¿POST MORTEM?

Por Hugo J. Byrne


"El pesimista es un tonto triste y el optimista es un tonto alegre. Pero los dos son tontos"

Luis Posada Carriles ("Los Caminos del Guerrero")

Los recientes sucesos que mostraran una coincidencia de objetivos entre la Casa Blanca y el régimen castrista, nos dan elementos de juicio para comprender la problemática presente. Es preciso analizar el caso Elián González a la luz de la realidad y hacerlo de manera que nuestros acondicionamientos mentales no dominen el tema. Este análisis debe examinar la actuación de los tres personajes más importantes del drama y en justicia debe incluir también un estudio de la actuación del exilio cubano.

FIDEL CASTRO

De nuevo Castro demuestra su capacidad para convertir las tragedias que produce su régimen en victorias publicitarias. Cuando la FNCA publica un "poster" presentando a Elián González como la última víctima del castrismo, el tirano obtiene toda la información relacionada con el balserito y especialmente lo concerniente a su padre. Conocedor de la cobardía de Juan González y de su filiación en el Partido Comunista, el tirano decide convertir a Eliancito en su banderín de combate y excusa fácil de movilización masiva. Sabiendo que en esta "batalla" cuenta con aliados poderosos en Estados Unidos que cubren en la escala política desde los radicales de la izquierda hasta muchísimos "conservadores", una prensa que siempre ha sido antagónica a la agenda cubanoamericana y un ejecutivo que ha demostrado terror a sus "reacciones irracionales", Castro lanza su ofensiva. Convencido de la victoria, comete errores. Uno es su ridículo ultimatum, sobreestimando el pánico de Clinton. Otro error es retener a Juan Miguel González en Cuba. Empero, el tirano reconoce sus equivocaciones y las rectifica a tiempo, actuando con prudencia ante el secuestro de Elián por el gobierno norteamericano. En contraste con sus supuestos antagonistas de Norteamérica que no lo conocen ni lo compreden, Castro sabe donde están los resortes del poder en los Estados Unidos y los usa con eficiencia.

JANET RENO

La "heroína de Waco", quien ha demostrado su desprecio por la agenda cubana a pesar de sus protestas en contrario (recuérdese la fruición con que afirmara que los refugiados en Guantánamo en 1994 "nunca pisarían territorio norteamericano", palabras que eventualmente se tragaría), demuestra nuevamente su vena totalitara y su doblez y simulación al ordenar el ataque a la casa de Lázaro González, mientras continuaba las negociaciones con los mediadores que se encontraban en ella. Esos mediadores condenan unánimemente ese acto, afirmando que un acuerdo entre las partes estaba a punto de ser alcanzado. ¿Por qué Reno manipula a la familia González mientras invade su casa para "arrestar" a Eliancito (su "arresto" es parte literal del "warrant" usado para justificar el ataque), si la reunión familiar entre el padre y otros familiares del balserito estaba a punto de lograrse? Reno, aparte de negar que tal acuerdo estaba al concluírse, afirma la existencia de "inteligencia" al efecto de que habían personas armadas y de intención hostil, dentro o cercanas a la residencia González. Tengamos en cuenta que el notorio "warrant" no hacía la más mínima referencia a personas armadas, que ningún arma fue confiscada y que no hubo arrestos (con la única excepción del "arresto" de Eliancito). La respuesta más racional a los motivos tras la violencia de Reno la dió recientemente David Frum, "Senior Fellow" del "Manhattan Institute" en un brillante y reciente ensayo. Dice Frum: "Trágicamente, la victoria legal de Elián ( la decisión unánime del "U.S. 11th Circuit Court of Appeals" de que el balserito debe permanecer en territorio norteamericano mientras se estudia su solicitud de asilo) puede haber sido la causa que provocara el asalto en la casa de su tío abuelo. La decisión de esa corte abrió el camino para un litigio que podía durar meses y en el que sus parientes de Miami habrian podido presentar su caso. El único modo de impedir ese escenario era que Elián retirara su solicitud. Mientras el niño permaneciera protegido por sus familiares en Miami, esto nunca habría ocurrido. De aquí la urgencia de capturar al niño para ponerlo bajo el control de su padre y de quienes controlan al mismo." Si los parientes de Eliancito en Miami mantenían al pequeño alejado de su padre en desafío de la ley, ¿por qué no fueron arrestados? La obvia respuesta es que ni Lázaro González ni su hija violaron ley alguna. En realidad es Reno quien viola la ley, o al menos su espíritu. El secuestro nocturno y violento de Elián y su incomunicación posterior no responden a razones legales ni humanitarias (a pesar de las lágrimas de cocodrilo de Reno), sino a decisiones de la Casa Blanca, enteramente políticas. Fidel Castro hablaba con propiedad cuando afirmó el día 23 de abril: "La rehabilitación de Elián ya ha comenzado." Los críticos de la actuación de Reno no son sólo intelectuales conservadores. Un activista de izquierda con las credenciales "liberales" de Alan Dershowitz, columnista sindicado y profesor de la Facultad de Leyes de la Universidad de Harvard, denuncia el ataque a la casa de Lázaro González como ilegal: "Aunque los agentes blandían algo denominado orden de registro, esta orden no se originaba en una corte ni era emitida después de una sesión en la que las partes litigantes fueran oídas." Dershowitz no oculta su desprecio por la prensa "liberal" en su defensa de Reno y sus sicarios: "La gente que apoya las salvaguardas de procedimiento sólo en casos en que coinciden con los derechos substantivos que se reclaman, asumen una posición que puede legítimamente considerarse hipócrita." Reno basa su defensa en el argumento dudoso de que la ley vigente confiere a Juan González derecho de custodia sobre su hijo. Aunque en términos generales la ley establece que un padre viudo debe ser quien decida por su hijo menor de edad, no existen derechos que la jurisprudencia norteamericana considere ilimitados. Aunque la Primera Enmienda de la Constitución establece el derecho a expresar ideas libremente, nadie puede ampararse en tal salvaguarda para gritar fuego en un teatro lleno. La legítima custodia de un padre a su hijo no incluye ceder dicha potestad a otra entidad. Un hijo no es esclavo de sus padres, ni es propiedad que pueda ser cedida a nadie. Tanto Reno como su jefe saben bien que es esto lo que ocurre si el "camarada" González lleva al niño como trofeo de guerra a Fidel Castro. Si esto sucede (y las apariencias indican que así ha de ser) no sería por obra y gracia de la ley vigente, sino de una decisión política (e ilegal) de la Casa Blanca. Tal como en el caso de su negativa a permitir una investigación independiente en las contribuciones a Clinton-Gore durante la campaña del 96, Reno demuestra ser no una Procuradora General independiente, sino una infame testaferro de la Casa Blanca.


