Violencia y elecciones Por José Sánchez-Boudy Aún falta mucho por ver, pero recuerden lo que les digo: es muy probable que estas elecciones vean estallidos de violencia dirigidos por la Contracultura contra el Presidente tratando de llevar al poder al Partido Demócrata, por la Contracultura, en cuyo Liberalismo trasnochado y pacifismo que lleva a la ruina, ve la misma, la Contracultura, un campo fértil para sus ideas de destrucción de este país y a un candidato presidencial que hizo causa común con ellos cuando la guerra de Vietnam, fundando el grupo opositor a la misma. Por cierto, que es un signo terrible, lo que indica que está la contracultura en el mismo camino que en Vietnam, cuando se hallaba aliada al del Norte, es un signo terrible que hubo hace días soldados que no quisieron obedecer a sus jefes, soldados de esta nación en Irak, y conducir un convoy. Es la labor de zapa que se está llevando a cabo en el país donde nació la civilización, en el Tigris y el Eufrates, los dos grandes ríos. La tentativa de violencia se vio cuando la Convención Republicana y no se pudo llevar a cabo por el enorme operativo defensivo que desplegó la ciudad de Nueva York. Actualmente, la violencia está tomando varios caminos: uno es el de las manifestaciones, principalmente contra Bush y en lo jurídico, con cientos de demandas jurídicas, cuyo fin es obstaculizar y vencer, si es posible, la voluntad soberana de los pueblos. Contra la electoral. Sobre esto vuelvo enseguida. Pero fíjense que es una violencia como táctica. No la espontánea violencia electoral que siempre existió en las elecciones o en cualquier contienda electoral durante los años de crecimiento y consolidación de la República Norteamericana, cuando los "Clubes" electorales, como el famoso de Nueva York, dominaba el proceso con la intimidación, el dinero y otras triquiñuelas. La violencia llegó a un episodio famoso, en que un representante pegó a otro, en pleno debate, en la Cámara, a un compañero con el pomo de oro de su bastón. Pero eran tiempos, como hemos dicho de consolidación de la nación norteamericana, de la República. Después, los clubes quedaron sometidos a la ley pero persistieron, sin embargo, dinastías sobre ellos, muchas veces, como la de los Kennedy, y en menor grado los Cabot Lodge y en altísimo lugar Harriman y su señora. Esta dama dominó al Partido Demócrata de forma total muerto Harriman. Vuelvo después de este paseo por la violencia, a la que se está esgrimiendo hoy, a una de sus ramas: la jurídica. Uno de los problemas más graves, pero gravísimos, agravado por el ataque comunista, es el de la "consistencia jurídica". Esta consistencia jurídica, como yo la llamo, es la Seguridad Jurídica, la seguridad de saber cada ciudadano lo que dice la ley. O sea la inmutabilidad de la ley. Pero esto ha cambiado en esta nación de forma total con el método de interpretación de la búsqueda de "las zonas oscuras" de la ley -como afirman los liberales-y la búsqueda de lo que significan. De esta manera avanzan una agenda que impide el rezo en las escuelas; que abre las compuertas de la pornografía; que protege, con la libertad de expresión, la obscenidad y, lo que es más terrible, la "traición", como se vio, claramente, en el caso de la Fonda, cuando la guerra de Vietnam, que pidió que los comunistas, y fue dicho en territorio comunista, mataran soldados norteamericanos. Contra esto se ha opuesto algo que el liberal odia: el estricto constitucionalismo. Así se convirtió con las zonas oscuras, en el llegar a miembro del Tribunal Supremo, con la Doctrina Liberal, en la politización de la Corte Suprema. Otra forma de esta violencia son los que más utilizan el método. En la confusión jurídica se logra atrofiar al voto popular o inclinarlo hacia el Partido. Estas son cosas que se ven en la campaña que está en marcha. Donde lo jurídico se usa hasta en el hecho de tratar de ocultar el pasado de un candidato como sucede en el de la cadena de televisión Sinclair. El Partido Demócrata trata de impedir un video, donde se deja ver el pasado vietnamita del aspirante Kerry, tan desfavorable a su persona y el debate que seguirá al video. Con lo jurídico se trata de paralizar la democracia. Pero la violencia física ocurrirá, tal vez en el desperfecto de máquinas de votar; en la intimidación del electorado; hasta en el uso de la violencia física que vimos en días pasados con los sindicalistas que en vez de ir a los Tribunales de Derecho para lograr dilucidar el problema que tienen, según ellos, con las Horas Extras, que yo entiendo que deben ser pagadas y bien, a todo el mundo, en forma legal, acudieron a la violencia sobre locales republicanos y trabajadores de los mismos. En los momentos que escribo este artículo, a dos semanas de las elecciones se olfatea esta violencia en los "mítines", en la movilización de enormes cuerpos de abogados por ambos lados, y que ha desaparecido aquel ambiente, hasta festivo electoral de antaño. La contracultura pronto mobilizará las masas porque en ella influye poderosamente el mito de la revolución cubana de tal movilización como fervor ciudadano cuando en realidad es de coacción y choque. Esperemos que yo me equivoque. FIN
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