CAMALEONES COLORADOS / Parte II de II Por Jorge A. Maspóns

....” Y abrio su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar su Nombre, y su tabernaculo, y a los que moran en el cielo. Y le fue dado hacer guerra contra los santos y vencerlos. Tambien le fue dada potencia sobre toda tribu y pueblo y lengua y gente. Y todos los que moran en la tierra le adoraron, cuyos nombres no están escritos en el libro de vida del Cordero, el cual fue muerto desde el principio del mundo. Si alguno tiene oído, oiga. El que lleva en cautividad, va en cautividad; el que a cuchillo matare, es necesario que a cuchillo sea muerto. Aqui esta la paciencia y la fe de los santos....”

Apocalipsis 13: 6’10

La mayoría de los americanos no está consciente de que los comunistas con frecuencia experimentan una metamorfosis peculiar. En ciertos momentos algunos comunistas aparecen como buenos mientras que ciertos otros comunistas aparecen como malos. En algunas ocaciones algunos son presentados con esta imágen y así se presentan de un lado para el otro de acuerdo con la ocación. Esta es un arma efectiva para controlar la perception pública de sus intrigas internacionales.

Esta técnica, repugnate y aborrecible se puede apreciar bien en el tratamiento mostrado y dado a la Unión Soviética. Cuando Hitler y Stalin se repartieron Polonia entre los dos en 1939, los comunistas fueron tenidos como reprensibles. Stalin fué correctamente presentado como un sangriento tirano quién había exterminado a millones de sus propios compatriotas, mientras que los comunistas americanos fueron correctamente condenados por su apoyo audaz de Hitler. Algunos idelistas, aunque ingenuos, comunistas americanos se disgustaron al recibir las noticias escandalosas del pacto Hitler-Stalin. Otros, por supuesto, se daban de cuenta y estában perfectamente de acuerdo que el nazismo y el comunismo son primos ideológicos y deseaban ese mismo totalitarianismo que ambos, Hitler y Stalin implantaron cruelmente.

Pero entonces uno de estos criminales se peleó con el otro. De la noche a la mañana, Stalin apareció como el bueno “tío Joe” un amigo íntimo al que hay que rescatar con billones de dólares. Los comunistas americanos, hasta el momento separados de pronto se volvieron como uno de los nuestros y aún más, fueron bienvenidos en altas posiciones y oficinas del gobierno. Al concluir la Segunda Guerra Mundial, el tío Joe apareció, no solamente ganador, sino como un líder mundial.

La imágen benigna de Stalin sirvió bien el propósito. Hizo posible la aceptación por parte del pueblo americano la transferencia de enormes cantidades de nuestra riqueza, tecnología y alimentos a la Unión Soviética. También despitó al pueblo americano para no reconocer el curso traicinero de la guerra según los acuerdos secretos de Yalta comenzaron a ser revelados. De acuerdo con esos acuerdos, se le cedió a la Unión Soviética pedazos de Polonia y se le concedió control sobre Manchurria y millones de rusos que habían huido de su patria controlada por el comunismo fueron repatriados a la fuerza. Yalta preparó el escenario para el avasallamiento de casi mill millones de seres humanos en Europa y Asia.

Pero pronto la euforia de nuestro noble aliado Stalin quedó en harapos. Antes de que los americanos pudiesen concentar y reenfocar sus mentes apropiadamente, Winston Churchil vino a los Estados Unidos y con gran elocuencia nos habló de la “Cortina de Hierro” por primera ves; la guerra fría había llegado con los malos y de súbito Soviéticos. Es más, eran tan malos que durante décadas fuímos prisioneros del temor a un holocausto nuclear, lo cual sirvió muy bien a ciertas personas como un pretexto para avanzar el nuevo orden mundial.

