TRAS LAS HUELLAS DEL APOSTOLPor Hugo J. Byrne
En su fraternal dedicatoria en la copia que nos obsequia de su último libro "DESPUES DEL RAYO Y DEL FUEGO", el Profesor Eduardo Lolo escribió; "a quien mucho sabe de este andar digno tras las huellas martianas". Eduardo Lolo, quien ha demostrado con amena prosa y verbo elocuente un muy acertado juicio en tantas cosas, en este caso en particular se equivoca. Aunque siempre hemos logrado mantener nuestra dignidad en la dura y larga jornada que nos deparó el destino, no siempre hemos sido capaces de seguir tan de cerca, con la analítica perspicacia de un Sherlock Holmes literario, la pista inmortal de José Martí, como indudablemente lo ha logrado nuestro brillante amigo. Hace varios años conocimos al Profesor Lolo a través de su cuñado, nuestro hermano matancero, el Dr. Héctor Alvarez del Puerto. La oportunidad fue una conferencia introductora de Lolo a su entonces recién publicado "MAR DE ESPUMA", análisis formidable de la literatura infantil de Martí. En esa oportunidad tuvimos la suerte extraordinaria de entrar en contacto con un pensador, a quien la ética enseñó honestidad intelectual y el que a la investigación literaria ha sabido imprimir severo rigor didáctico. Quien esté familiarizado con esta columna sabe que no somos fácilmente impresionables y que las críticas, duras, y radicales en opinión de algunos adversarios y enemigos, abruman cuantitativamente a las loas y elogios que puedan encontrarse en ella. Nadie puede sorprenderse de eso. Para nosotros, esta columna es sólo un arma. Una simple herramienta de combate. Martí la habría llamado "trinchera de ideas". Sin embargo, el mártir de Dos Ríos también nos enseñó las virtudes del reconocimiento al verdadero mérito. Dijo Martí que "honrar, honra" y en ese espíritu dedicamos esta cuartilla y media a un erudito del exilio y a su más reciente obra literaria. Este análisis, por fuerza del espacio y vocación de esta columna, tiene que ceñirse al aspecto político de la obra de Lolo. "DESPUES DEL RAYO Y DEL FUEGO" es tan polifacético como el personaje que lo inspira y en consecuencia tiene que cubrir otros muchos interesantes temas. El Nudo Gordiano que desata Lolo de manera tan concienzuda, elocuente y racional, radica en que Martí es una de esas entidades históricas más bien difíciles de encasillar políticamente cuando se le estudia en la superficie. A Jefferson quizás se le podría acusar de hipócrita no sólo por haber sido amo de esclavos, sino por su descendencia mestiza, reflejo de un líbido ajeno a limitaciones éticas. Podría sugerirse (ya se ha hecho) que las mujeres esclavas eran para el genial redactor de la Declaración de Independencia, material usable en el logro de satisfacción sexual. Sin embargo, el individualismo campea soberano en su vida y en su obra. Sucede que este no lo extiende a los esclavos de ascendencia africana. Ellos para Jefferson, como para casi todos sus contemporáneos blancos, eran propiedad privada, y, por ende, inviolables como tal. La relación entre sociedad y gobierno para Jefferson es cristalinamente expuesta en su legado político. Otro tanto podríamos decir de nuestro Agramonte, ese "diamante con alma de beso" de que hablara Martí. Su discurso de investidura como abogado no deja lugar a dudas. Martí, con un caudal de producción literaria increíble para una vida tan breve, nos lega un mensaje político en apariencias mucho más mixto. Su profundo civilismo explota en su regaño epistolar a Gómez, el caudillo guerrero por antonomasia: "Una república, General, no se funda como se dirige un cuartel". Sin embargo, las tendencias altruísticas son abundantes en su pensamiento político, al extremo de quizás sugerir un futuro estado utópico. No es casualidad que sea una interpretación muy conveniente del altruísmo martiano en la que basan los castristas su fementido reclamo de "continuidad revolucionaria". Su afán publicitario a ciertos preceptos de Martí, es por supuesto para perpetrar un plagio político, una alevosa estafa. Cuando se reproducen pensamientos martianos fuera de su contexto original, como el de que "la miseria no es una desgracia personal, sino un delito público", estamos en presencia de una perversión intencionada del significado original de la frase. Es la misma técnica artera usada por los nazis para adjudicarse la filosofía de Frederick Nietzsche, con la ayuda de su racista hermana Elizabeth. Al encuentro de esa blasfemia histórica, sale Eduardo Lolo, armado solamente con la verdad, con su pluma elocuente y su amor a Cuba y al verdadero legado martiano. "DESPUES DEL RAYO Y DEL FUEGO", culmina el "rescate" de Martí empezado por "MAR DE ESPUMA". Con él, el Profesor Lolo logra simbólicamente un triunfo de vastas implicaciones. "DESPUES DEL RAYO Y DEL FUEGO" es recomendado muy sinceramente a los amables lectores, a quienes deleitará el inmenso talento creativo y la notable capacidad para la investigación literaria del Profesor Eduardo Lolo. Las credenciales específicas del columnista Hugo J. Byrne están descritas para información del lector en: http://www.amigospais-guaracabuya.org/g_byrne.html
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