BIOTECNOLOGÍA

Esta es una rama muy importante en el mundo industrial moderno, y me refiero a ramas no solo puramente biotecnológicas, sino a la ingeniería genética, la inmunología, instrumentación médica, equipos médicos, biomedicina, farmacología, microbiología, tecnología in vitro, así como al desarrollo de materiales nuevos. Cuba ha invertido más de $3,000 millones desde finales de los 80 en estas ramas, se han asimismo formado muchos ingenieros y científicos. Esta es la única rama industrial donde se han invertido grandes sumas en los últimos años, y donde existe tecnología occidental y equipos de alta tecnología modernos.

Entre los centros principales tenemos: el Centro de Biotecnología, el Instituto Finlay, el Centro de Ingeniería Genética, el Biocen, el Centro de Preparaciones Biotecnológicas, el Centro de Inmunología, el Centro de Crías de Animales de Laboratorio, el Centro de Neurociencias, y "la Fabriquita". Existen muchas áreas que pudieran convertirse en industrias importantes y en sectores de exportación y de servicios y consultaría, pero que confrontan las limitaciones que se indican en el capítulo XI.

Actualmente estos centros han producido interferón, anticuerpos monoclonales e investigaciones sobre virus. También se han producido vacunas contra la meningitis y la hepatitis, proteínas, hormonas, equipos e instrumentos de fermentación e investigaciones sobre medicina tropical. Sin embargo, el éxito comercial alcanzado ha sido muy pobre, y más si se compara con la gran inversión de capital y de educación y entrenamiento del personal adecuado.

En el aspecto comercial y de investigación biomédica, Cuba ha concentrado sus esfuerzos en las áreas siguientes: investigaciones en ingeniería genética; desarrollo de vacunas y preparaciones biológicas; aplicaciones en diagnósticos inmunoquímicos; desarrollo de microbiología médica y medicina tropical; desarrollo de tejidos vegetales in vitro y desarrollo de una técnica para manipular embrios bovinos. Pero los resultados han sido de índole investigativa y científica, no comercial. El monto de las exportaciones biotecnológicas representa un 2% del total de las exportaciones de Cuba.

El acceso a fondos de investigación y desarrollo por los ingenieros y científicos cubanos en esta rama no tiene comparación con ninguna otra rama industrial. Se estima que hay alrededor de 10,000 ingenieros, científicos, médicos y técnicos relacionados con esta industria. De todos los centros antes mencionados, el más importante es el CIGB, o Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, establecido en 1986. Le sigue en importancia el Instituto de Investigaciones Carlos J. Finlay, dedicado a investigaciones biomédicas y bacteriológicas.

Debido al poco esfuerzo dedicado a la rama comercial, existen sospechas de que la inversión de capital en la adquisición de equipos, la preparación científica del personal, el esfuerzo y tiempo dedicado a las investigaciones, y el asesoramiento de mentores rusos, pueda estar relacionado con el desarrollo de actividades dedicadas a producir substancias que puedan ser utilizadas en una guerra química y bacteriológica. Ciertamente, Cuba cuenta con los medios para producir substancias como el A-232, A-234, XV, que utilizan fosfatos y solventes industriales, Anthrax, o microorganismos o virus relacionados con enfermedades como la viruela, peste bubónica, fiebre amarilla, y otras enfermedades tropicales o ya desaparecidas. En los Estados Unidos, por ejemplo, existen sólo 7 millones de vacunas contra la viruela. De producirse un brote masivo de esta enfermedad, sería una situación de gravedad extrema.

Los rusos desarrollaron la tecnología conocida como Novichok o tecnología binaria. Mediante este sistema, dos substancias no tóxicas por si mismas, al mezclarse bajo ciertas condiciones específicas, producen agentes o substancias tóxicas. Casi todas estas técnicas utilizan agentes químicos agrícolas, ya que son más difíciles de identificar como elementos que puedan ser utilizados para estos propósitos. Cuba utiliza muchos de estos químicos agrícolas.

Castro mantiene relaciones e intercambios comerciales y científicos con países como Irak e Irán. De acuerdo con informes de ingenieros que han desertado en los últimos meses, y que trabajaban en Cuba en esta rama de la biotecnología, Cuba le vende a Irán tecnología así como equipos de fermentación e instrumentación, que pudieran ser utilizados en la preparación de microorganismos letales.

