LA PIEZA RELIGIOSA LEIDA POR OSWALDO PAYA EN ESTRASBURGO

Por Dr. José Sánchez Boudy


Acabo de leer, varias, pero varias veces y analizado de la misma manera y con los comentarios en los márgenes "la pieza religiosa" leída por Oswaldo Payá en Estrasburgo ante el Parlamento Europeo. La misma me trajo gratos recuerdos. Los de aquellos "ejercicios de humildad" que aprendíamos en las páginas de nuestros libros y que más tarde oímos en los retiros. Son, la de Payá y la de los libros, que incluían -los volúmenes- frases como estas: "adoro la mano que me hiere y beso humilde el dogal inhumano que me ahoga". Piezas admirables para hacer al hombre mejor; para enseñarle la humildad.

Pero lo cortés no quita lo valiente. La vida, muchas veces, choca de manera terrible con lo que nos enseñaron en las aulas. En la vida aprendemos que, desgraciadamente, aquella sentencia del pensador político Hobbes, en su famoso libro leviathan, es lo que impera. El dijo: "El hombre es el lobo del hombre".

Y una manada, con colmillos para devorar, que ha costado doscientos millones de vidas (de acuerdo al Libro Negro sobre el Comunismo ) es el comunismo. Y con el comunismo no se puede luchar con humildad ni con una pieza tan bella como la que el religioso Payá pronunció en Europa. La lucha contra el comunismo es de supervivencia. Es un dragón, de aquellos medievales, que echaba fuego por la boca y que para aniquilarlo había que atacarlo con el fuego. Si se le cortaba con la espada, contaba el mito medieval que retrataba el mal con toda su potencia, volvía a resucitar el dragón. Sólo con el fuego y no con ejercicios de humildad se puede sacar el comunismo de Cuba o de donde se haya asentado. El Dr. Nunzio Mainieri, en un artículo formidable, nos mostró cómo no se puede vivir en el ensueño. El comunismo cubano sólo admite el cauterio del fuego. Yo que soy abogado y al que enseñaron que muchas veces hay que llegar al compromiso, y trato siempre de hacerlo en cuestiones de intereses, entiendo que sólo una intransigencia total en contra del dragón del comunismo puede llevar a extirparlo de Cuba. No el Diálogo, al que el presidente del Parlamento Europeo le indicó a Payá que era el camino.

Payá habló de la Reconciliación. Este es el viejo tema del Dialoguismo. Hace cerca de diez años que yo publiqué un folleto sobre la "Reconciliación", señalando que la única Reconciliación que el Exilio Histórico admite es la Reconciliación con la Ley. Quiero decir: pasar por los tribunales de justicia a los causantes de tanta sangre y de tanto crimen. Yo no tengo, no tenemos los Exiliados que reconciliarnos con nuestro pueblo. Nuestros hermanos son las víctimas de una dictadura que anega al país en sangre. La reconciliación no es más que una artimaña comunista con la que se pretende eludir la responsabilidad por el crimen cometido.

A tanto ha llegado la campaña sobre la Reconciliación que yo la cite en días pasados en un programa y se me dijo que era un error mi idea porque los cubanos pensaban que cuando nosotros hablamos de Reconciliación con la Ley, llevar a los criminales, a los dirigentes y a sus secuaces manchados por el crimen a los tribunales asustamos al pueblo cubano que piensa que los van a sacar de los sitios donde viven. Todo este temor es inspirado por la campaña del comunismo para evitar el castigo que llegará con la Ley.

Payá habla de Diáspora, lo que quita el contenido psíquico de tragedia, lucha, valentía, a la palabra Exilio. El Exilio Histórico cubano.

Es una lástima que en el discurso religioso de Payá no se use la palabra apropiada. Exilio, una palabra llena de triunfos, pero sobre todo por lo más horrible: por "el sufrimiento de vivir fuera de la patria", como indicaba Gregorio Marañon citando una frase de Virgilio que murió exiliado en los confines del Imperio Romano.

El amor, por la fraternidad entre todos los hombres, de esta pieza religiosa de Payá toca las fibras más hondas del corazón. Es sin duda un magistral discurso religioso su peroración. Esta fraternidad surge de un Nuevo Espíritu, el que Payá propugna, como método para reconciliar a los cubanos. Sin odios. Para Payá los comunistas, por asesinos que sean, y los demás cubanos somos hermanos. Esto será muy bello desde el punto de vista religioso pero ningún "asesino es hermano mío". No se trata de un pecador sino de un "asesino" el comunista. Su único camino es el de los Tribunales de Justicia.

No se puede olvidar uno que hay dos justicias, y creo que así lo señalaba Santo Tomás que tan claramente las estudió así como las leyes: "la justicia de Dios" y la "justicia de los hombres". En aras del amor no se puede perdonar por un hombre un asesinato yendo en contra de la ley. La ley está sobre el perdón.

Esta monumental pieza religiosa y un fracaso absoluto como política de Payá nos inquieta. Sobre todo este párrafo donde parece hablarse de Democracia Participativa -y de diálogo-. Escribe Payá: "Esta vez realizaremos los cambios mediante un movimiento cívico que ya está abriendo una nueva etapa en la historia de Cuba en la que prevalecerá el diálogo, la participación democrática y la solidaridad". Con la reconciliación no se establecerá en Cuba un gobierno democrático tradicional.


FIN


VILLLA GRANADILLO
Dr. José Sánchez Boudy (fundador)
Miami, 4 de enero del 2003
villagranadillo@aol.com

INSTITUTO VILLA GRANADILLO
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que se puede tocar con las manos: El Entorno".

El Instituto al patrocinar este artículo de fondo, les invita a su lectura, estudio y reflexión.


Este y otros excelentes artículos del mismo AUTOR aparecen en la REVISTA GUARACABUYA con dirección electrónica de:

www.amigospais-guaracabuya.org


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