CONCLUSIONES "FREUD-ULENTAS"


por Hugo J. Byrne


Carlos Alberto Montaner es uno de los escritores más talentosos del destierro. Su prosa es amena y sus éxitos como ensayista incluyen una casi obra maestra que comparte con el peruano Alvaro Vargas-Llosa y el colombiano Plinio Apuleyo Mendoza: "El Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano", así como también otra obra excelente, quizás no tan altamente apreciada por no estar a la altura de las infinitas esperanzas literarias creadas por "El Manual" y en la que también colaborara con los mencionados coautores: "Fabricantes de Miseria." De casta le viene al galgo, pues su padre Ernesto Montaner, fue también un notable escritor a más de inspiradísimo poeta.

Por eso frustra que Montaner, quien usualmente basa sus conclusiones en lógica, utilice las teorías freudianas para tratar de describir la compleja personalidad del tirano. Me refiero a su reciente ensayo "Los 'Culillos' de Fidel Castro." El artículo de Montaner trata en forma ligera un tema trágico y este servidor disfruta la ironía literaria como el que más, pero disiente de los conceptos básicos en este caso.

Para empezar, Montaner no define correctamente el "culillo" cubano. Lejos de ser una obsesión compulsiva como afirma, es sólo un capricho pasajero e inconsecuente. Recordemos el contexto en que se usa esa palabra vulgar. El padre dice al hijo: "Te voy a comprar ese papalote para que se te quite el 'culillo'." La suegra aconseja a la hija: "Si tu marido no quiere ir de compras y prefiere quedarse a ver el juego de la Serie Mundial, vete tú sola para que se le quite el 'culillo'." No quiero continuar con tales ejemplos, para que no se me acuse de copiar "La Nota Breve" de mi fraterno Esteban Fernández. Sólo deseo resaltar que la acepción de "culillo" es casi siempre la de un intrascendente deseo pasajero.

Y ahora, a emprederla con Sigmund Freud. Las teorías freudianas sobre los desórdenes compulsivos y sus terapias de sicoanálisis no sólo están siendo puestas en entredicho por la moderna siquiatría, sino que muchos siquiatras contemporáneos consideran que el doctor austriaco era poco más que un simple vendedor de "snake oil." En otras palabras, que Freud era un "fraud." (fraude). Cuando Montaner escribe que el "culillo" cubano tiene un "glorioso precedente en el sicoanálisis", con su regresión de la fase oral (no edípica) a la fase anal, olvida o ignora que esa "gloria" era verde y hace tiempo fue deglutida por los chivos.

No sabemos con exactitud cuan de cerca Montaner ha observado a Castro y lo profundamente que haya medido la maquinaria del verdadero poder político en Cuba. Aparentemente no ha usado una yarda ni muy larga ni muy sofisticada.. De haberla usado concluiría que el antiamericanismo de Castro es una condicional histórica fundamental a su agenda política y nó una obsesión compulsiva. El antiamericanismo en Cuba no empezó con Castro y sus raíces recientes (como las del tirano) hay que buscarlas en "el desastre" español de 1898 y nó en los devaneos imperialistas norteamericanos de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Esta es precisamente la imagen falsa de las motivaciones castristas con que el tirano desea impresionar a sus contemporáneos y es lastimoso que un intelectual como Montaner muerda ese viejo anzuelo. El odio a los Estados Unidos es en Fidel Castro no un "culillo" pasajero, sino un sentimiento legítimo. Acaso la única condición real en una personalidad furtiva, definida por el histrionismo y el disimulo.

Montaner acusa a Castro de tener un "culillo" antiespañol. Dice que es su segundo "culillo" y que el tirano ha creado crisis sucesivas con Franco, Felipe González y Aznar. Frío, frío. He aquí un tema en el que coinciden Georgianne Geyer y Robert E. Quirk, los dos más serios biógrafos de Castro hasta el presente. Estoy seguro que Montaner los ha leído. Aunque obviamente España es la nación extranjera más afectada por la revolución castrista después de Norteamérica y Castro siempre ha dedicado a los gobiernos iberos algunos de los peores epítetos de su muy florido repertorio, esos insultos no han sido peores que los que usualmente brinda a cualquier nación del orbe (incluso a gobiernos amigos y asociados), cuando por algún motivo esa nación no coincide exactamente con sus intereses políticos. Recordemos la "perreta" de Castro con los canadienses cuando los Juegos Panamericanos. Todas esas "crisis" de que habla Montaner han sido siempre controladas por actividades diplomáticas discretas "de bajo nivel" en las que La Habana ha tomado la iniciativa más de una vez. Por otra parte, aunque Castro siempre ha tenido a menos los orígenes humildes de su padre, lo que confiara en ocasiones al amigo de su juventud y entonces futuro cuñado Rafael Díaz Balart, siempre ha sentido orgullo por sus raíces gallegas, lo que se evidenció cuando en 1992 frente a la choza donde naciera su padre Angel Castro en San Pedro de Láncara, se abrazara emocionado al entonces Presidente de Galicia, el "muy conservador" Fraga Iribarne.

La enemistad con el periódico madrileño ABC tampoco es un "culillo" de Castro, sino también una ojeriza real. Tanto ABC como su director Guillermo Luca de Tena, tienen un historial antitotalitario y por ende anticastrista y ABC es un periódico serio, el mejor de España en la opinión de este servidor. Razones más que sufientes para provocar genuína tirria castrista.

Montaner concluye su trabajo con una llamada a esperar contra toda esperanza ciertas bondades futuras de quienes aparentemente considera los probables "herederos" del castrismo. Afirma que no comparten el "culillo" de Castro, pero que tienen que fingir anuencia, pues no existe "otra forma de pertenecer a la clase dirigente", como si esa militancia en la "cúpula" castrista fuera un honor singular que justificara el apoyo directo a cuarenta y dos años de abuso, crimen y devastación nacional. Adulonamente los llama "fríos, inteligentes y racionales." Menciona a Carlos Lage, a "Robertico" Robaina "hoy desaparecido de la vida pública, más a la espera de su segunda oportunidad", y menciona a los "hábiles diplomáticos" Isabel Allende y Remírez de Estenoz, embajadores castristas en España y Estados Unidos respectivamente. Montaner tiene la impudicia de llamar víctimas de Castro a esta gentuza. Luego afirma que un "alto funcionario cubano" le confió que un golpe de estado contra Castro es una posibilidad futura. ¿Ha cambiado Montaner de marca de cigarrillos últimamente o está jugando el maquiavélico juego de "abogado del diablo" para poner en situación difícil a alguien en Castrolandia? ¿Isabel Allende quizás? No lo creo. El contexto habría sido bien distinto.

A veces la profesión literaria y las realidades prácticas por diversas razones se dan de cachetes y las torres de marfil están demasiado altas para que quien las habita pueda con exactitud ver el horizonte. Puede que este sea el caso de Montaner con sus "culillos castristas": No existe ningún "alto funcionario cubano" con poder político real al alcance de Montaner, ya que sólo los generales a cargo de las posiciones clave en el MININT ejercen tal poder, gracias al pacto de sangre que tienen con Castro. No las marionetas de "alto perfil" como Alarcón, Roque y Lage o los hoy defenestrados Robaina, Cienfuegos o Aldana. ¿Golpe de estado a Castro al estilo Habib Bourgiba en Túnez? Por el momento Montaner puede sentarse a esperarlo. Sugiero que se ponga cómodo, pues estar sentado por mucho tiempo puede causar serias afecciones en ciertas partes. Mucho más serias que los "culillos castristas."


FIN


Hugo Byrne
hugobyrne@msn.com


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