MST: radicalidad, cabeza fría, místicapor Gonzalo Guimaraens El intelectual anarquista Noam Chomsky, una de las principales figuras del 3er. Foro Social Mundial, reconoció que el MST es hoy uno de los movimientos revolucionarios "más importantes del mundo"El Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), uno de los más activos grupos de extrema izquierda de Brasil, punta de lanza de las agitaciones rurales en este vasto país sudamericano, integra el comité organizador del Foro Social Mundial de Porto Alegre y lidera la red internacional "Vía Campesina", un conjunto de 101 organizaciones con actuación en más de 40 países de las Américas, Europa, Asia y Africa. Fundado oficialmente en 1984, el MST actúa hoy en 23 de los 27 Estados de Brasil y, según sus dirigentes, articula 1 millón y medio de personas en torno de campamentos, cooperativas y diversos tipos de asociaciones rurales. Una de las figuras más destacadas del 3er. FSM, el intelectual norteamericano Noam Chomsky, de tendencia anarquista, acaba de reconocer que el MST es hoy uno de los movimientos revolucionarios "más importantes del mundo". El dictador comunista de Cuba, Fidel Castro, ha elogiado al MST colocándolo como modelo de "movimiento de masas" latinoamericano. Y Fray Betto, "teólogo de la liberación" íntimo amigo de Castro y actual asesor del presidente Lula, de Brasil, dijo durante el 2o. FSM, en la conferencia "Mística y Revolución", que los 26 líderes nacionales del MST fueron "concientizados" en las llamadas "comunidades eclesiales de base". No en vano la ideología del MST es una mezcla de castrismo, guevarismo y "teología de la liberación". Al igual que en las ediciones anteriores del FSM, este año se hicieron presentes en Porto Alegre millares de militantes del MST, esta vez, encabezados por dos de sus dirigentes, Gilmar Mauro y Juan Pedro Stédile, quienes participaron respectivamente en dos importantes seminarios en el gimnasio de deportes "Gigantinho", donde fueron ovacionados por multitudes presentes. La conferencia de Mauro, más estructurada, puede resumirse en 3 conceptos: radicalidad, cabeza fría y mística. Radicalidad porque, según explicó, para que haya una auténtica reforma agraria se deben "alterar las actuales estructuras de poder", a través "de la lucha de clases", actuando "contra el sistema" basado en la "propiedad privada", "hasta su derrota". Destacó la necesidad de tener "cabeza fría", porque no se conseguirá "derrotar al enemigo" sólo con "media docena de fusiles y hoces", sino también con "millones de militantes organizados". "En la lucha de clases es preciso ser racional, para hacer análisis correctos", insistió. Note el lector que "cabeza fría" no significa moderación, sino un auge de radicalidad revolucionaria, donde la razón prima sobre la emoción. Se trata, como decía Lenin, de superar el mero izquierdismo emocional, por él considerado como una "enfermedad infantil" del comunismo. Por fin, Mauro destacó la necesidad de la "mística" para adquirir la "resistencia" necesaria, si fuera preciso durante un largo período, "sin marcar fechas en el calendario", teniendo bien claro que "las revoluciones no se hacen con discursos y sí actuando". Stédile, un ex seminarista quien ha declarado públicamente que el objetivo del MST es implantar "una sociedad socialista e igualitaria", condenó las "reformas agrarias de tipo capitalista, asistencialista" y la mentalidad "pequeño burguesa" de los campesinos que, al recibir "diez hectáreas de tierra" se transformarían en "esclavos de su ilusión". El dirigente del MST afirmó también que su movimiento "continuará regimentando pobres" para hacer invasiones de fincas y haciendas y puso como modelo ciertos proyectos de ocupación de tierras que se efectúan actualmente en la India. En Brasil, diversos observadores políticos han comentado las diferencias de estrategias entre el gobierno Lula, en apariencia más moderado, y el MST, con un perfil más radical, en torno de las velocidades para profundizar la reforma agraria. ¿En qué medida esas diferencias forman parte de un delicado juego político y en qué medida constituirán divergencias reales? Lo concreto es que mostrándose radical, el MST podrá servir para impulsar una política gubernamental de "ceder para no perder", en la cual los propietarios rurales serían inducidos a ir haciendo concesiones graduales en relación al derecho de propiedad privada y libre iniciativa, so pena de que el MST incendie el campo y ellos, por no querer ceder, terminen perdiéndolo todo. A pesar de la indiscutible peligrosidad política de sus dirigentes, con su ideología radical, su organización férrea y su masa de maniobra, que no es pequeña, el MST no es todopoderoso. Su talón de Aquiles tal vez esté entre una parte de sus propios seguidores, campesinos y pequeños agricultores que fueron atraídos por el MST con la promesa de ser, algún día, pequeños propietarios rurales. Campesinos que no quieren hacer una revolución social y que podrán dar las espaldas a sus actuales dirigentes si perciben que éstos no sólo los usan políticamente sino que los desprecian por tener una mentalidad "pequeño burguesa". MST: radicalidad, cabeza