Tácticas revolucionarias actuales: espontaneidad aparente y articulación "invisible", rumbo a la anarquía Premisas que constituyen una clave indispensable para comprender en profundidad el zigzagueante y caótico panorama político del siglo XXI, sin las cuales el observador político correrá el riesgo de perderse en una maraña de hipótesis interpretativas que poco o nada interpretan por Gonzalo Guimaraens Una característica fundamental de las actuales tácticas revolucionarias en América Latina, Estados Unidos y Europa es la de presentar las movilizaciones contestatarias con una apariencia de espontaneidad, como si éstas se efectuasen sin la articulación y auxilio de activistas especializados en psicología e ingeniería social. Se trata de cubrir con esta apariencia de espontaneidad tanto a los movimientos "sin tierra" o "sin techo" de Brasil, cuanto a los "piqueteros" argentinos, los "indigenistas" mexicanos o ecuatorianos, los movimientos pseudo "pacifistas" o "antiglobalización" de Europa y Estados Unidos, ciertos grupos "antiamericanistas", el denominado "nuevo lumpen", con sus "excluidos", pseudo "excluidos" y "automarginalizados", las "flash mob", etc. En realidad, por detrás de buena parte de dichos movimientos, que actúan de esa manera aparentemente natural, existen "redes" revolucionarias que actúan "horizontalmente" y se valen de tácticas denominadas "liliputianas" y de "invisibilidad", lo que contribuye a hacerlas pasar desapercibidas a los ojos de la mayoría de las personas. Dichas redes en realidad constituyen un conjunto al mismo tiempo gigantesco y capilar de articulaciones contestatarias en el mundo entero. Sus miembros utilizan poderosos instrumentos de psicología social, de sociología, de publicidad, etc., para lograr a nivel de grupos sociales y hasta de naciones la desconstrucción del pensamiento y de la vida, rumbo a una sociedad comuno-anárquica. El instrumental teórico-práctico de estas nuevas estrategias ha quedado en evidencia en centenas de conferencias y paneles efectuados en el Foro Social Mundial de Porto Alegre (2001, 2002 y 2003). Una serie de informes exclusivos difundidos por la agencia Ambito Iberoamericano, cuya lectura se torna indispensable, comprueban el alcance y la magnitud de estas nuevas tácticas revolucionarias, que se valen del caos no sólo como una meta sino como un mecanismo indispensable para obtener el desmembramiento psicológico y político de la sociedad, desalentar a quienes se les oponen, neutralizar las resistencias, etc. Un dato histórico poco conocido, pero sin duda relevante para ilustrar el largo, paciente y subterráneo trabajo de esas "redes", es que las organizaciones brasileñas que fundaron el Foro Social Mundial son prácticamente las mismas que, una década antes, habían articulado la Eco 92 Alternativa, efectuada en Río de Janeiro en 1992, donde quedó delineada la alianza rojo-verde entre comunistas y ecologistas radicales, que una década después tendría abundantes frutos en el Foro Social Mundial. A nivel mundial, el proceso revolucionario, dinamizado por los llamados "nuevos movimientos sociales", ha venido efectuando una profunda adecuación estratégica y de métodos, aunque no necesariamente de la meta comuno-anárquica, la cual permanece invariable. Estas premisas constituyen una clave indispensable para comprender en profundidad el zigzagueante y caótico panorama del siglo XXI. Sin ellas, el observador político correrá el riesgo de perderse en una maraña de hipótesis interpretativas que poco o nada interpretan. * * * En América Latina, el propio dictador de Cuba, Fidel Castro, ha percibido el enorme potencial de estas nuevas estrategias. Así, desde hace años viene presentando al Movimiento Sin Tierra (MST), de Brasil, uno de los organizadores de la Eco 92 Alternativa y del Foro Social Mundial. Según Castro, el MST es un modelo de "movimientos de masas" a ser imitado precisamente por su contribución en materia de "nuevas tácticas" que sirven para llevar adelante la revolución social, en una coyuntura en la que, al menos temporalmente, no estarían dadas las condiciones "objetivas" para las guerrillas clásicas "al estilo bolchevique". El dictador cubano, aún insistiendo que sus metas comunistas permanecen inalteradas, ha enviado cuadros dirigentes de su régimen a los tres Foros Sociales de Porto Alegre para establecer alianzas y reciclarse en el manejo de esas nuevas estrategias, que han mostrado ser de tanta utilidad. En recientes declaraciones al diario Clarín, de Buenos Aires -después de dejar claro que "yo no he cambiado absolutamente" y que, teniendo que retroceder en el tiempo, "habría hecho lo que hice"- Castro reconoce que "ahora es otra época", en la cual las "tácticas" son "espontáneas y distintas". Añade el viejo revolucionario que "hay fenómenos nuevos", con un potencial de "protesta generalizada", delante del cual, en la óptica de las nuevas tácticas revolucionarias, "éste es el mejor momento de América Latina". Además de haberse referido con anterioridad al MST brasileño, en esta entrevista a Clarín añade entre los ejemplos latinoamericanos a los movimientos de protesta en Ecuador y Argentina. Sintomáticamente, menciona también el ejemplo de Irán, donde el movimiento de "los shiitas y el ayatolá Jomeini", "sublevaron a la sociedad y, sin armas, derrocaron al sha". Castro concluye diciendo que, delante de esta nueva coyuntura, y de las posibilidades reales que se abren para los revolucionarios, quien se ponga a pensar en una exclusiva "acción de fuerza", de tipo guerrillero clásico, "estaría realizando una actividad prehistórica" (Clarín, Buenos Aires, Jun. 1o., 2003). Es en el contexto de una potencial "ayatolización" de Brasil y América Latina que debe verse el comentario de João Paulo Rodrigues, coordinador nacional del MST, de que su movimiento pretende acampar "un millón de personas al márgen de las carreteras del país", en una acción psicopolítica revolucionaria de envergadura por la cual "no será necesario empuñar las armas para enfrentar al latifundio" porque simplemente "los enfrentaremos a bofetadas". Por fin, en el contexto del caos en cuanto estrategia y meta revolucionaria, pueden citarse recientes declaraciones de la filósofa Marilena Chaui, profesora de la Universidad de São Paulo y activa participante del Foro Social Mundial, que presenta el actual proceso de fermentación revolucionaria que vive el Brasil como una "experiencia inédita", un modelo de "democracia en pleno funcionamiento", en la cual los "conflictos", en vez de ser sinónimo de "crisis", de "peligro" y de "desorden", constituirían "la propia médula" de esta nueva democracia caótica. FIN
Gonzalo Guimaraens es consultor político. E-mail: cubdest@cubdest.org
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