PRESIDENTE CLINTON

No hay que investigar mucho el pasado de William Jefferson Clinton para encontrar como por su desacuerdo con la política de Washington durante el conflicto vietnamita, se solidarizó con los enemigos de las libertades de su país. Su participación en protestas londineneses en que se profanaron banderas norteamericanas, es parte real de su biografía , la que también incluye un viaje por el Moscú de Leonid Brezniev, ante cuyo Kremlin desfiló. Todo ello, no para avanzar una agenda política (Clinton sólo tiene agendas personales), sino para justificar su abandono del país para no exponerse a la conscripción obligatoria, con peligro a su integridad física. ¿Como es posible que Clinton pudiera recibir el cuarenta por ciento del voto cubanoamericano en las elecciones de 1996? La respuesta no es tema de este trabajo.

Bill Clinton siempre ha tomado sus decisiones de acuerdo a las consecuencias electorales. Su brújula política pauta sus acciones como presidente. La ética es esencialmente ajena a su mentalidad demagógica. Sus prioridades con Eliancito pueden describirse así: a) Con Fidel Castro, "no hacer olas." Las consecuencias del éxodo del Mariel fueron devastadoras para él y su memoria de esa ocasión dicta su proceder de hoy. b) Los cubanoamericanos son influyentes y vocales pero no poseen poder electoral nacional y su influencia política fuera de Florida y Nueva Jersey es limitada. Recuérdese que Clinton reemplaza el gobierno de Haití, para obtener el voto negro. El fin de Castro y su régimen, aunque beneficiosos a los intereses permanentes de esta nación, podrían acarrear consecuencias temporalmente negativas a su economía en general y de la Florida en particular. Esas consecuencias de corto alcance podrían ser políticamente devastadoras para el inquilino de turno en la Casa Blanca y Clinton no es ajeno a esa posibilidad. La entrada en escena del abogado Gregory Craig, compañero de Clinton en Oxford, quien ha estado decidiendo de forma muy evidente el destino de Elián desde el día de su secuestro en la "Pequeña Habana", no deja lugar a dudas de que se trata de un caso bochornoso de decreto presidencial disfrazado de acción legal. Clinton y Craig son lobos de la misma camada y el "libro de ética" de Craig es el más pequeño en su biblioteca legal.


EL EXILIO CUBANO

Sería fácil aducir que los cubanoamericanos decidimos pelear la "batalla equivocada" en el caso de Elián González, pero no sería lógico. Es absurdo suponer que el exilio puede decidir una conducta multitudinaria y cerrar filas monolíticas como las manadas obedientes que comanda con la fusta el régimen en Cuba. Si la FNCA no hubiera decidido presentar a Elián González como una reciente víctima del castrismo, quizás otra organización exiliada lo hubiera hecho. Si bien es cierto que el enemigo contaba en este caso con las armas más poderosas, no habría sido posible moralmente ignorar un caso tan trágico como el de Elián González, y aún menos, una vez entablada la lucha, abandonar al niñito a su destino triste sin pelear.

¿Cuales son las consecuencias del "caso Elián"? Para algunos analistas la victoria es de Castro, pues no sólo logrará su propósito de retornar el huérfano a la misma esclavitud de que su progenitora lo sustrajera perdiendo la vida en ese empeño, sino que en este proceso, el tirano ha logrado que la prensa norteamericana y la opinión pública que esta manipula, se manifiesten en franca oposición a la agenda libertaria cubanoamericana. Esas conclusiones son festinadas. A medida que el tiempo pasa se observa como incluso "liberales" honrados como Dershowitz se distancian de Clinton, Reno y compañía en lo que se refiere a su proceder en esta tragedia. La campaña de descrédito y ridículo hacia la comunidad cubanoamericana en la prensa "liberal" (que no empezaron por seguro con Elián González), ha tomado en este caso matices tan grotescos que empiezan a molestar al público, quien reconoce su propósito evidente. Por otra parte, la profunda tragedia humana de Eliancito ha galvanizado laconciencia colectiva del exilio como nunca antes. Jamás durante los cuarenta y un años del castrato se habían reunido trescientosmil cubanos (estimado del Departamento de Bomberos de Miami-Dade) en una protesta multitudinaria como lo hicieron en la "Pequeña Habana" la semana pasada. Si este "juntarse" de tradición martiana se mantiene traduciéndose en verdadera militancia, todo es posible para el futuro de la libertad en Cuba



Éste y otros excelentes artículos del mismo AUTOR aparecen en la REVISTA GUARACABUYA con dirección electrónica de:

www.amigospais-guaracabuya.org