QUIENES HACEN POSIBLE ESTA COLUMNA

Por Hugo J. Byrne


“Honrar, honra”

José Martí


El estímulo mayor para quienes escribimos regularmente sobre temas relacionados con la razón de ser de Cuba Libre lo constituye la indispensable aportación de lectores y colaboradores. Esta columna nutre en gran medida su arsenal ideológico, ético e intelectual de esa generosa contribución. Especialmente la de aquellos que unen a su capacidad pensante, una firmeza de carácter y convicciones que nunca varía con los vaivenes del acontecer diario.

Viene a mi mente un sinnúmero de individuos que me honra periódicamente con su opinión en referencia a lo que se afirma en esta columna y que en muchos casos no sólo ayudan con su criterio, sino que contribuyen a su publicación o aportan apoyo e información fidedigna. Información que es a un mismo tiempo invaluable y de primera mano. Ellos no necesariamente tienen que coincidir exactamente con mi criterio en cada caso, pero comparten los humildes éxitos que me anoto en la firme convicción de que son triunfos de Cuba Libre. Quiero hoy reciprocar su fraternal ayuda con mi sincero y eterno reconocimiento.

No puedo mencionarlos a todos, pues eso haría esta columna exageradamente larga y tediosa, limitándome simplemente a recitar nombres por diez cuartillas o más. Amigo lector, si te encuentras entre los omitidos, acepta las sinceras disculpas de este humilde cronista del exilio.

Tengo que empezar, no por amor filial sino por justicia, con quien es en gran medida mi mentor intelectual y principal contribuyente al proceso que culminara con esta columna. Se trata de la persona de quien quizás yo haya aprendido más, después de mi padre: Mi hermano mayor y único: Mario Byrne. Mario inunda semanalmente mi correo electrónico con información indispensable y múltiples sugerencias inteligentes sobre los temas a tratar. Mario fue el primero que, leyendo una carta mía a un periódico de California, me sugirió que debía escribir regularmente para la prensa. ¡Gracias hermano!

Mario es mi único hermano de sangre, pero tengo muchos otros hermanos con los que he compartido una vida de luchas, las que al principio no eran sólo ideológicas, sino violentas. Sin el apoyo y el estímulo de mi hermano Esteban Fernández (“La Nota Breve”), un exilado cubano que practica cuanto predica, esta columna simplemente no existiría. ¡Gracias Estebita!

No sería justo hacer una lista de quienes hicieron posible esta trinchera de ideas, omitiendo a Abel Pérez, Editor y Director del semanario “20 de Mayo”, donde apareciera esta columna por primera vez hace más de diez años y en donde continúa; ¡Gracias Abel!

Viejos activistas por la libertad de Cuba, camaradas fieles de la lucha sin cuartel me hicieron el honor de leer esta columna desde un principio y opinar objetivamente sobre la misma. Entre estos, siempre se destacó ese otro hermano, el más ferviente mantenedor del fuego inmortal que alimenta nuestra batalla por la patria que conozco: Carlos Hurtado. ¡Gracias Carlitos!

Con el advenimiento del “Internet” me relacioné con una pléyade de individuos, muchos de los cuales puedo hoy sin la menor duda llamar amigos y hermanos, aunque nunca en mi vida los haya visto. Esto empezó cuando el amigo José Luis Fernández, hoy Director de “La Voz de Cuba Libre” (que también publica mi columna) me pusiera en contacto con Miguel Uría y con “Guaracabuya”, órgano oficial de La Sociedad Económica de Amigos del País. ¡Gracias José Luis!

Abogado, veterano de Bahía de Cochinos, genial conversador, hombre de invariable firmeza y aún mejor patriota, Miguel Uría, me abrió las puertas a un vehículo incomparable del destierro cubano; “Guaracabuya”. Esto a su vez, abrió mil otras puertas. Junto a su “site” Miguel me ofreció su cubanísima amistad y cooperación ¡Gracias Miguelito!