Si esta rama se desarrollase en forma comercial adecuada, pudiera producir resultados altamente exitosos en ciertas ramas donde Cuba pudiera tener ventajas comparativas y estuvieran fuera de la competencia o de la protección de patentes de las firmas multinacionales. Productos relacionados con derivados de las plantas medicinales y otros ingredientes naturales, tendrían un futuro promisorio para esta industria. También se pudiera desarrollar la industria de equipos de diagnóstico, así como de análisis y terapéuticos.

Un aspecto de interés especial en el campo de la biotecnología sería el uso de la fermentación y enzimas, células de animales y plantas, aplicaciones del DNA que puedan comercializarse para ser fuentes de ingresos para el país. La biología veterinaria sería otro aspecto industrial de un futuro prometedor. Dadas las características del país, y el número de médicos y de ingenieros que han trabajado en este giro, esta es una industria no aprovechada comercialmente, pero que tiene un gran futuro en el desarrollo industrial y económico del país.


ELECTRÓNICA

Cuba comienza a desarrollar una industria electrónica a mediados de los 60, con el ensamblaje de radios. Su mayor desarrollo tuvo lugar entre 1975 y 1985, período en el que se construyeron fábricas de baterías, pizarras telefónicas, electrónica aplicada a la biomedicina y semiconductores. En esta misma época, comienza un auge también en las ramas de programación y procesamiento de datos, con el asesoramiento de la Unión Soviética. Númerosos ingenieros y técnicos cubanos se especializaron en este sector de la ingeniería. Han desarrollado sistemas de programación especializados, e incluso mantienen actividades electrónicas militares.

Al caer el bloque soviético, esta industria es una de las primeras en ser afectada, ya que varios países de Europa Oriental eran los principales clientes. Desde 1992 no ha habido nuevas inversiones en este sector industrial, y muchas de las fábricas están cerradas o trabajan a un 25% de capacidad. Expertos irlandeses que han analizado el desarrollo de esta industria en Cuba, llegaron a la conclusión de que la industria de la informática tecnológica de Cuba era más avanzada que la de Irlanda.

El ICDI, Instituto Central de Investigaciones Digitales, en colaboración con los centros de investigación biomédica, ha desarrollado equipos biomédicos de alta tecnología, que tuvieron su mayor actividad en la década de los 80, cuando se construyó una fábrica en La Habana para la investigación y fabricación de equipos biomédicos.

La EMCO, otro organismo industrial de equipos electrónicos creado por el gobierno, estableció una planta de piezas y fichas electrónicas en 1978, con un área de producción de 4,300 metros cuadrados. Posteriormente, en 1982, construyó una planta de fabricar circuitos integrados, de 4,900 metros cuadrados. Otro organismo gubernamental, el EIE, o Empresa Industrial Electrónica, estableció plantas para fabricar los teclados para computadoras personales compatibles con IBM, DEC y otros sistemas internacionales. La capacidad de producción era de 250,000 unidades al año.

El mismo organismo creó una fábrica de circuitos integrados, utilizando como base tecnología Betamax, fabricando circuitos impresos de 500x50 mms, con líneas de 0.45 mms y separaciones de 0.6 mms. Ya esta tecnología está obsoleta, y la planta cerrada. La Eproelec, empresa creada en 1962, desarrolló fábricas de baterías A, AA, y AAA, equipos de comunicación, pizarritas telefónicas PABX, así como equipos de grabación de radio. Toda la industria electrónica de Cuba está actualmente o cerrada o trabajando a una capacidad de menos de un tercio de su potencial, y no ha adquirido tecnología moderna desde 1989.

Pero el desarrollo electrónico en Cuba, con el asesoramiento de la Unión Soviética, mostró un interés muy grande en este sector tecnológico por parte de los ingenieros cubanos, que adquirieron conocimientos muy especializados. Muchos de ellos se dedican hoy en día a vender estos conocimientos como consultores de firmas extranjeras, claro que a través del gobierno cubano, que es el que recibe el pago en dólares. Cuba ha desarrollado también una capacidad militar de espionaje e interferencia electrónica, aprovechando también el conocimiento de muchos ingenieros cubanos en la informática y computación.