Por supuesto, la espantosa ap`aparición de la Unión Soviética fue útil y sirvió como pretexto para hacer llover asistencia del Occidente sobre otros países comunistas, tales como China Roja, la cual había supuestamente roto con los Soviéticos. Así fue que en 1984 el anticomunista Presidente Ronald Reagan calificó a China como “un país comunista.” Fue entonces que llegaron cambios dramaticos para asombrar al mundo. Deespués de décadas de andar esgrimiendo la espada, los gamberros comunistas, responsables por la muerte de millones ahora súbitamente se convirtieron en “democratas” ansiosos de reducir sus propios poderes tiranicos y rescatar a sus pueblos de la esclavitud. La Muralla de Berlín se vino abajo y la Cortina de Hierro fue levantada. La espantosa amenaza que nos había tenido avasallados por 45 años y costado una tremenda fortuna se había evaporado en el aire.

En lugar de Lenín ó Stalin ahora teníamos al sonriente y bueno Gorbachev, seguido por Yeltsin el mejor, ahora por Putin el grande y los que fueron comunistas dentro de ese regimen quienes ahora abrazaban la sincereidad y la reforma, ahora ya eran tal y como nosotros. El hecho que Gorbachev y Yeltsin se comportaron como los comunistas de antaño en sus violaciones de Afghanistan y Chechnya ha sido bien lustrado por los medios noticiosos para dar una buena apariencia de estos delincuentes.

Si las revoluciones de terciopelo y conversiones políticas que conduceiron a la caída del comunismo fueron genuinas, podríamos esperar un intensivo programa de “decomunizasión” por lo menos y si no juicios especiales para traer a la justicia los comunistas criminales que aún viven responsables por monstruosos crimenes contra la humanidad -tal y como fue hecho en Alemania después de la derrota de Hitler. Pero ningún paso ha sido dado en la post-Rusia Soviética para traer los criminales a la justicia, más bien lo opuesto. Los comunistas que fracasaron en su golpe contra Gorbachev no fueron enviados a los Gulags ó la horca, fueron sueltos. ¿Cómo puede ser esto, - a menos, por supuesto, que la caída del comunismo fue menos que genuina?

Es mucho menos genuina de acuerdo con Anatoliy Golitsyn, el desertor soviético más valioso que tiene el Occidente. Golitsyn es un ex-ofical de la KGB especializado en la contra-inteligencia y razona que la “liberacion de la Unión Soviética y la Europa Oriental no es nada más que un truco de desinformación deseñado para seducirnos y distraernos de manera que apoyemos los objetivos comunistas, incluyendo asistencia monetaria y la eventual fusion con nosotros. Significativamente, Golitsyn identificó esta estrategia mucho antes de la “muerte del comunismo.” En su libro “New Lies For Old” publicado en 1984, cinco años antes de caer la Muralla de Berlín, Golitsyn escribió algunas alarmantes predicciones:

1. Los estrategas comunistas están equipados, en busca de sus planes, para entrar en maniobras y ardides más allá de la imaginación de Carlos Marx ó del práctico Lenín ó el irracional Stalin. Entre las tales estratagemas nunca antes concebida están la falsa liberación en Europa Oriental y, probablemente en la Unión Soviética y la exibición de independencia espuria por parte de los regimenes en Rumania, Checoeslovaquia y Polonia.

2. “Si la liberación tiene éxito y es aceptada por el Occidente como real, puede bien ser seguida por la aparente retirada de una ó más naciones comunistas del Pacto de Varsovia para servir como modelo de un neutral estado socialista para que toda Europa lo pueda imitar y seguir.”

3. La liberación en la Unión Soviética sería impresionate y espectacular. Pronunciamientos formales serían hechos acerca de la reducción en el pale del partido comunista, su monopolio sería aparentemente cortado. Una separación ostensible de poderes entre el legislativo, el ejecutivo y el judicial serían introducidos.”

4. Si la liberación fuese extendida a la Alemania Oriental, el derrumbe de la Muralla de Berlín podría ser contemplada.

5. “Puede ser que se presione para una solución del problema alemán en el cual alguna forma de confederar entre las dos Alemanias serían combinadas con la neutralización y un tratado de amistad con la Unión Soviética.”

6. El Parlamento Europeo podría convertirse en un parlamento totalmente socialista con representación de la Unión Soviética y Europa Oriental.”


