La estrategia actual del comunismo

Por José Sánchez-Boudy


El comunismo cubano, como dije en el artículo anterior, ha caído en lo que más teme el marasmo: en la inmovilidad. Todos los teóricos del mismo hablan siempre de la necesidad de mantener en movimiento la revolución. Por eso es la propaganda incesante del líder; las concentraciones populares (o forzadas, por supuesto); las continuas Asambleas y reuniones de otro tipo del Partido y las llamadas "Ofensivas Revolucionarias" en cualquier terreno, en la ficticia siembra de árboles; en a recogida de la basura; en el chapeo de matorrales, etc. De esta manera mantienen lo que ellos llaman "el fervor revolucionario". La inmovilidad es la muerte del comunismo, que ha -como el cubano- practicado el mismo desde que alcanzó el poder. Porque el comunismo cubano tomó a Cuba, como base para expandirse por el mundo entero. De ahí las guerrillas de América latina y la guerra en Africa.

Todo esto se hizo posible, la Ofensiva Revolucionaria en América Latina y en Africa, con el subsidio ruso. Este, dado en cantidades masivas a Cuba y a Vietnam quebró a la URSS y fue una de las causas de la caída del sistema soviético.

La historia ha demostrado que "muerto el perro se acabó la rabia". A la huída del tirano Rosas en la Argentina, su dictadora, con una estructura comunista perfecta, anterior a la Revolución Rusa del marxismo, sucumbió.

Cuando el tirano, al que llamaban el Dr. Francia, murió, su tiranía se vino abajo en el Paraguay. El Porfirismo, en México, a pesar de que modernizó el país e industrializó, el problema de la miseria lo produce un fenómeno distinto a la falta de industrialización, pues la industria mexicana es poderosa, finiquitó cuando el gobierno autocrático de Porfirio Díaz se derrumbó.

Ninguna tiranía puede vivir sin terror: sin la ausencia de libertades. El totalitarismo cubano, muerto Castro, no escapará a las leyes de la historia y sucumbirá después de una agonía espantosa del pueblo cubano, porque Raúl Castro, un asesino despiadado, como todo el aparato comunista cubano que es una máquina de matar, atropellar y sofocar la libertad, no está consolidado ni se consolidará. Con la muerte de Castro comenzará, por este motivo, el acrecentamiento de la represión interna y una mayor inmovilidad externa. Dije que no está consolidado, nunca lo ha estado el comunismo en Cuba. Ha subsistido estos 48 años utilizando una dictadura brutal, una de las más brutales de la historia. Un perenne genocidio. Si el régimen se hubiera consolidado no hubiera tenido necesidad de matar, materialmente y civilmente, porque Castro no sólo encarcela y mata sino que hace de la familia del preso o del condenado a muerte, civilmente, gente que no existe, muertos vivos, y los priva de la tarjeta de abastecimiento; los lanza a la calle de mendigos.

Esta horrible dictadura totalitaria fidelista sólo ha podido mantenerse porque el régimen es la supresión total de la vida y la libertad. Repito: el régimen de Castro nunca estuvo consolidado y menos está el de Raúl. Este nunca lo estará.

Mientras se lanza sobre el pueblo cubano de una forma casi exterminadora, Raúl Castro al cesar en el exterior la dinámica revolucionaria tiene que depender de China, de Rusia y de Chávez. Pero Chávez, una vez bien asentado, tratará si lo consigue de ponerse la corona de máximo líder y Raúl caerá en un segundo plano. El choque entre Raúl Castro y Chávez tomará las dimensiones del de Rusia y China antaño. Mientras tanto el régimen en el interior perderá la unidad monolítica totalmente, y solo podrá mantenerse con el sistema del terror sobre todos los componentes del mismo.

Aquí en vez de estar pensando en presidencias; en que los americanos escogerán; lo que hay que hacer es llegar a la médula del pueblo cubano; a todos los sectores del Exilio Interior. Nada de fabricar desde aquí disidentes ficticios. Hay que ir, repito, a las entrañas de nuestro pueblo y tratar de movilizarlo contra el castrismo y convencer a los Estados Unidos, que son los que impulsan la transición pacífica, que sólo derrocando al régimen con medidas punitivas unidas a lo que acabo de decir se puede lograr una Cuba Libre. Hay que hacer coincidir los intereses del Exilio Histórico que es la genuina representación de la Cuba Eterna y del Exilio Interior cubano; al Exilio Histórico que es la Nación Cubana en el Exilio y el destino común de la patria, con los intereses norteamericanos en forma digna y en forma igualitaria, y hay que deshacer ese diálogo y esa transición siempre rechazada históricamente por el pueblo cubano que ha ayudado enérgicamente y por ambiciones personales a perpetuar la actual situación cubana. Toda transición, incluyendo la pregonada transición española, ha demostrado que perpetúa al enemigo de la patria y que al pactar o hacerle mimos al enemigo de ayer lleva a la desmembración de la nación que se ha construido a través de los siglos. No más inactividad esperando que se muera Castro. Acción y más acción; ayuda al verdadero meollo de la solución: el Exilio Interior Cubano aliado a la nación cubana en el Exilio: el Exilio Histórico. No nos dejaremos arrebatar de nuevo a la patria.



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