Más de la Revolución del 33 Por José Sánchez-Boudy El libro de Enrique Ros La Revolución del 33 tiene para el historiador, y todos en general, que aparte de la exposición clara y completa de los sucesos que conmocionaron la República, explica el porqué de la situación que hoy afrontamos. Yo voy a señalar, sólo como estudio histórico o mejor dicho como puntos de referencia para el ulterior estudio histórico algunos puntos esencialísimos que brotan de este volumen que canalizamos en dos artículos anteriores. Los Puntos son conflictivos y fueron discusión perenne en Cuba, como el del papel de la Federación Estudiantil Universitaria en la vida del país; la existencia del llamado Bonche en la Universidad y de los calificados "Jóvenes del Gatillo Alegre" que perpetraron la ola de atentados que se afirma que desestabilizaron la República y dieron lugar al golpe del Diez de Marzo, del que fueron los motores que lo vertebraron los García Tuñón los que jamás han hablado de esto, pero cuyo testimonio es vital para seguir ahondando en la historia de Cuba; para evitar repetir los errores que condujeron a estos horrores de hoy. Errores que aprovechó el comunismo para llegar al poder. Porque estaba rampante en la Revolución del 33, como muestra el libro de Enrique Ros. Como en 1933 no se conocía su naturaleza viciosa, sus entrañas asesinas pudo ir tomando posiciones. Si se escudriñan las figuras que jugaron un papel imponderante en la Revolución del 33 vemos, en el volumen de historia que apostillamos, en todas ellas se encuentran los estudiantes anticomunistas en mayoría, pero los comunistas en posiciones claves, y como, desde su fundación tomaron la Federación Estudiantil Universitaria, F.E.U., por ejemplo, y fabricaron los líderes que dirigían la lucha contra Machado. Y cuando termina, con la elección de Batista como presidente, los verdaderos favorecidos por la contienda contra Machado resultan ser los comunistas. El Partido es ya una armazón formidable y sólo le hace falta el movimiento histórico, la coyuntura histórica para tomar el poder. Ella se la dará el golpe del 10 de Marzo. Es más, la importancia del Partido, como ha estudiado también Manuel Prieres en el Instituto Villa Granadillo que dirige fue tal que me ha afirmado que la infiltración en la ortodoxia llegó a tal categoría que ya estaban preparados para, de haber habido elecciones, tratar desde el mismo de seguir aumentando su poder. Vieron la muerte de Chibás como una ocasión que les deparaba el destino para lograr sus fines. Contaban, entre otros, con Vicentina Antuña, con Bisbé, con los Massip... Se hubieran estrallado contra el liderazgo ortodoxo y contra la herencia de Chibás que polemizó con ellos y los pulverizó, que dirigió el ataque contra los mismos desalojándolo de los sindicatos. Por todos lados estaban. Fíjense como crearon el 26 de julio, del que dice el Dr. Luis Rodríguez Cepero, fue un de las jugadas maestras de los asesinos marxistas. El libro de Ros deja ver cómo el encausamiento constitucional, en el Partido Auténtico jugó un papel brillantísimo con el pedimento de la Constitución primero y las elecciones después y con la cooperación de Batista, como muestra la obra de Ros, y de los demás partidos políticos, como la Constitución del 40 salvó la nación. Pero la turbulencia del período siguió gravitando terriblemente sobre la República. Emilio Martínez Paula, uno de los grandes historiadores cubanos, acaba de publicar en el periódico La Información de Dallas, Texas, uno de sus valiosísimos artículos sobre Cuba, y nos deja saber que en 1924, en tiempos de Machado, viajó a La Habana La Kolantai, la ministro de Educación soviética, una mujer de gran fama en el movimiento comunista, y que se llevaba bien inclusive con Stalin, lo que no quiere decir mucho, porque el comunismo mata según convenga, pero que logró subsistir y morir de muerte natural. Machado no la dejó desembarcar. Fue a Estados Unidos y tampoco la dejaron bajarse del barco. De La Habana a Estados Unidos. Esto sucedía a los ocho años de la toma del poder por el comunismo; todavía el leninismo sujeto a un posible infarto masivo. ¡Qué importancia tendría pues, el comunismo cubano, cuando esta señora iba a La Habana! Recuerden que hubo un momento, cuando Guiteras estaba de secretario de Gobernación, que los comunistas tomaron el central Hormiguero -me cuenta Luis Rodríguez Cepero-- cerca de Cienfuegos, e instauraron un soviet. De Cienfuegos es Dorticós Torrado, presidente del Yatch Club de Cienfuegos y abogado que posaba de aristócrata, y era de tal importancia en el Partido que en el Primer Gabinete le dieron el cargo de Ministro de Leyes Revolucionarias, las que usan para sovietizar. En un libro formidable La Anatomía de un Fracaso (la experiencia socialista chilena) que debo a Luis uno de los hombres del régimen lo expresa claramente: que si la ley se opone al comunismo hay que borrarla del mapa. La visita del rector Arce de la Universidad de Córdova, Argentina, que Ros explica en el libro, resultó en la toma de la permera FEU cubana por el comunismo y la infiltración del movimiento estudiantil. Esto y Juan Gualberto Gómez con otros tratando de eliminar la Prórroga de poderes son cuestiones para estudiar, que se hayan en este libro. FIN
|