La lucha contra el libro "Vamos a Cuba"

por José Sánchez-Boudy


Doy un esbozo sobre el caso del libro “Vamos a Cuba”. El fallo para sacar el libro de la biblioteca indica la importancia del mismo y cómo el libro no es más que un arma de adoctrinamiento del comunismo cubano. Esto último lo indica la masiva propaganda que los encargados de las bibliotecas en Cuba están llevando a nivel internacional. Y cáiganse para atrás: defendiendo que el libro quede en las mismas con el arma de la libre expresión del pensamiento. Es decir, que utilizan los instrumentos del Derecho Libre para imponernos la dictadura del proletariado, o sea, la dictadura del Partido Comunista.

Ya se habla de lograr, utilizando también el derecho libre, que los estudiantes cubanos inviten a los estudiantes norteamericanos, y que estos vayan a Cuba de parvulitos a abrazarse con los pioneritos de la Isla, que no son más que unos pobres niños como aquellos jenízaros que eran los bebés cristianos robados por los turcos invasores de Europa a las madres católicas, y adoctrinados en tal forma que se convirtieron en la vanguardia criminal que mató miles de personas en las naciones del Viejo Continente.

En defensa, si, de la libre expresión del pensamiento, en el derecho democrático no en el derecho comunista que no es tal, sino una engañifa vestida jurídicamente para la esclavitud se han levantado el Exilio Histórico y una serie de miembros del mismo, y el Instituto Villa Granadillo, un grupito de visionarios abandonados por muchos que aspiran a un liderazgo que nunca alcanzarán y que no defienden las causas por la salvación de Cuba que otros dirigen, entre los que se cuenta, por ejemplo, Juan Cuéllar, con un hijo en el Sistema Escolar.

Juan Cuéllar, en carta al señor Agustín Barrero, presidente de la Junta Escolar del Miami Dade County, esgrimió el derecho libre. Y lo sigue esgrimiendo, destruyendo con la verdad el mito de la ACLU, al indicar que la organización ha perdido últimamente muchos casos de los cuales hablaremos en otros artículos.

Cuéllar echa mano a un fallo donde la Corte Superior del Distrito 11 del Estado de la Florida afirmó contundentemente: “Este caso presentó la cuestión de si la Primera Enmienda evita que la Junta Escolar del sistema de educación puede quitar un libro de texto previamente aprobado de una clase de la escuela secundaria por objeciones a la vulgaridad y a la explicitud sexual del material”.

El Tribunal de Apelaciones del Distrito 11 del Estado de la Florida concluyó que la Junta Escolar puede, sin contraversión de límites constitucionales, tomar tal acción cuando la decisión del retiro del material estaba “razonablemente relacionado” “a una legítima preocupación pedagógica” “de negar a estudiantes el acceso” “a asuntos potencialmente sensibles”.

He leído que contra este fallo que nos trae para su conocimiento Juan Cuéllar se ha esgrimido otro en que se habla que la Corte Suprema de la nación ha dicho que no se pueden prohibir libros basado en el material filosófico o político. ¿Qué material filosófico o político hay en el libro “Vamos a Cuba?” El libro es una falsedad histórica, y al mismo tiempo no contiene material político sino de la ideología comunista, disfrazado en un bello ropaje para volar los valores de la democracia de Jefferson y otros grandes.

Juan Cuéllar habla así mismo de la declaración de un miembro de la Administración Escolar preocupada por el costo del juicio con que la ACLU amenazó si no se aprobaba la permanencia del libro en las bibliotecas.

¿No es esto algo que se debe investigar? ¿No constituye una intimidación? Y me hago estas preguntas porque mi amigo Fernando Cruz, que resiste en Greensboro, Norah Carolina, me acaba de remitir un artículo publicado en un rotativo del patio con el mismo tema del gasto que implica el juicio que en estos momentos espera por una decisión de un juez, el que ha sido publicado en un periódico de la localidad de tendencia liberal-rojiza.

Pero volviendo a la investigación de Juan Cuéllar, donde encontramos otra cita de uno de nuestros Tribunales de Derecho que son las columnas de Hercúles de esta nación, columnas que no se puede permitir que se dinamiten, cita que dice: “La Junta Escolar tiene la jurisdicción para adquirir y remover los materiales relevantes a la educación de nuestros hijos: Birgil contra la Junta Escolar del Condado de Columbia, 882F 2ndo. 1517 (Corte del 11 Circuito de 1889).

Para no cansar al lector compatriota, en otro artículo continuaremos con esta investigación de Juan Cúellar, que abarca un gran número de casos, siempre contrarios a la ACLU. Que además, ha incursionado en materia religiosa y aprovechando la separación de Iglesia y Estado de este país, ha tratado de destruir la religión dentro de la nación apelando a nuestro derecho democrático, el cual se usa para destruir las bases de esta nación por la Contracultura de la que se dice que la ACLU lleva en su seno.

Este es un tema muy largo del que seguiremos hablando, y pronto presentaremos otra investigación de la ACLU y la Contracultura que es una investigación del Instituto Villa Granadillo, al cual todos conocemos.



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