.

Los exiliados debemos concentrar nuestros esfuerzos en lograr que nuestros intereses, como cubanos, y como norteamericanos, coincidan con los intereses primordiales de esta nacion. Estados unidos esta en una guerra contra el terrorismo. Cuba es un pais terrorista. Estados Unidos se ve amenazado por ataques terroristas. Cuba es parte principal de esa amenaza.

Nosotros tenemos que conseguir tambien que, tanto la America Latina, como la Union Europea, entiendan que Castro es una amenaza terrorista para ellos. Cuba puede producir una hecatombe ecologica, o puede producir grandes epidemias, o interferir las telecomunicaciones, si asi cree que le conviene a sus intereses, en cualquier pais del mundo.

Ni la poblacion de los Estados Unidos, ni la de America Latina, ni la de Union Europea han llegado a entender este peligro. Quiza, entre otras cosas, por la paradoja aparente que representa Cuba. Por un lado, una economia pauperrima, una infraestructura apenas existente, un pueblo sin alimentacion adecuada, sin viviendas comodas, sin transporte, sin acueductos ni alcantarillados funcionando como deben. Y sin embargo, gastando miles de millones en instalaciones biologicas y ciberneticas, como el CIGB, la Base de Bejucal, entre otras, con la capacidad de producir ataques mortals a otros paises.

Es increible, penoso, entonces, ver como a estas alturas, tanto la Camara como el Senado, aprobaron por una mayoria grande, el proyecto de ley que retira los fondos para implementar las sanciones contra los viajes a Cuba. No importa en realidad, para la imagen que esto representa, si ese proyecto nunca llega a manos del Presidente por razones parlamentarias, ni inclusive si este lo veta. No se hubiera aprobado jamas algo similar a favor de ningun otro pais terrorista.

Exigirnos que actuemos sin fisuras, en una forma monolitica como una pared de cemento, es exigirnos algo que esta reñido con la libertad. Pero si cabe, no obstante, preguntarnos porque los principales grupos del exilio no hemos sido capaces, todavia, de actuar en un frente comun. Desde luego, no seria practico, ni justo, pretender colocar en pie de igualdad a cien organizaciones, bajo un liderazgo colectivo. El resultado seria el caos, la inaccion, y la frustracion de quienes, a un alto precio, si han logrado a lo largo de estos años una representacion real de la oposicion cubana.

Pero si es posible conseguir la unidad sin que las distintas fuerzas, o grupos, pierdan su peso especifico o vean desdibujarse su perfil. Mas importante aun, fuera de Miami no hemos sido capaces de transmitir la sensacion de un frente unido, al cual teme el propio regimen de Castro. Tenemos que conseguir que las organizaciones del exilio, con pocas diferencias ideologicas reales, establezcan alianzas de base ancha, que permitan que este gran pais, asi como el mundo en general, simpaticen y sean aliados de nuestra causa, pero ya en una forma definitiva.

Si queremos la libertad de Cuba, no podemos perder tiempo.


FIN



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