Rusia mantiene en Cuba la base de espionaje electrónico de Lourdes. Esta base, de 28 millas cuadradas, está situada al sureste de La Habana; trabajan en la misma 800 técnicos e ingenieros rusos. Rusia se ha gastado alrededor de $2,000 millones en esta base, y desde Noviembre de 1996 hasta la fecha, ha modernizado los equipos con una inversión de $95 millones. La base tiene dos grupos de platos o discos rastreadores y un sistema de satélites. Un grupo es para interceptar las llamadas telefónicas, en general, producidas en los Estados Unidos. El otro grupo está dedicado a funciones específicas y a intercepciones especiales de teléfonos. De acuerdo con el ex-coronel soviético Lunev, la importancia estratégica de la base de Lourdes ha aumentado desde que el Presidente ruso dio la orden en febrero de 1996 de aumentar el espionaje ruso a las comunicaciones de Estados Unidos de índole comercial, financiero e industrial.

Rusia pagaba a Cuba $200 millones al año por el alquiler de esta base. Posteriormente ambos países suscribieron un acuerdo y, en 1995, Rusia comenzó la construcción en Bejucal, de una base similar a la de Lourdes, más pequeña, pero más moderna. Esta base, controlada y operada por los cubanos, empezó a funcionar en Febrero de 1997. O sea, ya Rusia no le paga más alquiler a Cuba, a cambio de esta nueva base. Pero la base cubana de Bejucal tiene una función más importante y peligrosa que la de espiar o interceptar las telecomunicaciones de los Estados Unidos. Esta función es la de interrumpir, interferir o distorsionar las redes computacionales de los Estados Unidos.

En 1991, Cuba comenzó un proyecto altamente secreto, dirigido por el Directorio Militar de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, aprovechando los conocimientos y experiencia de los ingenieros cubanos en la microelectrónica y computación. El grupo se dedicó al desarrollo de virus electrónicos que pudiesen infectar las redes computacionales. Al comienzo tuvo un presupuesto módico, $50,000, para la adquisición de datos e información sobre redes de computación, utilización del SATCOM, y tecnología en general. Ademas de virus, se pueden introducir códigos erróneos, medios de distorsión y programas maliciosos, que hacen que una computadora, o red de computadoras, actúe en forma distinta a la supuesta.

Las computadoras con acceso a líneas telefónicas pueden ser penetradas por intrusos desde cualquier parte del mundo, aun desde lugares muy distantes de la localización de las mismas. Para tener acceso a las mismas, el intruso debe obtener la identificación o código del usuario, lo que se puede hacer en forma legal o ilegal, mediante programas y técnicas sofisticadas. Una vez obtenido el código, se pueden instalar programaciones altamente complejas que permiten que el intruso pueda reentrar al sistema sin ser identificado o detectado.

Cada día nuestra sociedad aumenta la concentración de información, y dependencia en general, de las computadoras, desde el aspecto civil, doméstico y comercial, hasta el militar. O sea, operaciones de este tipo pueden desde causar pérdidas de productividad en una industria, o crear folios erróneos, hasta interrumpir centros de transporte, como aeropuertos, e incluso operaciones militares. Este trabajo de intromisión electrónica en las redes computacionales sigue en plena actividad en Cuba, ahora teniendo como centro operacional la nueva base de Bejucal, y utilizando los conocimientos electrónicos adquiridos por muchos ingenieros cubanos durante el desarrollo de la industria electrónica comercial e industrial.


MINERÍA

Cuba es, sin duda, un país rico en minerales. Sin embargo, la revolución no ha sabido, ni ha podido, extraer plenamente las riquezas de este sector. Hasta la fecha existen unos 26 contratos con firmas extranjeras para la exploración y explotación de minerales. La mayor de estas firmas es la Sherritt del Canadá, ahora conocida como Meridian, para la explotación de níquel y cobalto.

