DERROTADOS O CONFUNDIDOS

Por José Sánchez-Boudy

Gustaba Gregorio Marañón, el ilustre médico e historiador español, de citar la frase del poeta Virgilio, el que falleció en el exilio, desterrado por el emperador romano Augusto: "Es intolerable vivir -gritaba Virgilio-, vivir fuera de la Patria". Y Dante, que murió lejos de Florencia, y que sufrió el destierro en carne viva, hablaba de "tener que mendigar el pan ajeno" en el exilio. Clamaba por la Patria injusta a la que se negó a regresar por ingrata.

Y nuestro Varela, que fue el primero en definir el concepto de Patria, que se moría de asma y otras enfermedades en el exilio, y que hasta en sus últimos días sufrió los tormentos del hambre, los definidos por un Premio Nobel en su novela Hambre, se negó a "volver a casa del opresor". Sus hermanos le pedían que lo hiciera; pero él no volvió a Cuba. Él sabía que no había dos patrias: "La Patria que quiero y la Patria que acepto". Él sabía que había sólo una Cuba: La Cuba Eterna. Los que dividen la Patria en dos son derrotados o confundidos.

¿Cómo va el Exilio Histórico a aceptar volver a donde mora el opresor? Donde el opresor pone sus botas y su metralleta sobre su pueblo. Donde el opresor se recicla, aunque diga que "la Patria es de todos" -pero hasta ayer era de ellos, de los firmantes - para perpetuar su infamia.

El Exilio Histórico no impone patria. El Exilio Histórico morirá peleando por la Patria eterna: la de los aguaceros de mayo, la de las serranías con pinares, la de los cayos lejanos; la del caramelo y el tabaco; la de los gritos libres de los niños. El Exilio Histórico jamás aceptará la opresión de: Fidel, Fidel, Fidel… O de otro dictador. El Exilio Histórico es la libertad. El Exilio Histórico es la Patria Eterna. Es como el entorno donde nos hicimos, con sus palmas y sus tabacos, con sus edificaciones modernas o coloniales. El entorno con sus serranías inhóspitas o sus cayos infinitos. Porque la Patria es el entorno por ejemplo de Thoreau, y de Emerson, y de Whitman, en los Estados Unidos. Es el del Cucalambé, el de Anselmo Suárez y Romero, cantando a las palmas. En cuba es lo que se toca, se huele. Es el paisaje que moldea el alma. Eso es la Patria.

Pero es, así mismo, los principios y los valores y la heroicidad. La heroicidad del pueblo cubano; del remolcador; del que ha ido al cielo gritando: ¡Viva Cristo Rey!

El de las cargas al machete; el de la Emigración Heroica que en el siglo pasado nos dio la libertad. Es el de las mujeres hechas heroínas, como la madre de Maceo o su señora, en los hospitales de sangre cubanos. La Cuba de Varela, y de Luz y Caballero y de Quintín Banderas y de Guillermón Moncada. La Patria de los que murieron en la manigua, o fusilados por las hordas coloniales, La Patria envuelta en los aforismos de Luz y caballero: "la verdad y sólo la verdad nos pondrá la toga viril". Era el universo ético-político-jurídico del Apóstol. De José Martí.

No hay la Cuba de mis abuelos. Ni la Cuba de mis padres. Ni la Patria de mis abuelos. Ni la Patria de mis padres. Hay una sola Patria y una sola Cuba: La Cuba Eterna.

La Patria que está aquí en el exilio está allá. Esa Patria y esa Cuba Eterna que han tratado de matar, de aniquilar, los victimarios. ¿Cómo voy a aceptar los crímenes y la sangre derramada por esa jauría? Eso sería convalidarlos. Dejar a la impunidad correr desbocada. A una Patria sin justicia no se puede regresar. Y no hay justicia ni bajo el comunismo castrista ni bajo el comunismo reciclado, que con el nombre de Socialismo impulsa "los de La Patria es de todos". Ni bajo ningún comunismo.

La Cuba del mañana no es la única Cuba que nos queda, como pregonan los derrotados o confundidos, los que a la justicia inherente a todo estado de derecho llaman odio. Los que quieren perdonar a los que asfixiaron a los brigadistas en la rastra, o lanzaron al fondo del mar, asesinándolos, a niños, padre y madres. A niños.

¡Qué lenguaje es ese de la Patria que me gusta! Si mi Patria, la Patria del Exilio Histórico no ha muerto. Si la Patria de todos es la Patria eterna. Si la Cuba de todos es La Cuba Eterna. No la de los comunistas, reciclados o no.

Mañana, cuando Cuba sea libre, a pesar de los derrotados por los años de exilio; a pesar de los confundidos; a pesar de los cansados; a pesar de los que debían grabarse muy adentro el grito de Martí: "Hay hombres que no se cansan cuando los pueblos se cansan"; cuando los niños jueguen en los parques y las madres los esperen al llegar del colegio; cando las playas rebosen con un pueblo libre; mañana, las prédicas eternas del Maestro, del Apóstol, el pensamiento eterno de Máximo Gómez y de Maceo, de todos nuestros mártires, se unirá a los cobos, a los caracoles de los siboneyes y gritarán: "¡Esta es la Patria Eterna!" "¡Esta es la Cuba Eterna!" En los pragmáticos y los dialécticos nadie confía. No son leales. Son los que mutilan la Patria.


FIN


Publicado en DIARIO LAS AMÉRICAS 5/11/99


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