Roberto Solera, autor y periodista de ancestro mambí y genuína vocación, antiguo Editor de Artículos para “La Nueva Cuba” y presente Editor de “Cuba en el Mundo”, me invitó a formar parte de un distinguidísimo grupo de columnistas cubanos que cooperaban con la primera. Por distintas razones que no importan a este trabajo ni Roberto ni yo tenemos ya vínculos con “La Nueva Cuba”, pero mi columna aparece cotidianamente en su “Cuba en el Mundo”. A través a los buenos oficios de Solera esta columna también apareció por un tiempo en el “site” español “España Liberal”. ¡Gracias Roberto!

Mis artículos en inglés aparecen con frecuencia en “Las Vegas Tribune” que dirige nuestro compatriota Rolando Larraz y mi columna en castellano aparece regularmente en su semanario del Norte de Las Vegas. ¡Gracias Rolando! El quincenario de Miami “La Campana”, que tan acertada y patrióticamente dirige el compatriota Andrés López Cardona, también publica lo que escribo. ¡Gracias Andrés!

Quienes aportan opiniones e información extraordinaria a esta columna no son solamente aquellos que publican estos comentarios míos, sino otros muchos talentosos escritores por quienes profeso real admiración intelectual y ética. Entre ellos, el fraterno Enrique Encinosa, autor de “Unvanquished” y “Cuba en Guerra” y personalidad de la radio y televisión de Miami, Jorge Maspóns, veterano de Vietnam y contribuyente de “Guaracabuya” y Humberto Fontova, autor del “Best Seller” “Fidel; Hollywood’s Favorite Tyrant” y otros libros de gran interés. Maspóns y Fontova sufrieron en el pasado inmediato los embates terribles del huracán “Katrina” y recién se reponen de los mismos. Otro gran baluarte del exilio brindando información a esta columna a través del “Net” lo ha sido Larry Daley, ilustre descendiente del General Calixto García Iñiguez.

Más recientemente he tenido el honor de agregar a la lista de lectores y correspondientes del “Net” a Alberto Bustamante, Editor de la extraordinaria revista “Herencia Cubana”, el Profesor de la Universidad de Indiana Antonio de La Cova, poseedor de un tesoro en información fidedigna y Alberto Luzárraga, brillante escritor y pensador del destierro, quien tiene su propio y muy interesante “site”. El ornitólogo, ambientalista y comentarista cubano de la Red Carlos Wotzkow, autor de “Natumaleza Cubana”, también me ha honrado con sus opiniones y amistad, así como el genial Ingeniero-Pediatra-Economista, Dr. Ricardo Calvo, quien aportara una contribución insuperable como ponente de un simposio sobre el futuro económico de Cuba en U.S.C. A todos ellos ¡Mil Gracias!

¿Cómo hubiera sido posible escribir esta columna sin el respaldo moral y la inspiración patriótica de una legión de luchadores como José Prieto (hermano del mártir de nuestra lucha Plinio Prieto), o de Luis Crespo, quien lleva en su cuerpo las huellas de la lucha inconclusa contra la tiranía (condecoración permanente de una patria agradecida), o del siempre bien enterado Tito Rodríguez Oltsman, eterno conspirador anticastrista y antiguo “inquilino” de La Cabaña? ¿Cómo hacerlo sin contar en espíritu con algunos otros combatientes con quienes ya apenas podemos comunicarnos, pero a quienes nunca olvidamos como el héroe de Bahía de Cochinos y El Congo, Capitán René García (confinado hoy a un hospital de convalescientes y semiparalizado por una hemorragia cerebral) o como Luis Posada Carriles y Santiago Alvarez, quienes hoy sufren en “tierra de libertad” injusta prisión por Cuba? Sin individuos como ellos esta columna no podría escribirse.

Por último quiero manifestar mi profundo agradecimiento a ciertos lectores amigos quienes como Jesús Noda, Idilio González y más recientemente, José Cairella, me ofrecen a menudo su muy apreciada e inteligente opinión. ¡Gracias también a usted, amable lector, pues más que ninguno usted hace posible esta columna!

¡Muchas gracias a todos!



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