Foro Social Brasileño: radiografía de las izquierdas Importante congreso de movimientos contestatarios brasileños pasa desapercibido a los grandes medios de comunicación Por Gonzalo Guimaraens El 1er. Foro Social Brasileño (FSB) se efectuó del 6 al 9 de noviembre pp. en la ciudad brasileña de Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais. Organizado por el consejo brasileño del Fórum Social Mundial (FSM), contó con la participación de 1.200 organizaciones brasileñas, de 15 mil activistas inscritos oficialmente y de otros 15 mil convidados, entre los cuales, observadores de 22 países. Las 300 conferencias, seminarios y talleres se efectuaron principalmente en el campus de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG) y en el vecino estadio "Mineirinho". Bajo el llamativo lema "Otro mundo es posible - Otro Brasil es necesario", el FSB tuvo como objetivos alimentar el "entusiasmo revolucionario" nacido en los foros de Porto Alegre, Génova y Seattle; actualizar el proceso de "construcción de redes" e impulsar el trabajo de concientización socio-revolucionaria; denunciar el "neo-conservadorismo" y el "imperialismo"; y contribuir a definir "un nuevo paradigma" de organización de la sociedad. Es lo que explicó en su mensaje de bienvenida Moacir Gadotti, profesor de la Universidad de São Paulo (USP), miembro fundador del Partido de los Trabajadores (PT), miembro del Instituto Paulo Freire y uno de los principales organizadores del FSB. El FSB fue marcado por conferencias de cuño comuno-anárquico en lo político, opuesto a la propiedad privada y la libre iniciativa; y permisivistas en lo moral, a favor del aborto, la homosexualidad y la "transversalidad". Constituyó una oportunidad única para obtener una radiografía actualizada de las izquierdas brasileñas, con sus nuevas y viejas estrategias, sus dilemas, sus utopías, sus contradicciones internas, sus problemas y sus temores. Esta radiografía es indispensable para conocer los debates que están ocurriendo en el interior de las izquierdas brasileñas y, en consecuencia, lo que podrá pasar en el corto y mediano plazo con el régimen de Lula y con el propio Brasil. El balance de 10 meses de gobierno de izquierda polarizó a los participantes a lo largo de las concurridas conferencias plenarias durante el período matutino, en el estadio "Mineirinho", así como en las centenas de seminarios y talleres vespertinos en dependencias de la UFMG. Una primera corriente, integrada por sectores de la extrema izquierda procastrista y prochavista, más actuante en las conferencias y talvez mayoritaria a nivel de asistentes, se manifestó frontalmente crítica al presidente Lula, cobrando mayor velocidad y radicalidad del gobierno en las prometidas reformas estructurales rumbo al socialismo. Esta corriente también reclamó al gobierno mayor agresividad en la política externa, aún cuando se reconoció el apoyo gubernamental a Cuba comunista y al régimen de Venezuela, así como la afinidad con movimientos indigenistas revolucionarios de Bolivia y Ecuador, con corrientes opositoras en Colombia, etc. Está integrada por mandos medios y bases del propio PT; por intelectuales como Emir Sader, profesor de la Universidad de São Paulo (USP) y uno de los miembros más influyentes del comité organizador del Foro Social Mundial (FSM); por militantes de la teología de la liberación; por miembros del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU), de tendencia trotskista, etc. Una segunda corriente -con similar radicalidad en las metas, pero partidaria de una gradualidad en las estrategias y velocidades para llegar al común objetivo socialista, de manera a despertar menos reacciones adversas en la opinión pública- apoya al gobierno Lula, aunque no incondicionalmente. Está integrada por miembros del propio gobierno ligados a organizaciones no gubernamentales (ONGs); por dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT), de la Central Única de los Trabajadores (CUT), del Partido Comunista de Brasil (PC do B) y de la Unión Nacional de Estudiantes (UNE); así como por militantes de esos movimientos. Es difícil determinar si esta corriente aún posee mayoría, a nivel nacional, dentro del Partido de los Trabajadores (PT), un dato que podría servir para hacer un pronóstico sobre los rumbos inmediatos y mediatos que tomará el gobierno Lula. En todo caso, al menos a nivel del FSB, no parece ajustarse a la realidad la declaración de José Genoino, presidente del PT y participante