La minería representa solo el 2% del producto social bruto de Cuba, pero constituye un sector importante de exportación. El nivel de exportación de níquel en 1989 fue de 46,000 toneladas. Hasta 1997, este nivel no se ha vuelto a alcanzar, siendo ese año de 38,000 toneladas. Las firmas canadienses son las más númerosas en Cuba en la minería, y además de la Meridian, están la Joutel, CaribGold, McDonald Mines Exploration, Republic Goldfields y Miramar. Algunas de estas firmas solo subscribieron contratos de exploración y ya se han retirado de Cuba. Sin duda alguna, la Meridian es la que mantiene el nivel más alto de inversión en Cuba.

Cuba tiene las reservas más grandes del mundo en níquel y cobalto, estimadas en 800 millones de toneladas en 30 depósitos. Es uno de los 4 países-los otros son Zayre, Zambia, y Rusia- con reservas significativas de cobalto. En 1959, la producción de níquel y cobalto fue de 20,000 toneladas en Nicaro, construida en 1943. La compañía Moa, apenas terminada, fue confiscada al principio de la revolución. Luego empezó una inversión soviética que ocasionó un verdadero desastre en el sector minero.

Actualmente existen dos minas en operación, en Moa y en Nicaro. La producción se lleva a cabo en tres localidades. La antigua Moa, ahora Pedro Soto Alba, tiene una capacidad de 22,500 toneladas por año. Ambas plantas, la de Moa y Nicaro necesitan un proceso grande y costoso de modernización. Tanto el sector del níquel, como el de cobalto, tienen actualmente un costo de producción muy alto, con costos alrededor de un 50% de las ventas.

Además de níquel y cobalto, Cuba posee reservas de plomo, zinc, oro, cobre, manganeso, hierro, cromo, zeolitas y cuarzos. Las reservas de oro de Cuba se estiman en 30 toneladas. Han habido negociaciones con firmas extranjeras, pero hasta ahora sin ningún contrato en firme. Las principales reservas se encuentran en El Descanso, en Santa Clara, Jobabo en Camagüey y Aguas Claras en Holguín.

Las investigaciones relacionadas con las zeolitas comenzaron en 1970, pero la explotación de las mismas no comenzó hasta los 80. Las zeolitas, además de su uso agrícola, pueden utilizarse como catalíticos en el tratamiento de desperdicios, y en la eliminación de olores en procesos industriales. También tienen uso como alimento de cerdos, vacas, pollos, y como fertilizante. Existen unas 50,000 toneladas anuales para exportación, provenientes de 4 de los 12 depósitos identificados. Las reservas se estiman en 1,000 millones de toneladas. Los principales depósitos se encuentran en Sancti Spiritus, Camagüey, y Santa Clara.

El potencial de la minería en Cuba es enorme, y será una fuente importante de ingresos en una Cuba post Castro. Actualmente no se ven posibilidades mayores de crecimiento, permaneciendo su producción en alrededor de un 2% a un 4% del producto social bruto.


TECNOLOGÍAS DE PRODUCCIÓN Y SERVICIO

Desde el punto de vista de los avances tecnológicos, las técnicas existentes en Cuba, en cuanto a producción industrial y oferta de servicios especializados son obsoletas. En general, con ciertas excepciones, podemos afirmar que las tecnologías existentes se remontan a finales de los 50 y 60. Sólo ciertas industrias establecidas en el período comprendido entre 1970 y 1985 muestran procedimientos novedosos, aunque no comparables a los utilizados en el mundo industrial competitivo de 1998. Existe, por ejemplo, una fabrica de acero, Vanguardia Socialista, que utiliza técnicas de cortar el acero con rayos láser. La fábrica de cemento de Cienfuegos, de tecnología de la antigua Alemania del Este, muestra ciertos avances tecnológicos, así como una fábrica de yogurt, que esta automatizada y es de tecnología italiana.

Una fábrica de fichas y tarjetas electrónicas, en Pinar del Río, con tecnologías de Italia, Japón y España, utilizaba varios robots, lo que disminuye la necesidad de mano de obra. Sin embargo, esta tecnología de tarjetas electrónicas ha avanzado tan rápidamente en los últimos 10 años, que dicha fábrica necesitaría una inversión grande de capital para renovar su tecnología. El ICID, Instituto Central de Investigaciones Digitales, ha desarrollado varias técnicas modernas de computación, pero sus aplicaciones son principalmente militares y de oferta de servicios a firmas extranjeras.

