Venezuela: Chávez, violencia y "epicentro" revolucionario por Gonzalo Guimaraens Despierta legítima desconfianza lo que esté por detrás del rapto de "pacifismo" castro-chavista, y lo que pueda estar siendo preparado por grupos radicales de izquierda, por ocasión del referendo del 15 de agosto En el programa dominical "¡Aló, Presidente!", del 1o. de agosto pp., el controvertido mandatario venezolano Hugo Chávez las emprendió contra alegadas corrientes "violentas" y "terroristas" de la oposición que, por ocasión del próximo referendo revocatorio del 15 de agosto, estarían preparando un "atentado" contra "la paz". Inmediatamente, órganos de izquierda latinoamericanos, como el periódico Granma, del Partido Comunista de Cuba, se hicieron eco de la arenga presidencial, rasgando sus vestiduras sobre la "violencia" que la "contrarrevolución" estaría tramando en Venezuela. Ni el dictador comunista Fidel Castro ni su discípulo Hugo Chávez tienen una trayectoria en defensa de la paz. Todo lo contrario. Es por ello que despierta legítima desconfianza lo que esté por detrás de este rapto de "pacifismo" castro-chavista, y lo que pueda estar siendo preparado por grupos radicales de izquierda, por ocasión del referendo del 15 de agosto. Por ejemplo, dependiendo de los resultados, al mismo tiempo se incentivaría el caos socio-político y se responsabilizaría genéricamente a la oposición. En esta hipótesis, ¿cuál sería el papel de las centenas, y tal vez millares, de asesores de inteligencia cubanos actualmente en Venezuela? Sin ir más lejos, el 2 de agosto pp., en cadena de radio y televisión, el mandatario venezolano se jactó de haber traído a Venezuela más de 13 mil médicos cubanos, que, como se sabe, en la isla-cárcel han sido adiestrados para ser mitad facultativos y mitad "comisarios políticos". El presidente venezolano, durante su visita al 3er. Foro Social Mundial de Porto Alegre, en febrero de 2003, llegó a amenazar con la lucha armada a la misma oposición a la que hoy acusa de "violenta": "Yo guardé mi fusil y no quiero volver a tomarlo, pero allá lo tengo guardado y si las oligarquías no aceptan los cambios en paz, como dijo el ‘Che’ Guevara, ruidos de combates y ráfagas de ametralladoras tronarán". La contradicción entre el "pacifista" del 2004 y el "belicista" del 2003 es flagrante y puede calificarse como un caso flagrante de hipocresía. El potencial de violencia de determinados grupos pro-chavistas no puede ser subestimado, habiendo llegado hasta la profanación y destrucción de imágenes de la Virgen María en la Plaza de Altamira, Caracas, el 6 de diciembre de 2003, con caracerísticas que hacen recordar la furia antirreligiosa de las grandes revoluciones de la Historia. En el programa "¡Aló, Presidente!", del 18 de julio pp., el mandatario afirmó que Venezuela es actualmente "uno de los epicentros" de transformación revolucionaria en el mundo. Dicha afirmación contiene una verdad indesmentible. Primero, por el peso natural de Venezuela en América del Sur y Central, así como también en el Caribe. Y segundo, por las características propias del proceso revolucionario en curso en dicho país. El futuro que depara al chavismo coloca un dilema para las izquierdas continentales, en particular, para el comunismo cubano, cuyo dictador, Fidel Castro, se ha transformado en una especie de "hermano siamés" político de Chávez. Un eventual fracaso electoral del actual gobierno afectaría también al resto de las izquierdas latinoamericanas, como los movimientos comuno-indigenistas de Bolivia, Perú y Ecuador; las guerrillas colombianas; los "sin tierra" brasileños; los "piqueteros" argentinos, etc. No en vano en "¡Aló, Presidente!" del 18 de julio pp. se hizo presente el obispo "liberacionista" brasileño Monseñor Tomás Balduino, llevando un documento de adhesión de figuras de la izquierda pro-castrista de ese país y de miembros del Foro Social Mundial, oriundos de varios países, preocupados con las consecuencias de una derrota chavista. La recíproca también es verdadera: un triunfo de Chávez podrá significar un recrudecimiento del espíritu revolucionario lationoamericano, todo lo cual habla en favor de la relevancia internacional del "epicentro" venezolano y de todo lo que está en juego. Por otro lado, no escapa a Chávez y a sus mentores la fragilidad del apoyo que ha obtenido en ciertos sectores de la opinión pública venezolana, basada en una demagogia populista. Para suplir esa carencia, está intentando manipular el propio sentimiento religioso del pueblo venezolano. Por ejemplo, en el referido programa radial del 18 de julio, llegó a invocar la protección de la Virgen de Coromoto, Patrona de Venezuela, de la Virgen de Chiquinquirá, Patrona de la ciudad de Maracaibo y hasta de San Miguel Arcángel... También aquí el actual mandatario venezolano no hace sino seguir el ejemplo del dictador cubano, quien para anestesiar a la opinión pública no dudó en bajar de la Sierra Maestra con una medalla de la Virgen de la Caridad al cuello. Que la Providencia conceda a los venezolanos la lucidez necesaria para discernir el trigo de la cizaña, sabiendo evitar las celadas del adversario. Así, el próximo 15 de agosto, a través del voto e inspirados en un legítimo deseo de paz -"la tranquilidad del orden", como la definió San Agustín- estarán en condiciones de frustrar los planos totalitarios del castro-chavismo. Venezuela pasará a ser entonces un decisivo "epicentro" de defensa de la libertad en América Latina y en el mundo entero. FIN Gonzalo Guimaraens es consultor político. E-mail: cubdest@cubdest.org
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