POR LA CUBA ETERNA Por José Sánchez Boudy Nos aprestamos a la gran batalla por La Cuba Eterna. Las fuerzas están alineadas. De un lado el Exilio Histórico, que abarca, como siempre he dicho, a los cubanos que creen en los valores de José Martí, de Varela, de Saco, de Del Monte, de Maceo, de Máximo Gómez, de Lacret, de Quintín Banderas, de Rabí, en fin, que creen en los valores que nos legaron los que nos dieron, con su sangre, su sacrificio y sus enseñanzas, la Patria cubana, La Cuba Eterna. No es pues, sólo una fecha de llegada. Es la Patria entera. El Exilio Histórico no lucha por el poder sino por la vuelta al meollo de nuestra tierra. Lucha por la libertad, por la libre empresa; lucha por la reconstrucción de la nacionalidad, entre otras cosas. Del otro, los liberales, fabianos (marxistas o simpa-tizantes del marxismo), norteamericanos ansiosos de poder y de evitar la reconstrucción de la nación cubana; de las heridas que en el alma cubana han dejado los años de comunismo. Quieren hacer un aguaje, o sea, dejar el régimen reciclado. Buscan sólo el poder. Como buscan el poder sus instrumentos: los reciclados marxistas que, como se sabe, falsamente, se llaman demócratas, y que en el Exilio, agrupados en un haz atacan a La Cuba Eterna. Hablan de una Segunda Revolución. Tratan de etiquetarnos de "in- transigentes", porque se niega el Exilio Histórico a nada que no sea el Estado de Derecho y pasar por los tribunales a los culpables del infierno moral y material en que está sumida nuestra tierra. Junto a ellos se encuentran los dialogueros y plataformeros, cuya única intención es la toma del poder. Su desprecio por La Cuba Eterna está dado por sus escritos y por sus libros. Cuba para ellos está condenada a ser una "colonia turística". Y el cubano es un pueblo con un solo porvenir: servir de maraquero y comparsero, para diversión de los turistas. Ahí están los libros que han escrito. Los artículos. Nunca han disfrazado su intención: la de aniquilar, sí, la de aniquilar al Exilio Histórico; la de tomar el poder simple y llanamente para amparar, en una llama transición, a la cúpula gobernante del marxismo leninismo, que nos subyuga. ¡Ni más ni menos! El exilio Histórico tiene que completar su obra. Si Castro no ha podido cogerse al mundo ha sido por la lucha pertinaz de hombres y mujeres que han luchado desde todas las playas y sitios del mundo contra él. De La Cuba Eterna. Con el liderazgo de La Cuba Eterna, el Exilio ha combatido en todas las jornadas. Y no ha retrocedido, está en la misma línea de batalla. Aferrado a su trinchera histórica. Tenemos que impedir que se le arrebate el triunfo al Exilio Histórico, que es el continuador de los hombres de la manigua, de la prédica de Varela y el colegio "El Salvador", en fin, que es La Cuba Eterna, como se le quitó de las manos, en 1898, con el desembarco norteamericano. Weyler había sido derrotado. Martínez Campos había sido derrotado. Cuando se lee el libro escrito por Gonzalo de Quesada sobre la lucha independentista -está en inglés-, encontramos que a España le quedaban sólo las plazas fuertes: el campo era mambí; Las Villas eran mambisas; Victoria de las Tunas y el glorioso Bayamo, eran mambises. Oriente era mambí. España, quebrada moralmente y financieramente, exhalaba los últimos estertores y enterraba en tierra cubana los hombres de los regimientos élites, como el de San Quintín; como el Alfonso XII. Para el desembarco norteamericano hizo falta que los mambises ocuparan las playas. Las cargas de la caballería norteamericana, los Rouge Riders, no existieron según los historiadores norteamericanos, los que han estudiado, con probidad, la guerra de Estados Unidos contra España. Los caballos estaban aún en Tampa. Fueron los cubanos los que cortaron el agua, que era vital, a las tropas españolas en Guantánamo. ¡Para qué seguir hablando! Los recién llegados ocuparon; no intervinieron a favor de Cuba. Y así cortaron de raíz el triunfo mambí y dejaron una herida que han manejado los comunistas en su odio contra esta tierra, que ha llenado con muertos, muchas veces, abandonados, en las playas del mundo, luchando por la libertad. La campaña antiimperialista contra esta nación, surge con el desembarco nortea-mericano. Todo el comercio, cuando éste se produce, estaba en manos de Estados Unidos. Toda la clase dirigente cubana educada en este país. Un exilio como el nuestro luchando contra España en estas laderas. Aquí. De eso no hablan los comunistas, sino del imperialismo yanqui. Parten del desembarco. Los mambises quedaron desterrados de la gobernación de su pueblo. Su sacrificio lo trataron de hacer estéril. Los genuflexos, los dialogueros, fueron aliados de la torpeza del desembarco en Cuba. Esto no puede repetirse hoy. El Exilio Histórico, La Cuba Eterna están listos para impedirlo. FIN PUBLICADO EN LAS AMÉRICAS 7/3/2001
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