de este evento, de que "la casi totalidad de los militantes petistas, de acuerdo con las pesquisas de opinión que hemos efectuado y por las reuniones plenarias que son realizadas en todo el país, tiene confianza en el gobierno". En este cuadro, el Movimiento Sin Tierra (MST) merece una mención aparte. Con 20 años de actuación, elogiado durante el FSB por Leonardo Boff y anteriormente puesto como modelo de nuevo movimiento revolucionario por Fidel Castro, con la mayoría de sus dirigentes formados ideológicamente en comunidades eclesiales de base (CEBs), es tal vez el más articulado dentro de las ONGs revolucionarias brasileñas. Los dirigentes del MST presentes en el FSB manifestaron poseer la radicalidad comuno-anárquica y procastrista de la primera corriente. Pero al mismo tiempo, contrariando la caricaturizada imagen de "cabezas calientes" que suele atribuírseles, concuerdan con la segunda corriente en que principalmente los dirigentes necesitan tener "cabeza fría" y, cuando las circunstancias lo piden, flexibilidad en la acción, para evitar errores estratégicos. En el FSB, durante la conferencia "Estado y movimientos sociales", Gilmar Mauro, coordenador nacional del MST, mencionó específicamente una recomendación en este sentido del sanguinario guerrillero cubano-argentino Ernesto "Che" Guevara. Por su parte, se percibe que las bases del MST, que constituían la mayor delegación en el FSB, reciben una intensa preparación ideológica y una minuciosa "concientización" en torno de las metas y métodos a ser seguidos. "Sin lucha de masas, no puede haber transformación ni revolución"; sin "concientización", ninguna revolución "encontró sustentación, históricamente", fue el recado dado en el FSB por Gilmar Mauro, coordenador nacional del MST, a los radicales partidarios del aventurerismo político y de las revoluciones de arriba hacia abajo. El dirigente del MST se refería, sin duda, a aquellos militantes de izquierda afectados por una mentalidad imprudente que, según expresión de Lenin, constituye la "enfermedad infantil del comunismo". Similar mensaje había sido dado por Mauro en el 3er. Foro Social de Porto Alegre (cfr. CubDest, "MST: radicalidad, cabeza fría, mística"). En el próximo artículo, teniendo como fondo de cuadro esta delicada correlación de fuerzas en el seno de las izquierdas brasileñas, se verán casos concretos que ilustran las discusiones estratégicas y los dilemas de los participantes del Foro Social Brasileño. Nota 1:El evento fue ignorado por los más importantes medios de comunicación brasileños e internacionales, siendo casi exclusivamente cubierto por las agencias de izquierda Adital, ligada a la teología de la liberación, Carta Maior y Diário Vermelho (Diario Rojo), así como por otras agencias "alternativas" de difusión limitada. De esa manera, no le fue dada la oportunidad a la opinión pública brasileña e internacional de tomar conocimiento de la envergadura de este encuentro de las izquierdas brasileñas, del cual podrán derivarse importantes acontecimientos sociopolíticos en el corto y mediano plazo. La serie de artículos de Destaque Internacional, que hoy comienza y que incluye informaciones exclusivas de su equipo de corresponsales en Belo Horizonte, trata de paliar esta carencia informativa. Nota 2:
Belo Horizonte no fue escogida "por acaso" como palco del FSB, según nota oficial del alcalde Fernando Pimentel, del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), donde se explica que la ciudad está en manos de administraciones de izquierda desde hace 10 años. Paulo Santos da Silva, director de relaciones internacionales de la União Nacional dos Estudantes (UNE), controlada por el Partido Comunista de Brasil (PC do B), añadió que también se tuvo en cuenta para escoger esta ciudad como sede del FSB el "peso" decisivo del estado de Minas Gerais en la organización de las tres ediciones del Foro Social Mundial (FSM) y la vasta "red de movimientos" izquierdistas que el estado de Minas Gerais posee. El peso de las redes de ONGs existentes en este estado brasileño no es poca cosa si además se considera que, tal como lo mencionó en su conferencia el teólogo de la liberación Leonardo Boff, uno de los principales y más aplaudidos participantes del FSB, Brasil "tiene la mayor red de movimientos sociales del mundo", con una considerable "fuerza interna" dentro de la cual el Movimiento Sin Tierra (MST) es presentado como un baluarte.
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