Elián: Asesinato, Nocturnidad y Alevosía Por José Sánchez-Boudy Lo de Elián es un asesinato- En materia penal se define como “asesinato” el homicidio cuando es cometido con nocturnidad o alevosía. La nocturnidad y alevosía del rapto del niño Elián. Y desde el punto de vista humano, asesinato es que llega a las más hondas raíces del alma. Como fue el asalto llevado a cabo a la casa de Elián. Hoy, cuando se ve a ese enmascarado apuntándole con un Arma descomunal al niño, se indigna uno hasta el hondón y duelen los últimos redaños de nuestro ser. Pero cuando Elián es entregado al asesino de los asesinaos, hay que contener el furor que nos sale. ¡Hasta dónde llega algunas veces, la falta de sentimientos del ser humano! Y más, cuando está envuelta la razón de Estado y la falta de coraje de un Presidente que le temió a un terremoto masivo de una ola de refugiados desde Cuba, mandados a propósito para fomentar el caos, y no supo el mandatario estadounidense oponerse a quien no tiene nada de inteligente ni de genialidad política, sino que es un vulgar matón que vive a costa de guapería; que ya lleva casi medio siglo asesinando, porque el Mundo de Occidente no ha sabido cumplir con su deber. Porque asesinato es entregar un ser humano al comunismo, en este caso un niñito, para que el marxismo haga de él un asesino, una réplica del Ché, que le pegó un tiro a un borracho indefenso, mayoral de una finca pegada al cuartel de La Plata, asaltada por los fidelistas. Un borracho que fue ultimado por detrás de la cabeza por un asesino sediento de sangre. Entregar a un niño para que el marxismo haga de él un zombie, un muerto en vida, como casi se ha logrado con Elián. ¡Esto es, repito, un asesinato! Y de los grandes de la historia. Pero no es la primera vez que este asesinato se comete. Hay otro horrible: el de los prisioneros rusos devueltos por los Aliados a Stalin a sabiendas que los mandaban a la tortura y al matadero. Curcio Malaparte, el extraordinario escritor e historiador italiano denuncia este asesinato en uno de sus libros. Y cuenta como se tiraban del tren vacío para morir, los prisioneros, antes de dejarse entregar al comunismo. Pero esto no es todo. Hay otro caso también horrible, que denuncia también Curzio en otro de sus escritos. En este caso se trató de soldados polacos que lucharon al lado de los ingleses, hombro con hombro, contra el nazismo y que fueron enviados forzosamente, como los rusos, a Rusia, donde terminaron fusilados o muriendo en los campos de concentración de Siberia. ¿Qué dicen ahora los que gritaban que el hijo, Elián pertenece al padre? Esto no es así. Léanse los escritos más modernos incluidos en la revista española de Legislación y Jurisprudencia donde se explica claramente de que los derechos del padre, son mermados cuando la vida del hijo corre peligro en manos del mismo. Y el padre, que ha subido muy alto en las prebendas del poder por entregar su hijo al comunismo, y las famosas “abuelitas”, son una muestra clara de lo que ha sucedido y que se ha visto en la famosa entrevista. Elián fue lanzado por el padre prestándose a los designios de Castro, al infierno comunista. Las abuelitas colaboraron en todo para hacer del niño un criminal; un ser sin conciencia; como el héroe soviético de aquella novela “Así se forjó el acero”, que delató a sus padres y que fue puesto por los bolcheviques como el prototipo del hombre soviético. Terminó dándose a la bebida y, cuando ya ni ésta le mataba los remordimiento, pegándose un tiro. Vuelvo a repetir: ¿Qué dicen ahora los que se prestaron, aquí y allá, a la maniobra de Castro afirmando que el hijo pertenece al padre? ¿Por qué no hablan? El comunismo es la falta completa del derecho. Este y la justicia sólo funcionan en las democracias, en los regímenes en que la persona humana es el sujeto principal de la protección de la ley. En que el hombre es tratado como el pivote de la libertad. El comunismo no funciona, donde el tiro en la nuca es el derecho del más fuerte. Donde el derecho, como decía Mao Tse Tung el asesino chino de más de veinte millones, afirmaba estaba en el cañón del rifle. El rapto de Elián y su envío a Cuba será estudiado en el mañana, y quedará como uno de los crímenes más horrendos de esta época terrible en que estamos viviendo. Hablo fuerte, pero no puedo callar. Hay que defender al hombre en contra del Estado; en contra de la fuerza; en contra de la razón de Estado. Si se hubiera tenido una postura firme contra Castro no hubiéramos visto el doloroso espectáculo del niño Elián, del balserito, hablando por televisión, adoctrinado y diciendo que el padre del crimen es su padre.
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