Y se sigue esperando "¡que error" por José Sánchez-Boudy Como es que se sigue esperando por que se muera Fidel como la varita mágica que inmediatamente traerá, con su fallecimiento, la libertad a la patria. Pero si queda al mando un asesino mayor, como él, que en cuento tuvo el poder en la mano empezó a fusilar por la libre; a diestra y siniestra. Lo que venía haciendo desde la sierra. Aparece en una fotografía vendando a un pobre campesino. El Dr. Lucas Morán, en su libro, que presenció todo esto en la zona de Raúl Castro, cuenta lo visto con lujo de detalles. El hombre es un sanguinario. Es un ejecutor del terror. Y sabe que con el cobarde mundo con que contamos, que debido a la crisis de la civilización occidental y a la que atraviesa este país, a pesar de su increíble fortaleza material y espiritual, es posible matar y ya. Nada pasa. Por otro lado, y no es que yo sea ave de mal agüero, pero no engaño a mi pueblo, a mis hermanos, con juicios a la ligera, de una pronta recuperación de la democracia en Cuba, pues creo que nos queda por delante, mucho sufrimiento y una lucha titánica hasta salvar, para siempre, la patria amada, y que hablar o actuar sin base a diestra y siniestra, conduce inmediatamente a la democracia como se está pregonando. No. Los asesinos se van a unir porque sus crímenes son tantos, sus canalladas son tantas, han hecho tanto pero tanto daño, que se tratarán de amparar en la figura de Raúl para defender las vidas y los intereses. No pueden dialogar. Y saben, además, que el dinero fuera no les dará la seguridad porque los criminales tendrán que pagar todos sus crímenes; los que montaron ese aparato de horror tienen que afrontar las consecuencias de sus actos ante la ley. Por otro lado, no se puede poner el destino de Cuba en una enfermedad que aún no sabemos ni la que es. Todos creemos, y con buenas razones, que Castro está herido. Pero no se sabe, si es cáncer, que mate rápido de evolución rápida porque hay muchos cuyo desarrollo dura bastante. Por lo tanto, hay que actuar ahora: con medidas punitivas que muestren la firme voluntad de quitarlo. Hay que decirle a los Estados Unidos que no se puede esperar al mañana, que hay que actuar ahora, repito. Ellos pueden, por su propio bien, para desbaratar el comunismo cubano y la acción que este lleva a cabo con Chávez como tambor mayor, hacerlo. Pero no ellos solos. Nosotros con el concurso de ellos. Dejando a un lado el yoísmo; las ambiciones; y pensar que sin patria somos una hoja en la tormenta, como decía Lin Yu Tang. Y que en el ejemplo del mambisado, de nuestros libertadores está la senda que tenemos que seguir. El 10 de Octubre y lo que continuó, hasta hacer la patria libre es el camino. Y podemos lograrlo si queremos: renunciar al yo para salvar a Cuba. Cuando en el mundo vean que los Estados Unidos quieren derribar a Castro, cuando vean el renunciamiento al yo y la unidad del pueblo cubano, cuando los de allá vean que los Estados Unidos están resueltos a acabar con el comunismo, no sólo en Cuba sino en América, entonces otro gallo cantará. Entonces el cambio del mundo a nuestro favor se verá inmediatamente. La única vergüenza, dijo Julio César" es la derrota. Todo el mundo se va con el triunfador. Las buenas intenciones se agradecen. Pero de buenas intenciones está empedrado el infierno. Y los refranes españoles no fallan. Toda ayuda es bienvenida por nosotros los cubanos para lograr la libertad de Cuba pero hay ayuda de ayudas. Esa grande; definitiva, es la que queremos. Muestre Estados Unidos la voluntad firme de que va a poner en práctica todos los medios para derribar al régimen. Que cesa el bla bla bla y que comience la acción punitiva; los resortes para derriba el comunismo del poder. Entonces si que no hay Raúl y terrorismo y requintamiento que valga; entonces sí que comienzan las vacilaciones de los seguidores. Entonces sí se piensa no enmantar la tiranía sino en ver como se salva el pellejo. Entonces sí los generales buscarán el contacto con Washington. Hasta Himmler, el frío asesino, cultivador de granjas y criador de pollos, convertido en general pero que si colgó el "generalato" cuando vio que perdía la vida en el campo de batalla utilizó a Bernardotte, el sueco, para que tallara con los aliados y él salvar la cabeza. Hitler quedó tan anonadado que exclamó al enterarse: "El fiel Himmler" A la hora del pellejo no hay fidelidades. Sí, el fiel Himmler. A la hora de la pelona se acaba la valentía de los asesinos y se busca la tabla de salvación. Pero ya es tarde para muchos. Pero de todas maneras se talla porque la esperanza es lo único que no muere. Con la muerte de Castro se producirán dos movimientos: uno de desintegración y otro, que debemos lograr que sea sólo fugaz: el de la agrupación de los asesinos alrededor de Raúl Castro. La historia señala que muerto el perro se acabó la rabia. El Bonapartismo terminó como cosa militar con la muerte de Napoleón, por ejemplo. Por eso este es el momento de ir poniendo un círculo de hierro alrededor del comunismo que demuestre, como acabo de decir, que Estados Unidos está preparado, en conjunción con los cubanos, con el exilio interior y exterior, el histórico, con todas las fuerzas democráticas que rechazan todo arreglo con Castro, en desaparecer en Cuba la marea roja. Y dispuesta, igualmente, a hacerla cizco en América.
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