fría, místicapor Gonzalo GuimaraensEl intelectual anarquista Noam Chomsky, una de las principales figuras del 3er. Foro Social Mundial, reconoció que el MST es hoy uno de los movimientos revolucionarios "más importantes del mundo"El Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), uno de los más activos grupos de extrema izquierda de Brasil, punta de lanza de las agitaciones rurales en este vasto país sudamericano, integra el comité organizador del Foro Social Mundial de Porto Alegre y lidera la red internacional "Vía Campesina", un conjunto de 101 organizaciones con actuación en más de 40 países de las Américas, Europa, Asia y Africa. Fundado oficialmente en 1984, el MST actúa hoy en 23 de los 27 Estados de Brasil y, según sus dirigentes, articula 1 millón y medio de personas en torno de campamentos, cooperativas y diversos tipos de asociaciones rurales. Una de las figuras más destacadas del 3er. FSM, el intelectual norteamericano Noam Chomsky, de tendencia anarquista, acaba de reconocer que el MST es hoy uno de los movimientos revolucionarios "más importantes del mundo". El dictador comunista de Cuba, Fidel Castro, ha elogiado al MST colocándolo como modelo de "movimiento de masas" latinoamericano. Y Fray Betto, "teólogo de la liberación" íntimo amigo de Castro y actual asesor del presidente Lula, de Brasil, dijo durante el 2o. FSM, en la conferencia "Mística y Revolución", que los 26 líderes nacionales del MST fueron "concientizados" en las llamadas "comunidades eclesiales de base". No en vano la ideología del MST es una mezcla de castrismo, guevarismo y "teología de la liberación".Al igual que en las ediciones anteriores del FSM, este año se hicieron presentes en Porto Alegre millares de militantes del MST, esta vez, encabezados por dos de sus dirigentes, Gilmar Mauro y Juan Pedro Stédile, quienes participaron respectivamente en dos importantes seminarios en el gimnasio de deportes "Gigantinho", donde fueron ovacionados por multitudes presentes. La conferencia de Mauro, más estructurada, puede resumirse en 3 conceptos: radicalidad, cabeza fría y mística. Radicalidad porque, según explicó, para que haya una auténtica reforma agraria se deben "alterar las actuales estructuras de poder", a través "de la lucha de clases", actuando "contra el sistema" basado en la "propiedad privada", "hasta su derrota". Destacó la necesidad de tener "cabeza fría", porque no se conseguirá "derrotar al enemigo" sólo con "media docena de fusiles y hoces", sino también con "millones de militantes organizados". "En la lucha de clases es preciso ser racional, para hacer análisis correctos", insistió. Note el lector que "cabeza fría" no significa moderación, sino un auge de radicalidad revolucionaria, donde la razón prima sobre la emoción. Se trata, como decía Lenin, de superar el mero izquierdismo emocional, por él considerado como una "enfermedad infantil" del comunismo. Por fin, Mauro destacó la necesidad de la "mística" para adquirir la "resistencia" necesaria, si fuera preciso durante un largo período, "sin marcar fechas en el calendario", teniendo bien claro que "las revoluciones no se hacen con discursos y sí actuando".Stédile, un ex seminarista quien ha declarado públicamente que el objetivo del MST es implantar "una sociedad socialista e igualitaria", condenó las "reformas agrarias de tipo capitalista, asistencialista" y la mentalidad "pequeño burguesa" de los campesinos que, al recibir "diez hectáreas de tierra" se transformarían en "esclavos de su ilusión". El dirigente del MST afirmó también que su movimiento "continuará regimentando pobres" para hacer invasiones de fincas y haciendas y puso como modelo ciertos proyectos de ocupación de tierras que se efectúan actualmente en la India.En Brasil, diversos observadores políticos han comentado las diferencias de estrategias entre el gobierno Lula, en apariencia más moderado, y el MST, con un perfil más radical, en torno de las velocidades para profundizar la reforma agraria.¿En qué medida esas diferencias forman parte de un delicado juego político y en qué medida constituirán divergencias reales? Lo concreto es que mostrándose radical, el MST podrá servir para impulsar una política gubernamental de "ceder para no perder", en la cual los propietarios rurales serían inducidos a ir haciendo concesiones graduales en relación al derecho de propiedad privada y libre iniciativa, so pena de que el MST incendie el campo y ellos, por no querer ceder, terminen perdiéndolo todo.A pesar de la indiscutible peligrosidad política de sus dirigentes, con su ideología radical, su organización férrea y su masa de maniobra, que no es pequeña, el MST no es todopoderoso. Su talón de Aquiles tal vez esté entre una parte de sus propios seguidores, campesinos y pequeños agricultores que fueron atraídos por el MST con la promesa de ser, algún día, pequeños propietarios rurales. Campesinos que no quieren hacer una revolución social y que podrán dar las espaldas a sus actuales dirigentes si perciben que éstos no sólo los usan políticamente sino que los desprecian por tener una mentalidad "pequeño burguesa". FIN
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