UN PELIGRO INMINENTE por Jose Sanchez-Boudy Una de las características más acuciadas de los cubanos es la creencia de que todos comparten nuestro afán por la libertad. Tenemos tan alto concepto de la misma, hemos luchado tanto por ella que no podemos concebir que pueda ser traicionada por países democráticos. Pero nuestra experiencia ha sido trágica. Siempre hoy y ayer hemos estado solos. Si se examina la historia siempre se ve como los intereses internacionales, como hoy, como ayer, han estado por encima de la reconquista de la misma. En todo el globo. El interés de las naciones choca y ha chocado miles de veces con la libertad y ha sido vendida. El pacto de Munich es una prueba palpable de ello; la conferencia de Yalta vendió, igualmente, la libertad; como se hizo en Vietnam y en Corea. Y el Tratado de París es buena muestra de cómo se trata a una nación, a pesar de que haya luchado sin cesar por ser libre; a pesar de que haya quemado sus riquezas; a pesar de que miles de sus habitantes murieron en la horrible reconcentración de Weyler…nada importó a los intereses. Cuando llegó la hora de echarla a un lado, el tratado de París concertado entre Estados Unidos y España para poner fin a la guerra que llaman Hispanoamericana y que también nos dejó fuera porque no se incluyó la palabra cubana, cuando fue el apoyo decisivo en estrategia y toma de las playas del desembarco por los mambises y mucho más lo que evitó el descalabro norteamericano, cuando llegó la hora, “Abur Cuba”. Entiéndase bien. Yo tengo una gran admiración por este pueblo pero su política exterior está colmada de errores y sufre la influencia de los consejeros (think tank) que son en realidad los que la han dirigido, con los burócratas del Departamento de Estado y otras organizaciones creadas como las corporaciones donde están los consejeros (think tank) no para lograr que los Estados Unidos triunfen sino todo lo contrario, pues sus dictámenes casi siempre favorecen a las izquierdas virulentas o erradas (hay estos dos tipos que en el fondo llevan a lo mismo: el triunfo del marxismo y de la contracultura) y, repito, fundadas para limitar el poder del Ejecutivo. Esto no son divagaciones sino una amarga realidad que yo he visto y ustedes todos los días, y el Mundo Libre. Ya se le ha hecho tanta propaganda a la llamada Transición, que no es más que dejar un comunismo reciclado en control del país con un ropaje de falsas reformas. Formadas por los dialogueros y todos esos rojillos que ubicados en innumerables lados, rojillos cubanos, rojillos que quieren afanosamente llegar al poder en Cuba, sin importantes, en absoluto, el pueblo cubano; dejar un comunismo reciclado y excluir completamente al Exilio Histórico. A su legado que como he dicho una y mil veces y seguiré repitiéndolo, es la Cuba Eterna. Ella es la continuación del legado de Varela, de Saco, de Domingo del Monte… es decir, de todos nuestros grandes próceres; de la gesta mambisa y del pensamiento martiano; la que abarca la totalidad de los que construyeron y dieron forma, a cualquier nivel, a la Cuba Eterna. A la verdadera Cuba Eterna. Digo todo esto porque en el caso de que Castro muera o se incapacite va a surgir una nueva etapa. Y ya se oye en los sectores dialogueros, en los infiltrados; profesores universitarios, marxistas cubanos disfrazados de liberales, en centros universitarios con profesorado cuyas actitudes y publicaciones reflejan el apoyo a Castro, en el Congreso en fin, es voz -populi que se habla de un arreglo con Raúl Castro; de un conversatorio con Raúl Castro, buscando, dicen, que “cuando la rana críe pelos” es decir nunca, se llegue a democratizar a Cuba. Se trata de traicionar de nuevo a la libertad y al pueblo cubano. Las próximas elecciones adquieren una importancia vital para el futuro, no sólo de Cuba sino de los Estados Unidos. El país está resistiendo un ataque tremendo de los “pacifistas-aislacionistas” de los que no comprenden que el aislacionismo frente al terrorismo lleva a que un día suceda un ataque que deje chiquito a las Torres; de los que han roto la política bipartidista en defensa de los Estados Unidos y han convertido el tomar el Poder Ejecutivo por cualquier medio el centro de la vida política del país. Aspiran a construir otros Estados Unidos o para decirlo claro en hacer desaparecer los valores en que se ha construido esta sociedad defensora de un mundo libre. Lo grave es que el liberalismo trasnochado, lleno de ideas utópicas, lleno del fatal aislacionismo y de la demagogia social permea enormes sectores del mundo político norteamericano. Se ha perdido el “equilibrio de ideas políticas típicamente democráticas y, como señalé, un utopismo social y suicida está mermando, a todas las alturas, el mundo político norteamericano. Y penetra hasta en los predios ejecutivos. Y la prédica del entreguismo es constante. La transición es como dice el dicho “la otra pelambre de la jutía”, el dicho popularizado por Severino Puentes en su libro sobre la patria cubana. El mismo perro con diferente collar. Al comunismo cubano, por el bien de la humanidad, hay que echarlo abajo ahora, no mañana poco a poco. Además, los presidentes aunque sean de un mismo partido no tienen las mismas ideas. ¡Y si nos cae uno estilo Carter! Hay que hacerle ver a Estados Unidos que nuestros intereses son comunes y que en Cuba se está jugando hace tiempo el destino de ellos y del mundo. Un destino hacia la esclavitud del hombre. Y cuando menos hacia el sufrimiento intenso. Pero esto es materia de otro artículo.
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