Al Qaida toma a España

por John Pérez-Sampedro

Las elecciones españolas de Marzo 14, no tomaron a nadie por sorpresa. Tanto el español de a pie, como los analistas políticos, co incidieron en que el ataque fundamentalista musulmán, a solo 72 horas de la apertura de las urnas en España, cambiarían el resultado final de unas elecciones, que todas las encuestas daban por ganador al partido PP de José María Aznar.

Una masa enardecida de votantes españoles, humillados y atemorizados ante la dimensión de la masacre, se dejaron manipular por Al Qaida cuando castigaron con su voto al presidente Aznar, en represalia por éste haber dado su apoyo a los Estados Unidos en la guerra contra el terrorismo.

Los fanáticos terroristas, calcularon mal cuando trataron de doblegar al valiente pueblo estadounidense en su ataque a las Torres Gemelas. Ellos no entendieron la diferencia entre republicanos y demócratas y pensaron que las señales de indecisión y cobardía, enviadas por el expresidente Clinton durante crisis tales como el derribo de las avionetas de "Hermanos al Rescate" y otras, donde no se tomaron represalias, podrían esperarse por igual de todos los gobernantes norteamericanos. Pero ese cobarde ataque en vez de amedrentarlos, sirvió para despertarlos a la terrible realidad de la Guerra Santa (Yijad) que se cierne sobre los países civilizados.

Sin embargo, calcularon muy bien cuando prepararon el ataque pre-electoral en España. Calcularon muy bien, cuando anticiparon la indignación del pueblo español, el cual, al culpar a Aznar y elegir a los socialistas exhibió una mentalidad de aldeano aislacionista, de poca visión y de cobardía ante el enemigo. Un enemigo que no es solamente de España, o de Europa, sino del resto del mundo. Un enemigo que seguirá atacando a mansalva, sin importarle a quien. Un enemigo fanático, que no reconoce aliados y que funciona bajo las máximas de: " El fin justifica los medios"y "Si no te inclinas con reverencia hacia la Meca, morirás" Un enemigo que "recibe sus órdenes directamente de Alá" y que está dispuesto a morir por su fanatismo religioso. Aunque en los últimos atentados, incluyendo los de los trenes españoles, han optado que es preferible vivir, utilizando detonadores dirigidos a distancia.

Si la reacción española es una guía de la del resto de Europa, podremos esperar más masacres a través del Viejo Continente. Masacres que pondrán de rodillas a una Vieja Europa controlada en su mayoría por los socialistas. Masacres que se podían haber evitado si los españoles no le hubieran enviado la señal de capitulación que le enviaron a Al Qaida. Señal inequívoca de que los infideles no tenemos la determinación, ni el coraje, ni las agallas que poseen los musulmanes fundamentalistas.

Estos "ingenuos" socialistas", ignorantes del peligro que representa la Guerra Santa (Yijad) y presionados por los "Caballos de Troya" que representan los millones de musulmanes que integran sus sociedades, tratarán de negociar pactos de no agresión con estos nuevos Bárbaros del Siglo XXI, alegando su conocido desprecio por los Judíos y Los Estados Unidos.

Lo que ignoran estos pacifistas, es que no se puede negociar con terroristas, pero menos con fanáticos terroristas religiosos como Al Qaida, los cuales, tienen la misión mesiánica de destruir los valores Judeo-Cristianos de la Civilización Occidental.

Nada han aprendido de la historia del Yijad o de la masacre interminable entre los judíos y los musulmanes en el Medio Oriente.

Continua en el reverso . . . . . . . . . . .

Ellos nos odian por lo que somos y ninguna negociación o capitulación como la que han llevado a cabo los españoles, eligiendo un gobierno socialista para aplacar a los terroristas, logrará apaciguar a un enemigo fanático, el cual ha recibido una orden de "Alá" para erradicar a los infideles de la faz de la Tierra.

Pero este infantilismo político, este peligroso apaciguamiento del terrorismo no se encuentra solamente en Europa, también lo podemos ver en América, donde la renovada izquierda parece haber unido esfuerzos con los terroristas, para destruir al odiado Gigante del Norte de una vez y por todas.

