Falseando la Historia (II)

Por José Sánchez-Boudy


Sigo analizando, para un debate razonando, como ellos quieren, la falacia de esta carta en inglés de los profesores a que me referí en el artículo anterior. Dicen los profesores así: “Las leyes con que se pretende aislar a Cuba internacionalmente han llevado a lo opuesto, alienando a los Estados Unidos del resto del mundo, especialmente sus más cercanos vecinos en este hemisferio, mientras que le ganaba simpatía y solidaridad al pueblo cubano”. Esta es otra falacia histórica. El ataque mundial a los Estados Unidos proviene de otras fuentes como la pérdida de la hegemonía europea que s le achaca a los Estados Unidos por muchos historiadores al eliminar a los imperios alemán y francés y quedar ellos como la única potencia mundial; la envidia, y hasta odio hacia los Estados Unidos reconocido por uno de los grandes autores de Ciencias Políticas y anticomunista radical en uno de sus libros. Y otras cosas más, pero con lo dicho basta. No el embargo, ni otras medidas son las que han causado históricamente el ataque al que está sometido a nivel mundial el imperio estadounidense.

Pero oigan esto que viene, que es el colmo de la falacia histórica, y que muestra que esta carta está inspirada no por la verdad sino por la simpatía hacia el gobierno de Castro. Y con esto que se pone a continuación, los señores profesores, sin darse cuenta a lo mejor (ya sabemos que ellos dicen que son demócratas a carta cabal y defensores de los derechos humanos), sí, los señores profesores llegan a afirmar que no es la tiranía castrista la que provoca el que le caigan a golpes a una mujer como la Sra. Marta Beatriz Roque; que le pongan cucarachas (perdonen los lectores) en la comida a un pobre preso político ciego; que le hayan sacado la sangre a los fusilados antes de llevarlos al paredón sino los Estados Unidos. Hay dictadura castrista, según los firmantes de la carta, debida a Estados Unidos. Les digo que hay que aguantar la indignación para mantener la razón en control ante tanta mentira.

Cito de la carta: “El incremento de las políticas de línea dura de Estados Unidos no han hecho más que reforzar las tendencias de línea dura en la isla”. Y como es natural, estos profesores aprovechan sus simpatías en la política nacional para atacar al Poder Ejecutivo, cito: “La Administración de Bush ha llegado, según ellos, esta política a un nivel aún más extremo al adoptar el Reporte del 2004 del presidente: Comisión para la Asistencia a una Cuba Libre. Además, aquí hay una cosa muy interesante, la carta la motiva el temor de los profesores, a mi entender, de que les corten los privilegios que han tenido en muchos sentidos. Por ejemplo hay rumores de que en muchos Estados y a nivel del Gobierno Federal –como sucedió en esta área- no se permitirá a los profesores viajar a Cuba invocando la libertad académica (en muchos casos, como ustedes saben, profesores, el libertinaje académico) si los organismos en que están o las becas que tienen, en fin, si están envueltos fondos estatales o del Gobierno Federal.

Por eso es que en la Carta Abierta –utilizo la traducción del profesor Luis Barrero- se dice que se publica “en anticipo de las nuevas recomendaciones de la Comisión para la Asistencia de una Cuba Libre, previstas a hacerse públicas ¡Anjá!

Y sigo con la falacia histórica: “Como ciudadanos estadounidenses abogamos por una nueva política de Estados Unidos hacia Cuba, consistente con los principios geniales de Estados Unidos”.

Yo siempre he entendido que uno de los documentos en que mejor se perfilan los ideales de los Estados Unidos es la Declaración de Independencia, donde el inmenso Jefferson habla de la felicidad del hombre, que es la felicidad de los pueblos. La felicidad es la libertad. La felicidad es expresarse sin miedo (uno de los puntos que forman en realidad el Derecho Constitucional de la Libre Expresión), así sin miedo, como hacen estos profesores.

La felicidad, señores profesores, del pueblo cubano se logrará cuando éste sea libre; cuando se instaure la democracia con todas las libertades que ésta conlleva; cuando se termine uno de los regímenes más cobardes; más canallescos; más oprobiosos; cuando se termina el enorme Gulag que es nuestra patria. Entonces verán como no hay separación de familias, entonces verán que ese trauma por la separación de familias del que ustedes hablan habrá desaparecido para siempre. Entonces verán como en las esquinas de Cuba, en lo parques, en todos lados se podrá criticar al gobierno y se podrá reír; se podrá elegir en elecciones democráticas a los gobernantes.

En la carta, como ustedes ven, se favorece abiertamente el totalitarismo castrista, y se acude a acusar, a mi entender para desorientar al pueblo cubano, al entender de todo hombre libre, al entender del Exilio Histórico, a la ingerencia americana en Cuba. Y que ese reporte de la comisión viola la soberanía cubana.

El que viola la soberanía cubana es Castro. Que nos entregó a Rusia; que nos entregó al comunismo internacional; que tuvo el país ocupado por tropas soviéticas. Que ha seguido siempre, no sus directrices como él dice, sino las que le dictaban desde Moscú. Cuando se leen las Memorias de Krushev y se nota cómo éste parece que le da palmaditas a Castro, como si fuera un niño díscolo. Lo regaña al indicarle que la idea de bombardear atómicamente a los Estados Unidos era estúpida y no estaba en sus planes. Y hoy en día mucha de la soberanía cubana está en manos de Chávez.



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