Sobre el diálogo y la democraciaMe contaban que un barbero de Jesús del Monte quería ser cantor. Cada vez que alguien se pelaba le espetaba un aria o una vieja canción sentimental y romántica. Por fin, el barrio se decidió a lanzar al gran operático. Y dieron una función en el cine Apolo. El sitio se atiborró de gente. El hombre empezó a cantar: "Aquellos ojos verdes". Terminó, el aplauso fue descomunal. "Repite, repite". Y el hombre repitió. Así por veinte veces, pero ya ronco, sin poder casi hablar, preguntó: ¿hasta cuándo quieren que repita? Y un fiñe que estaba en primera fila le contestó: "hasta que te la aprendas, desgraciado". Por eso repetimos, una y otra vez lo del Diálogo. Para que los dialogueros y plataformeros se aprendan bien de que los seguiremos fogoneando; aunque nos pongan la mano en el hombro. Y aunque digan que yo siempre repito el mismo artículo sobre el diálogo: lo que demuestra lo extendida que está entre ellos la incultura política. Porque el artículo político se basa en la repetición de la misma verdad: la que el diálogo prolonga sufrimiento del pueblo cubano; la que el diálogo mantiene al marxismo en el poder; la que los Dialogueros, Plataformeros y Titiriteros lo que buscan es una coparticion. No quitar a Castro. Al Diálogo, le han tratado ahora, de darle una base ideológica. Hablan de que es una democracia. Una síntesis que se logra con la convergencia y el renunciamiento de los de aquí y de los de allá. Naturalmente, no se refieren al pueblo cubano porque el Titeriterismo dialoguero nunca ha contado con él: ha contado con el Socialismo Internacional;. El Exilio Histórico no tiene que renunciar a nada sino que prosigue en su camino firme de llevar ante los tribunales a los que han perpetrado el genocidio material e histórico. Eso que los Dialogueros llaman Renunciacion de aquí y de allá, para llegar a una síntesis o democracia, es lo contrario de la misma. ¿Cómo va a ser Democracia ponerse de acuerdo con los Asesinos para repartirse el poder? ¡ Para que sigan matando: poniendole bombas a las iglesias; ocupando lo que se robaron; disfrutando de lo que dan las industrias ocupadas manu militari! La Democracia es todo la contrario. La Democracia es el disfrute de la dignidad plena del hombre. La Democracia es el pleno respeto a los derechos individuales del hombre, a esos que Cristo señaló en forma amplia en el Sermón de la Montaña. La Democracia es la Justicia que indicó Santo Tomás de Aquino, siguiendo al Señor: dar a cada uno lo que le pertenece por ser criatura de Dios; por ser imagen y semejanza de Dios. La Democracia es el pleno ejercicio del Derecho, con todas las garantías procesales de un Estado de Derecho. ¿Y qué estado de derecho puede existir cuando los generales del Castrato ocupan casas confiscadas a la fuerza que han convertido en restaurantes de lujos; en el barrio de Miramar por ejemplo? En esa cacareada síntesis de que oímos hablar diariamente a un sector de Dialogueros que parecen no haber comprendido o mejor, entendido, lo que es la justicia que pregonan los Evangelios siguiendo la palabra de Jesús. Nada justifica el Diálogo. Democracia es esa síntesis que alardean los dialogueros, plataformeros y titiriteros. El Diálogo, y lo repito una vez más, obedece a oscuros y algunas veces desfachatados sentimientos personales de ocupar el poder; aunque para ellos se deje disfrutar de la riqueza a los asesinos, y los crímenes que cometieron queden impune. Las fracasados de siempre, los fracasados por una vida entera, los que serán los fracasados de mañana, quieren burlar la voluntad nacional, la de erradicar el comunismo; quieren burlar a la Cuba Eterna. Y esto no se logrará. Porque la voluntad nacional pertenece a lo más hondo de una nación forjada en los campos de batalla, en lucha ayer y hoy, contra los imperios más poderosos que ha visto el mundo. Luchando por la democracia, como disfrute de la dignidad humana recibida de Dios. DLA. 1-30-96
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