Elecciones en Bolivia: intervencionismo de Lula por Gonzalo Guimaraens 1. A pocos días de las elecciones presidenciales en Bolivia, el presidente de Brasil, Sr. Luiz Inácio Lula da Silva, interfirió en el proceso electoral del país vecino calificando de "cambio extraordinario" para dicha nación, con repercusiones en América del Sur, una eventual victoria del líder cocalero Evo Morales Aima, del partido Movimiento al Socialismo (MAS), admirador del dictador cubano Fidel Castro y de su discípulo, el presidente venezolano Hugo Chávez. Según el Sr. Lula, la eventual victoria de Morales se produciría en un "momento histórico" de América del Sur, cuyo "retrato electoral" de los últimos tres años exhibe la llegada al poder de gobiernos de izquierda, lo cual estaría permitiendo una América del Sur "realmente vuelta hacia su pueblo". En este contexto de izquierdización continental, el Sr. Lula aprovechó también para calificar de antecedente "extraordinario" la victoria presidencial de Chávez. Tales afirmaciones fueron proferidas ante el presidente de Argentina, Néstor Kirchner, y reproducidas en el sitio web de la Presidencia del Brasil http://www.info.planalto.gov.br/download/discursos/pr964.doc 2. Resulta lamentable esa interferencia del presidente de Brasil en los asuntos internos de Bolivia, apoyando a un candidato con suficientes antecedentes revolucionarios como para temer por el futuro de ese país altiplánico, en caso que gane la presidencia. Igualmente lamentable es el hecho de que no se hayan levantado voces continentales en defensa de los derechos soberanos de Bolivia, abiertamente contundidos. Si, en sentido contrario, el presidente de los Estados Unidos hubiera calificado de "extraordinaria" una eventual victoria del candidato centroderechista y partidario de la libre iniciativa, Jorge "Tuto" Quiroga -el segundo colocado en las intenciones de voto, después de Morales- las izquierdas continentales y, quién sabe, la propia cancillería brasileña, hubieran rasgado sus vestiduras alegando una nueva intromisión del "imperialismo" norteamericano. Pero nada dicen ante esta manifestación de neo-imperialismo lulista. 3. Del contexto de las declaraciones del presidente Lula se desprende también que los gobiernos de izquierda constituirían una garantía de felicidad para sus respectivas naciones, porque estarían sinceramente vueltos "hacia su pueblo". Pero no es eso lo que se está verificando en Venezuela con el gobierno Chávez, que, lejos de estar llevando a cabo una administración "extraordinaria", en realidad está cubanizando el país a pasos acelerados y ha hecho aumentar la pobreza, según las estadísticas de organismos regionales como CEPAL, a pesar de la fabulosa disponibilidad de dinero gubernamental por causa del alza del petróleo. 4. Tampoco es lo que se está verificando en Brasil, donde el gobernante Partido de los Trabajadores (PT), al cual pertenece el presidente Lula, ha quedado envuelto en numerosas acusaciones de escándalos financieros y de corrupción. Con ello, se resbalaron y hasta cayeron los antifaces de idealistas Robin Hoods de izquierda que protegían a varias de sus más importantes figuras, dejando al descubierto tantos defectos cuanto los de los vulgares "burgueses" que siempre alegaron combatir. Es importante no perder de vista lo que significa en materia de fiasco para las izquierdas continentales esta crisis del Partido de los Trabajadores, actualmente en el poder, si se consideran las esperanzas que habían depositado en dicho partido, y en el actual presidente, para salir de la crisis de identidad en que las sumió la caída del muro de Berlín y la debacle soviética. 5. A la vista de lo anterior, las izquierdas gobernantes de Brasil y de otros países, y las que pretenden conquistar electoralmente el poder, como es el caso de las de Bolivia, precisarían ser más humildes, reconocer que también tienen pecado original y que, en consecuencia, deberían poner sus barbas, sus mitos, su ética y sus ideas en remojo.
Gonzalo Guimaraens es analista político y redactor de las agencias Destaque Internacional y CubDest.
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