Ahorro o Muerte Por José Sánchez-Boudy Siguiendo los lineamientos de Mao Tze Tung que lanzó la llamada Revolución Cultural para recuperar las raíces puras del Comunismo en China,-¡Como si hubiera alguna pureza en el comunismo!- lo que le sirvió para liquidar a sus enemigos personales o a los que podían hacer sombra a su liderato, Castro ha empezado a mover la maquinaria represiva estatal contra el pueblo de Cuba para salvar la Revolución, es decir, para poder seguir anegando Cuba con la sangre y el crimen. En efecto, ha enviado contingentes de jóvenes o está a punto de ellos cuando escribo este artículo a entrar en el domicilio de cada cubano para chequear cuántos aparatos eléctricos tienen. Los confiscará a todos y al que se muestre desconforme lo enviará al campo, a algunos de los campos de concentración ya preparados para el caso. El pretexto es “ahorrar energía” y justificar los apagones constantes que azotan a Cuba cargando la culpa sobre los cubanos y limpiándose las manos él y al sistema maldito; por él y su horda establecido en Cuba. Lo del ahorro de energía es un pretexto. Un pretexto para sembrar con más profundidad la represión y el terror en Cuba. A estos, como en China, bajo la Revolución Cultural no escapará nadie. Los tibios, los sospechosos de desviaciones, es decir, de no seguir al pie de la letra las consignas y políticas del Partido, los poco fiables serán eliminados o lanzados en el Gulag gigantesco que Castro ya tiene preparado. Este fue el método usado por la Revolución Cultural en China. ¿Ustedes recuerdan que después de ella, tomó el poder Dent Zia Pi por órdenes de Mao otro esbirro comunista a quien la Revolución había metido en prisión; a quien habían torturado en la prisión y sometido a todo tipo de desmanes. El hijo de este sujeto, comunista hasta la médula de los huesos como el padre, fue tirado de un balcón por las horas rojas, por los jóvenes a quien Mao utilizó para lograr aterrorizar, matar y depurar al Partido. Quedó para paralítico. Hoy en día es el Presidente de la Sociedad de Parapléjicos, de China. Mao sacó de la cárcel al padre porque había aguantado sin chistar, por la gloria de Mao y el comunismo, las torturas, la degradación, las golpizas. Para un comunista todo crímen que favorezca al partido es aceptado como necesario. Como necesidad para salvar repito al Partido. Y de este, de la aceptación, les hablaré próximamente, D.M. El camarada sacado de la cárcel aceptó el cargo y comenzó la “Nueva Política China” que va por los senderos que todos conocemos y que se ha inflado como un capitalismo por la propaganda cuando no es tal cosa. No lo digo yo sino los grandes analistas franceses y europeos en general. Les traigo esto en las próximas semanas. En esta Radicalización de la Revolución, término que he usado muchas veces desde hace años diciéndoles que fue usado hace mucho tiempo por Haydée Santamaría, la suicida mujer de Armando Hart, en esta Superradicalización caerán también los que Castro piense que pueden entorpecer la Sucesión en Cuba. Porque esto es lo que podrá haber en Cuba; una Sucesión nunca una Transición y menos un Diálogo. Cualesquiera de las dos últimas cosas es anatema para el comunismo. Para la doctrina comunista. En el libro negro del comunismo (Crímenes, Terror y Represión) hecho obra de varios expertos en los crímenes comunistas así como en el terror y en todo lo concerniente a los mismos se habla, se estudia la liquidación en las ciudades principalmente, de un millón de chinos. Esta Revolución Cultural que en Cuba de ser lanzada a todo tren –llevaría otro nombre- tiene por objeto mostrar como una violencia sin freno puede ser desatada, como se probó en China, en cualquier momento, y que por lo tanto, cualquier acto hostil al régimen se paga con la muerte. Demostrar, además, que esta violencia no se salvan ni los comunistas por encumbrados que estén. Pero hay otro fin más horrendo aún que es lanzar una masa de la población contra el pueblo de manera que el lanzamiento actúe como un instrumento terrible de miedo y por lo tanto de una represión que por imprevista obliga a un perpetuo miedo en todo cubano. Como se sabe, en el asalto hacia los chinos se utilizaron los estudiantes y hasta obreros castigados por desafectos al régimen que creían que aumentando el sadismo de la represión podían ser perdonados. Los colgaron después. Si algo parecido sucediera en Cuba, lo que es harto probable no se parará con simples denuncias sino con una unidad firme que permita mover una presión interna y externa, cubana, en el pueblo cubano y en el sector internacional, contra tamaño crimen. Y esto no se consigue ni con el protagonismo que nos ha impedido hasta ahora ser más efectivo, ni creyéndonos que estamos llamados a la gobernación de la patria, ni con fomentos de diálogos y transacciones fracasadas siempre, sino con una unidad de métodos y un abandono de falsos liderazgos. La Revolución china fue empezada con miles de consignas. Se lanzaron por las emisoras chinas y tuvieron su centro de unificación en las universidades. Una de ellas fue: “Tírenlo –al adversario- al suelo y pisotéenlo”Esta salvajada es la que se pretende en Cuba. Y no creo exagerar. Y si creen que no puede suceder en nuestra patria pregúntenselo al millón de asesinados en Cuba. Este es el comunismo. “Ahorro o Muerte” es el lema de la sangre y el crimen castrista, ¿de ahorrar qué, asesinos? FIN
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