¿PERDONAR Y OLVIDAR ?

por Heidi Estrada


Para el ser humano el estar preso es una experiencia terrible y traumatizante,pero haber sido preso político en Cuba bajo el comunismo, es como haber estado en el infierno.

El trato inhumano y salvaje, sin el más mínimo sentimiento de misericordia, propinado por seres intrínsecamente cobardes, despiadados y mezquinos, quienes quisieron doblegar la dignidad y el coraje del Presidio Político Histórico, solo lograron engrandecer a esos hombres y mujeres.

Cuando se tiene valor, dignidad y se lucha por la libertad de la patria, arriesgando la propia vida, no hay fuerza que haga ceder e ir en contra de los principios.Cuando el cuerpo parecía no so- portar más, la dignidad los salvaba de perecer, les daba nueva energía para seguir adelante.Hay veces que se gana perdiendo y ese era el caso. Recuerdo una frase del Mayor General Ignacio Agramonte cuando no les quedaba municiones a su gente y le preguntaron con que iban a pelear y el respondio:"Con la verguenza, cubanos" y así fue.

Sí el Presidio Político Histórico fue una experiencia horrorosa e imposible de olvidar para los hombres, lo fue aún más brutal para las mujeres.Las que tenian hijos, no podian verlos.Las que no, tenian que re- nunciar a tenerlos.Muchas no pudieron ver a sus padres antes de morir y algunas no pudieron ver a sus esposos antes de ser fusilados.

Sacrificio y renuncia hasta de las cosas más sencillas y maravillosas de la vida: la alegría de un hijo, el consejo de un padre, una caricia, un beso, una frase de aliento, una mano amiga, un consuelo, una esperanza...

Habian perdido demasiado! No creen? Para personas normales, sí, no para miserables y cobardes carceleros que se ensañaban dia a dia contra ellas.

Sufrieron vejaciones, golpes, maltratos de todo tipo. A las presas las golpeaban esos "hombres" con barras macizas de goma, provocando,entre otras cosas, fracturas.

Lydia Pérez esperaba un hijo con la ilusión que toda mujer que va a ser madre tiene. No pudo salvarlo. Entraron con mangueras gruesas y empezaron a echar chorros de agua sin compasion.Comenzo a sangrar y no la atendieron. Necesitaba una transfusión de sangre y se la negaron, por- que "una gusana no se lo merecía". Murieron las dos.

Siempre que parecía que ya habian hecho todas las canalladas po- sibles, inventaban una más.Ya no era solo negarles asistencia médica, sino provocarles enfermedades. Llegaron hasta darles para asearse el agua que habia sido utilizada por las comunes con enfermedades venéreas.

Una infamia sobre otra.Tuvieron que tener la fortaleza física y mental, que muchos hombres no tienen, para sobrevivir, sumidas en esa tene- brosa cárcel y en aquel tiempo poquísimas voces se alzaban para denunciar esos atropellos. Ninguna dentro de Cuba.

Perdonar y olvidar? Cómo alguien puede tener la desverguenza de pedir esto? Si eres mujer y pasáras por esto? podrías perdonar y olvidar? Sí eres hombre ? podrías perdonar y olvidar a quienes hicieron pasar tanto sufrimiento a tu madre, tu esposa, tu hija, tu hermana, tu novia o tu amiga?

Fueron muchos crímenes dentro del gran crímen que fue el Presidio Político de esos primeros 20 años.No. Es imposible perdonar y olvidar. Es necesario juzgar y condenar.Los crímenes merecen castigo.No estamos pidiendo venganza, sino justicia!


FIN


Heidi Estrada

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