En su libro “The Perestroika Deception” (1995), Golitsyn acusa a “los líderes rusos del presente que están siguiendo la estrategia de sus predecesores y trabajando para un ‘nuevo orden mundial’. Nos dice claramente que ese ‘nuevo orden mundial’ sería un gobierno mundial comunista.”

Golitsyn contempla la estratagema detras de “la caída del comunismo” originandose con la KGB comunista, no en la élite del poder Occidental. Pero no puede negarse el hecho que ambas partes se beneficiaron de la planeada unión. La ayuda que el Occidente le ha brindado al comunismo durante décadas tiene sentido para cualquiera que comprenda que el socialismo es un programa para “control de las riquezas” no uno de “compartir las riquezas” y que algunos de los super capitalistas del mundo, quizás aún más que sus socios comunistas, buscan la concentración del poder en una escala global con ellos en el timón. La manera en que yo lo veo, el hecho que el monedero corre de Occidente a Oriente provee una buena indicación de quién es el mayor en esta sociedad.

Observando la caída del comunismo desde la perspectiva occidental y no comunista, el propósito de este acto no es difícil de comprender. ¿Cómo pueden proceder con sus planes de unir al mundo con un régimen tan horrible y poderoso como la Unión Soviética? El academico Lincoln P. Bloomfield (miembro del CFR) reconoció precisamente este problema en su reporte, “A World Effectively Controlled by the United Nations” escrito en 1962 y patrocinado por el Departamento de estado de los Estados Unidos. “Dado a el cabal y no abatido avance del comunismo,” él dijo que “la subordinación de las naciones a un verdadero gobierno mundial parece imposible” Bloomfield veía esto como una paradoja, puesto que “si la dinámica comunista fuese abatida grandemente, el Occidente podría perder cualquier incentivo que tenga para el gobierno mundial.” Con la eliminación del “Imperio Maligno” la unión puede proceder sin problemas.

En el pasado reciente, a pesar de la ayuda masiva del Occidente, el que era un gran camaján del partido comunista, Boris Yeltsen se comportó como un dictador en su eliminación de opositores políticos y su aniquilamiento de los rebeldes Chechens. En el presente, casi todas las repúblicas soviéticas son dominadas por comunistas, solamente que los nombres han cambiado. Ahora tenemos al gracioso Putín.

Los nombres pueden cambiar, los jugadores pueden ser barajados, una medida de independencia puede ser tolerada, pero una dictadura Stalinista podría volver a surgir cuando venga bien para encajar los propósitos comunistas. Esta charada de los buenos y malos comunistas y ex-comunistas le ha servido bien a ciertas personas, capacitandolas para justificar la acomodación, asistencia y convergencia que de otra manera no sería tolerada.

Lo ciero es que muchos dentro de nosotros mismos han estádo por largo tiempo trabajando en concierto con los comunistas porque sus objetivos son los mísmos: Riquezas, poder y gobierno mundial.

Esto es, pues, mi breve analisis de la situación que enfrentamos. Si sabemos discernir podremos salvarnos de otra artimaña más y podríamos ser, nosotros los cubanos, un instrumento para darle un fuerte golpe al nuevo orden mundial y en el proceso, liberar a Cuba. Pero si los cubanos seguimos pensando en enmendar el sistema, en enviarle dinero y en creer a nuevos “ungidos” por la disidencia, entonces nunca habrá una verdadera liberación para nuestra amada patria.


FIN


Jorge A. Maspons
Nueva Orleans, Louisiana
Enero, 2003

Los Libros de Anatoliy Golitsyn:

NEW LIES FOR OLD
(New York: Dodd, Mead, 1984)

THE PERESTROIKA DECEPTION
(London and New York: Edward Harle Ltd., 1995)

Edward J. Epstein, DECEPTION: The Invisible War Between the KGB and the CIA
(New York: Simon and Schuster, 1989)

Para cualquier persona interesada en estos y otros libros similares, con gusto le enviaré la información de como conseguirlos.



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