En su mayor parte, las técnicas utilizadas en las industrias cubanas se reducen a innovaciones mecánicas y eléctricas realizadas por los ingenieros y técnicos cubanos. Un ejemplo lo tenemos en la Cervecería Tropical, destilería de cerveza situada en Marianao. Esta fábrica utiliza todavía la misma tecnología que estaba establecida allí en 1958. Los empleados industriales en Cuba carecen de motivación, no existe el incentivo típico del sistema capitalista. El resultado es la poca productividad y la baja calidad en los productos y servicios.

Existen tres tecnologías de automatización industrial; mecánica, electromecánica y robótica. La automatización mecánica es aquella que los ingenieros y técnicos crean en los talleres, como aditamento a los equipos e instrumentos, para crear cierta innovación en el proceso de fabricación. Esta es la más utilizada en Cuba, y demuestra el potencial futuro de los obreros especializados e ingenieros del país. La automatización electromecánica es la tecnología que utiliza instrumentos o equipos mecánicos, controlados por técnicas electrónicas sofisticadas, muchas de ellas utilizando computadoras o microprocesadores. El resultado es una mayor eficiencia y calidad. Muy pocas de las fábricas en Cuba utilizan esta tecnología, y aquellas que lo hacen, tienen ya tecnologías atrasadas. La automatización robótica es la que utiliza a robots o brazos mecánicos para efectuar muchas operaciones industriales. Esta tecnología requiere una inversión grande de capital, y se utiliza principalmente en líneas de producción en serie. No existe en Cuba actualmente.

La tecnología industrial moderna tiene ciertas técnicas que se aplican a los procesos industriales para obtener más producción a un costo menor. Ninguna de estas técnicas se utilizan actualmente en Cuba. Las principales tecnologías son: "justo a tiempo", y "cero-inventario". La tecnología "justo a tiempo" es empleada en los Estados Unidos y más que una tecnología, es una metodología de producción que combinada con la técnica de "cero-inventario", hace posible aumentar la productividad, disminuir los costos de producción, y hacer más flexibles las líneas de producción.

La mayor diferencia entre un centro de producción que utilice la tecnología «justo a tiempo» y un centro normal, es que en el primero se fabrica sólo exactamente lo necesario para cumplir las metas pedidas por el cliente, o sea, no hay necesidad de almacenaje ni de inventario de productos terminados. Esta tecnología se complementa con el concepto moderno de parques industriales, que imita el concepto de centros comerciales para tiendas.

En una Cuba post Castro, además de las inversiones de capital necesarias para modernizar las tecnologías actuales de producción, habrá que introducir estas nuevas técnicas o conceptos de producción industrial, para poder desarrollar una industria que pueda competir en el mercado global.


INVERSIONES

El monto de las inversiones extranjeras en Cuba, desde 1990, ha sido más de lo que debía ser, dado el carácter opresor del sistema, pero mucho menos que las expectativas cubanas. Quizás por temor a la Ley Helms Burton, quizás por el riesgo que las mismas representan, dado el carácter totalitario del régimen y la inestabilidad política, y posiblemente por una combinación de ambas causas. En realidad, la inversión extranjera fue legalizada en 1982, pero, como se explica en el capítulo IV, no fue solicitada abiertamente hasta la caída del bloque socialista, y el cese de los subsidios soviéticos.

A medida que la situación económica del país ha ido empeorando, el gobierno ha ido siendo más flexible en cuanto a las inversiones extranjeras. Hasta la fecha, existen más de 140 sociedades mixtas con el gobierno, de las cuales 55 pertenecen al sector turístico. Las inversiones, y las actividades están concentradas en los hoteles, la infraestructura turística, minería, exploración y explotación de petróleo, agricultura, telecomunicaciones, y servicios, especialmente financieros.

El monto total de las inversiones se calculaba, en 1997, entre $1,200 y $2,000 millones, una suma pequeña comparada con las normas de inversión en la América Latina. Las actividades que más abundan son el turismo y aquellas que producen divisas. O sea, no para el consumo doméstico. En 1982, el gobierno aprobó el decreto ley No. 50, que permitía la inversión extranjera. Sin embargo, no fue hasta 1987, con la creación de la corporación Cubanacán, relacionada con el turismo, que se empezó a promover este renglón. En julio de 1992, el gobierno aprobó una serie de regulaciones y cambios constitucionales relacionados con las inversiones extranjeras.

