Diálogo. Comunismo. Sociedad Civil Por José Sánchez-Boudy ¿Ustedes se habían olvidado de la Federación de Mujeres comunistas que dirige Vilma Espín? Pues claro que no. Están ahí para cuando las llaman. Y ahora han acudido, inmediatamente, a la orden emanada de lo alto. Durante mucho tiempo estuvieron bajo la dirección de Vilma Espín como digo. Son otra de las tropas de choque comunistas. Esta vez lo que hicieron es hostilizar. La próxima darán golpes. Y entonces el gobierno, bajo el pretexto del orden público suspende la protesta de las damas vestidas de blanco, las mujeres de los hombres presos por disentir del régimen. Y disentir del régimen es no seguir al pie de la letra el horror castrista. Era imponente ver esas mujeres marchar altiva por las calles de La Habana, desafiando al comunismo que si no las "ha metido" en la cárcel a golpes -así de canallas son los comunistas-es para no dar una mala impresión fuera de Cuba. Si tienen que asesinar a miles y miles más de cubanos los comunistas lo hacen sin titubeos. ¡Y que haya todavía gente que defiende el diálogo! ¡Y que se esté hablando de transición pacífica que no es más que un maridaje entre comunistas y "tontos útiles"! Porque nadie puede decir que no sabe que en cualquier unión con los comunistas éstos recurren a la violencia contra el pueblo y aún contra sus propios amigos, que piensan, muchos de ellos, que están haciendo lo correcto, pero no conocen las entrañas del monstruo. ¿Qué más esta gente tiene que hacer, los comunistas, para que los "tontos útiles" -que conste que uso la palabra no para ofender sino, la palabra, en el sentido que es usual y fue acuñada, porque da pena que gente inteligentísima en otra cosa se equivoque con los comunistas-se den cuenta de que toda unión con ellos es nefasta. Cuba es el mejor ejemplo. Allí estaban haciéndose los buenos, pero con el puñal en la espalda listo para matar al último cubano. Y lo están efectuando. El máximo líder que equivocó la palabra porque pasará a las crónicas del envilecimiento y la canallada como uno de los máximos asesinos, como Stalin que dejó dicho que no había nada más bello que cazar al ratón. No lo exponía así sino ciertamente. Afirmaba que el mayor placer era preparar el golpe y después ajusticiar. El máximo asesino cada vez que da un golpe tiene junto a él al Partido Comunista Cubano desde su fundación y a todos esos que han sido calificados de "buenos" pero que no levantaron un dedo, los del antiguo Partido Socialista Popular, para salvar a nadie ni para que no vendieran los órganos de los muertos, porque a todo se ha llegado en Cuba. La violencia es la base del comunismo. Han matado a millones para mantenerse en el poder. Han sacado como en Camboya un pueblo de la ciudad, incluyendo los que se estaban operando: del hígado; de la vesícula; de lo que fuera, y los han llevado en parihuelas, en camillas, por kilómetros hacia el campo, hacia el de la muerte, donde almacenaban los cadáveres, los cráneos y hacían pilas con ellos. Yo he visto fotografías de gente operada, mejor dicho en proceso de operación conducida hacia el matadero. En cambodia dijeron que iban a cambiar la sociedad. Como en Cuba iban a hacer el hombre nuevo. Y revisaban las manos de todos y el que las tuviese pulida recibía un tiro en la nuca porque era intelectual; burgués. Pero no importa; seguirán gritando que hay que dialogar con el comunismo cubano. Pero cada vez que la voz diálogo o transición pacífica se oiga se levantarán las siluetas de esas damas con la majestad de nuestras mujeres, erguidas; mirando hacia delante; vestidas de blanco; caminando mirando al cielo; pidiendo libertad. Este hecho histórico será siempre un dedo acusatorio contra el diálogo. Y lo digo porque es la realidad. ¿Cómo se puede confiar en el Diálogo o en la Transición Pacífica cuando se atropella a mujeres y se les mata si es necesario, para mediante la violencia, seguir en el poder. Los fusilados; los hombres del levantamiento del Escambray, las cruces, las miles de cruces que vimos recordándonos a los que han dado la vida para que la patria sea libre, este atropello contra mujeres cubanas, son el testimonio elocuente de la falsedad del Diálogo; de la falsedad de la Transición Pacífica. Hay que derribar al régimen. Hay que levantar al pueblo de Cuba. Está desesperanzado; molido por el horror y la violencia, pero heroico, como lo demuestran los presos; como los demuestra la lucha que por medio siglo ha llevado a cabo el Exilio Histórico; un pueblo; la Nación Cubana en el Exilio, hecha con la dignidad y la fortaleza de mujeres como las atropelladas por la sevicia del marxismo. El pueblo de Cuba está encadenado. No es otro pueblo como dicen. Es un pueblo que se ve sin esperanza; abandonado -machaco-por todos. Hay que pedir medidas efectivas y no promesas. Hay que decirle a la Unión Europea, a la ONU, a la OEA, al mundo, si es necesario, que se dejen de agua tibia, que se dejen de tanto bla bla bla. Basta de tanto juego con el dolor de un pueblo. Con la Democracia. Y que el atropello a esas damas no quede en protesta: que el globo sepa el crimen que contempla sin hacer nada. Pero seremos libres.
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