Más golpes al comunismo: Francia por José Sánchez Boudy En dos artículos les hablé de los descalabros del comunismo en Europa con el triunfo de la derecha en Francia y en España, donde las elecciones municipales, históricamente de una importancia enorme pues demostraron en el 36 lo que es echar abajo una monarquía, les hable de las de Rumanía, que habían llevado de nuevo a la presidencia a un hombre que previamente el Poder Legislativo había destituido. Les hablé del fracaso de la infiltración del reciclaje marxista en los Estados Bálticos; en Polonia; en fin, les cité la ley del Corsi y Recorsi, de Vico, del Renacimiento, hace varios siglos, que mostraba que el péndulo histórico siempre volvía hacia atrás después de avanzar, como ha hecho el comunismo. Ahora, en las elecciones legislativas en Francia, el socialismo, el marxismo y todas las izquierdas han sido destruidos por una avalancha de votos de la derecha por segunda vez en muy poco tiempo. Es importante que todos ustedes sepan que el socialismo francés, que el comunismo francés aliado al mismo, han tenido siempre una importancia tremenda en tierra francesa. En Germinal, una novela de Emilio Zola, que fue socialista moderado, ya se hablaba de una marcha obrera socialista y Anatole France, uno de los grandes novelistas que ha producido Francia, en su novela "La Isla de los Pingüimos" se relajea de mala manera a la propiedad privada. Y ahora les hablo más de la importancia del socialismo y del comunismo francés. La más famosa novela escrita sobre la Guerra del 14 tiene la autoría de Barbusse, un comunismo francés. Se titula "El infierno". El archifamoso novelista español Blazco Ibañez, uno de lo colosos del Siglo XX, con el cubano Eduardo Zamacois, nacido en Pinar del Río, le hizo a la obra de Barbusse una gran propaganda. Francia fue la cuna de los sacerdotes católicos obreros que se mezclaban con los trabajadores y que al final fracasaron, porque estaban infiltrados por el comunismo, que aprovechó para decir que se habían vuelto comunistas. En Francia surgió el Frente Popular, que consistía, por instrucciones de Moscú, en el pacto del Partido Comunista con los Partidos Demócratas. Su más famoso líder fue León Bloom, que ayudó en lo que pudo a la República Comunista Española. En Francia funcionó el Socorro Rojo para ayudar a os comunistas españoles y se fundaron las Brigadas Internacionales, cuyo jefe fue el carnicero de Albacete Andrés Marty, famoso por haber dirigido la insurrección del acorazado Potenkim en Kiev, aprovechando que la marinería se quejó de una cosa cierta: que la carne para la alimentación estaba podrida. Recordarán la gran película con el coche y el niño dentro, precipitándose por las escaleras de la ciudad de Kiev y las multitudes detrás, hecha por Serguei Eintein, que terminó pegándose un tiro cuando supo lo que era el comunismo. Otra película muy famosa la hizo André Malraux, autor de novelas, historiador de la cultura, que peleó como aviador en la Guerra Civil Española de parte de la República y que luego, arrepentido, integró las fuerzas de DeGaulle. En Francia se celebró el mayor mitín a favor de los rojos españoles en el estadium de Paría, donde habló La Pasionaria, y se llenó de la chusma y asesinos comunistas. Como ustedes saben, La Pasionaria murió en España despreciada por todos debido a la transacción que trajo la democracia, la cual analizará muy pronto, porque es una bomba retardada en la integridad nacional de España; para mí. A pesar de que ahora parece una maravilla. La Pasionaria es cómplice de miles de asesinatos. Francia es la cuna de uno de los libros más importantes para la implantación del comunismo: un llamado al terrorismo y a la violencia de Andrés Sorel, que publicó una serie de artículos en un periódico en Paría y luego los puso unidos en un libro que es un dios para el comunismo: "La Violencia". La literatura socialista en Francia es tremenda. Es diferente que la inglesa que hicieron hombres como Oscar Wilde, que auspiciaron artistas famosos e industriales como Orwen que creó una comuna socialista en los Estados Unidos y que se arruinó en el experimento. La inglesa creía en la utopía de desaparecer el dinero; de hacer los hombres iguales, y nunca buscó el terror para liquidarlos. Habló del primitivo Socialismo inglés, porque los autores del Fabianismo llamaron al comunismo ruso "una nueva civilización". La ofensiva de la derecha en Francia, de los hombres libres, contra el reciclaje comunista; contra los símbolos comunistas, está en macha. Nosotros, los intransigentes, que enarbolamos los valores cristianos y la decencia de la historia, ganaremos esta pelea. Pasaremos por muchas vicisitudes, pero estamos dispuestos a pelear y arriesgarlo todo por la dignidad del hombre, por ese a quien Dios hizo a su imagen y semejanza.
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