Las firmas extranjeras en Cuba pueden funcionar a través de oficinas representativas, registradas en el país, o por sociedades mixtas con el gobierno. Las empresas estatales están asociadas a un ministerio, o algunas pueden estar asociadas a un subgrupo de un ministerio. El aporte del gobierno cubano es el usufructo de la tierra, edificios, instalaciones existentes, materiales, maquinaria y mano de obra. Un problema grave para los que piensan invertir en Cuba es el financiamiento. Cuba no tiene acceso a ningún tipo de crédito internacional. Como resultado, en las empresas mixtas, el inversionista tiene que buscar su propio financiamiento. Y como es lógico, el país es visto, en los círculos financieros, como de «gran riesgo».

Existen innumerables obstáculos relacionados con las firmas que operan en Cuba, y que les afectan adversamente. No existe ninguna ley corporativa sofisticada, no hay una base tributaria coherente, y no existen sindicatos independientes. Las firmas extranjeras, a su vez, sufren de las mismas vicisitudes del pueblo cubano: carencia de combustible, de energía eléctrica, de telecomunicaciones apropiadas, de agua potable, de piezas de repuesto, y carencia vital de transporte. Las facilidades de compras en tiendas, aun en La Habana, son limitadas, y no se pueden comparar favorablemente con la de ningún país en vías de desarrollo. Las operaciones comerciales son caras. Las firmas tienen que operar a través de entidades gubernamentales para buscar oficinas y acomodaciones, así como para contratar mano de obra.

Algunas inversiones existentes en Cuba son: Western Mining Co., Meridian, World Textile Corp., ING Bank, Sunshine Holdings, Mexpetrol, P&I, Unilever, Caribgold, Minera Mantua, Pernod, Sol Meliá, Mitsubishi y Phillips. En resumen, el monto de las inversiones es inadecuado. Ha habido una reducción en el número de inversionistas potenciales, y no han habido inversiones serias en el ámbito industrial o azucarero. Cuba necesitaría un influjo de $8,000 millones en inversiones para poder conseguir un desarrollo económico adecuado.


NIVEL DE VIDA

A continuación expondremos cifras comparativas entre 1958 y 1998, que nos darán una visión clara del desastre social y económico que el régimen de Castro ha traído al pueblo cubano. Empecemos por el ingreso per cápita anual. En 1958 Cuba ocupaba el tercer lugar en la América Latina en ingreso per cápita, y el segundo lugar en ingreso per cápita distribuido. Esto significa que existía una clase media grande y estable. Si proyectamos el ingreso per cápita cubano desde 1925, y si Cuba hubiese mantenido el crecimiento normal que sostuvo durante la época pre Castro, el ingreso per cápita actual sería de $10,100.

Además el peso cubano de 1958 estaba a la par que el dólar, y así sería en la actualidad de no haber surgido Castro. El peso cubano actual no es canjeable en mercados oficiales y en el mercado negro fluctúa entre 20 y 30 pesos por dólar.


Líneas telefónicas

En 1958 Cuba tenía 15 por cada 100 habitantes. En 1998, 3 por cada 100 habitantes. En 1998, hay países Centro y Sur Americanos, en Asia, África, y Europa, que no han alcanzado todavía el nivel de Cuba en 1958. Este alto índice de líneas telefónicas en Cuba no se debía a que existiesen casas con un gran número de líneas por casa, ya que en 1958 eso no se acostumbraba, ni aun en Estados Unidos. El alto número de líneas por habitantes denota de nuevo la existencia de una clase media fuerte y de un auge comercial y económico. Más aún, la calidad de los equipos estaba a la par que la de Estados Unidos. El 65% de los equipos telefónicos cubanos en 1998, datan de la década de los 50.