Prueba de ello son, las negociaciones que el presidente del Brasil; Lula da Silva, ha llevado a cabo con los países del Bloque Árabe. Su interés en acercar los mercados del Medio Oriente y África con el Merco Sur, estriba por un lado en obtener el respaldo necesario para que Brasil forme parte del Consejo de Seguridad Permanente de las Naciones Unidas y por el otro, contrarrestar la hegemonía económica norteamericana.

Otra prueba de la cooperación entre la izquierda y el terrorismo islámico la dio Chávez cuando tomó posesión de la presidencia en Venezuela. Lo primero que hizo fue visitar los países musulmanes, incluyendo Irán. Todos conocemos los demás detalles.

Pero la mejor prueba del matrimonio de los socialistas con el terrorismo nos la brindó el Chacal de América. El idilio de Castro con terroristas, ya sean de la ETA de la IRA o de Al Qaida ha sido ámpliamente documentado a través de los años. No hay duda que existe un patrón de cooperación y de estrategia entre la izquierda y el terrorismo, tanto en América como en Europa.

El pueblo español, está consiente de esa relación. Por eso eligieron a última hora a los socialistas, a sabiendas que los izquierdistas, como han hecho en otras ocasiones a expensa de la soberanía y la dignidad española, negociará un pacto de no agresión con Al Qaida.

Los votantes españoles, al igual que la Izquierda Internacional, se equivocan al pensar que pueden pactar con los fanáticos islámicos. Los terroristas islámicos han descubierto una fórmula sencilla y efectiva para poner de rodillas a los infideles: Sembrar el terror, masacrando infelices e indefensos ancianos, mujeres y niños.

Según "Islamic Sources" www.muslimpopulation.com, en el 2003 existían más de 1.7 billones de musulmanes contados en el mundo, pero debido a la falta de censos en países con grandes poblaciones, tales como China, India y ciertas áreas de África, unido al hecho de que el Islam es la religión de más rápido crecimiento en el mundo; algunos expertos calculan que la población musulmán mundial podría alcanzar los 300,000 millones, de los cuales, aproximadamente el 10% son fundamentalistas.

Dicho de otra manera, en estos momentos, nos enfrentamos a 3 millones de fanáticos deseosos de inmolarse en nombre de Alá. Pero en la medida que los países atacados capitulen, el porcentaje de fundamentalistas irá creciendo hasta que nos veamos enfrentado en una "Guerra Civil-Religiosa Mundial", nunca antes concebida en la historia de los conflictos bélicos de la humanidad. Guerra que basado en los hechos presentes , no podremos ganar.

Por todo esto, la izquierda y los tradicionales enemigos de los Estados Unidos, no deben pensar que la Guerra Santa concierne solamente al pueblo americano y al judío. El peligro de aliarse al extremismo islámico o capitular ante sus ataques, es inmensurable.

Los fanáticos islámicos podrán pactar con los socialistas en determinados casos, para lograr sus objetivos terroristas, pero al final, ellos no transarán por nada menos que la destrucción total de nuestra sociedad. Incluyendo, a los tontos útiles que se hubieran aliado a ellos, en la causa común del odio a los norteamericanos.

Este no es el momento de esconder la cabeza en la arena o de tomar decisiones ofuscadas de última hora, como lo hizo el pueblo español.

Querrámoslo o no, lo que está en juego no es simplemente cambiar un modelo económico y político por otro, sino, la supervivencia misma de la Civilización Occidental.


FIN


John Pérez-Sampedro es poeta y analista político. Autor de "Cuba la Conspiración del Silencio. "De Dios de Amor y De Patria " y Poems and Drawings for Little People" entre otros. Secretario de Actas del Colegio de Periodistas de La República de Cuba en el Exilo E-mail: Perez14824@aol.com Telf. 305-388-9106 Fax-305-388-9194

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Este y otros excelentes artículos del mismo AUTOR aparecen en la REVISTA GUARACABUYA con dirección electrónica de:

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