Energía eléctrica

En 1958 había 450 Vatios por persona. En 1998, 75 Vatios por persona. La capacidad instalada y generadora de energía eléctrica es un índice del desarrollo económico de un país. En 1958, el índice de Cuba era el apropiado para un país en pleno desarrollo económico. En 1998, se estima que un país, para poder mantener un desarrollo económico industrial y comercial debe tener un mínimo de 800 Vatios por persona. Cifra muy lejos de lo que Cuba tiene ahora, y cifra que de Cuba haber seguido un crecimiento normal, hubiese fácilmente sobrepasado.


Consumo de calorías

En 1958, 2,800 por día por persona. En 1998, 1,100 por día por persona. Además, el consumo proteico, carne, pescado, huevos, etc, era adecuado. O sea, era una dieta balanceada. La dieta del cubano actualmente está por debajo de la recomendada por Naciones Unidas, y a esto hay que añadirle la carencia de un balance proteico, lo cual está causando un daño genético irreversible.


Consumo de carne

En 1958 alcanzaba 76 libras por persona al año. En 1998, 20 libras por persona al año. El consumo de huevos era en 1958, 47 por persona al año. En 1998, 13 por persona al año. El consumo de carne del cubano en 1958 lo colocaba entre los más altos. El consumo de pollo, en 1958, 12 libras al año por persona. En 1998, 7 libras al año por persona. De nuevo, la dieta actual es insuficiente y por debajo de las indicaciones dietéticas internacionales. El consumo en 1958 era el adecuado, y ello a pesar de que la industria avícola no había alcanzado todavía un desarrollo al nivel del resto de la industria agropecuaria.


Automóviles

En 1958 había 38 por cada 1000 habitantes. En 1998, 11 por cada 1000 habitantes. Las costumbres de la época, no eran como las costumbres actuales de algunos países desarrollados de tener más de un automóvil por casa. En cuanto al transporte público, en 1958, en transporte urbano, 1 ómnibus por cada 300 habitantes. En 1998, 1 ómnibus por cada 15,000 habitantes. En el transporte interurbano, en 1958, 1 ómnibus por cada 2,000 habitantes. En 1998, 1 ómnibus por cada 7,000 habitantes.


Número de televisores

En 1958, era de 65 por cada 1,000 habitantes. En 1998, 25 por cada 1,000 habitantes. El número de televisores per cápita colocaba a Cuba segunda solo de Estados Unidos, y por encima de muchos países europeos. Cuba fue el segundo país, en el mundo, en tener televisión en colores. Existían cinco estaciones nacionales de televisión, de las cuales, dos transmitían en colores. En 1998, dos estaciones nacionales de televisión. Estaciones de radio: en 1958, 32, en La Habana con transmisión nacional, sin contar estaciones locales en las ciudades. En 1998, 3 estaciones nacionales.


CONCLUSIONES

La realidad social y económica de Cuba en 1999 a los 40 años de revolución, podemos resumirla en los siguientes diez puntos:

1. Grandes extensiones de tierra inservible, ya sea por abandono, salinización o el uso abusivo de cambios de cultivo. 2. La ganadería diezmada. 3. La industria anticuada e ineficiente. 4. La infraestructura en varios respectos casi inexistente. 5. El país sufre una crisis aguda de enérgeticos. 6. El sistema de telecomunicaciones requiere una urgente modernización. 7. La deuda externa es desproporcionadamente grande, una de las más altas del mundo. 8. El sistema de transporte público se ha deteriorado al máximo y es casi inútil. 9. La moneda nacional es prácticamente inservible y ha sido reemplazada por el dólar. 10. El sistema de higiene y salubridad es atrasado y tiene a la población en constante peligro de epidemias.

Antes de 1959, Cuba era un país con una economía floreciente, un país en pleno desarrollo, si consideramos todos los índices económicos pertinentes. Pero la debacle socialista arribó al poder, y truncó todo crecimiento industrial y económico, así como el espíritu empresarial del cubano. No existen posibilidades, bajo el sistema actual, de que Cuba pueda tener una mejoría socio económica. Tanto la economía, como la sociedad cubana, mantendrán una degradación paulatina. La situación es, por tanto, en extremo crítica y deplorable, y el gobierno de Fidel Castro, dueño absoluto del país, es el único responsable de ello.


Copyright © 1999 Manuel Cereijo



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