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CUMBRE DEL MILENIO Y NACIONES CAUTIVAS:
BALANCE FAVORABLE DE VARIAS INICIATIVA
por Gonzalo Guimaraens
Analista político, experto en asuntos cubanos.
Un balance favorable, bajo diversos importantes aspectos, alcanzó la difusión
mundial a través de la Internet de la interpelación titulada "La Cumbre del
Milenio ante el comunismo: ¿como Poncio Pilatos?", dirigida al secretario
general de la ONU y a los mandatarios de los países libres que participaron
en dicha reunión.
Merecen destacarse tres de esos aspectos.
En primer lugar, de manera tal vez inédita, esta campaña consiguió unir en
torno de comunes objetivos a desterrados cubanos, chinos, vietnamitas,
coreanos y laosianos; a colombianos que sufren bajo el flagelo de guerrillas
procastristas; así como a amantes de la libertad en más de 40 países en los 5
continentes. Millares de mensajes electrónicos llovieron persistentemente
sobre las oficinas del secretario general de la ONU y de las representaciones
de numerosos países ante ese organismo internacional, durante casi dos
semanas previas al inicio de la Cumbre (cfr. DIARIO LAS AMÉRICAS, Sept. 3,
2000). El índice de respuestas favorables, considerado sobre el total de
mensajes distribuidos, alcanzó un porcentaje excelente según los
especialistas en "mass-mailing".
En segundo lugar, más allá de los expresivos resultados concretos, se
consiguió llamar la atención de vastos e influyentes sectores de opinión para
una situación tan bochornosa cuanto silenciada: la existencia, en el tercer
milenio que comienza, de 1.300 millones de seres humanos que continúan
esclavos de regímenes comunistas. Con la difusión masiva del manifiesto "La
Cumbre del Milenio ante el comunismo: ¿como Poncio Pilatos?" se ha
contribuido a abrir una brecha en el "muro de silencio" que hasta aquí ha
disimulado, vergonzosamente, tan grave problema. Esa brecha publicitaria
-dependiendo de la determinación, tenacidad y constancia con que se retome
este tema en el futuro- podrá beneficiar de manera substancial a la causa de
la libertad de Cuba y de las demás naciones cautivas. En los documentos de la
ONU no faltan palabras huecas e inconsistentes sobre el problema de la
carencia de libertad en el mundo; pero se omite cualquier referencia a los
sistemas comunistas, algo que está siendo indicado a justo título como una de
las mayores contradicciones de dicho organismo mundial.
En tercer lugar, en lo que dice respecto a Cuba, la difusión de la
interpelación a la Cumbre del Milenio -que incluyó entre sus destinatarios a
las redacciones de incontables periódicos y agencias de noticias; a entidades
ligadas a los derechos humanos; a autoridades civiles y eclesiásticas; a
cancillerías de países occidentales y a miembros de sus respectivos
congresos; etc.- sin duda contribuyó para que la prensa internacional,
siempre tan proclive a colocar en el centro de las atenciones a Fidel Castro,
fuese esta vez más cautelosa. También resultó sintomática la menguada agenda
de contactos bilaterales del dictador cubano con mandatarios presentes, con
políticos, con empresarios, etc. Así lo consignaron conceptuados analistas y
es lo que se pudo constatar directamente en la lectura de las crónicas de los
grandes periódicos norteamericanos sobre dicha asamblea.
Si en el "muro de silencio" en torno de 1.300 millones de esclavos del
comunismo se ha abierto una importante brecha, depende ahora de cada uno de
nosotros que ésta no sólo no se cierre, sino que continúe abriéndose más y
más.
Obviamente, de ninguna manera se podrían atribuir exclusivamente estos
resultados a la difusión de la interpelación "La Cumbre del Milenio ante el
comunismo: ¿como Poncio Pilatos?" Sería algo injusto y desmerecedor de otras
inteligentes iniciativas llevadas a cabo por desterrados cubanos, chinos,
etc., durante la referida asamblea. En ese sentido, destacamos la
manifestación frente al propio edificio de la ONU, a pocos metros del recinto
donde se encontraban los mandatarios de 130 países, de un representativo
grupo de mujeres cubanas exiliadas; así como la brillante conferencia de
prensa por ellas convocada en un hotel cercano. También es del caso mencionar
otras campañas efectuadas en estos mismos días, junto a las delegaciones
gubernamentales participantes en la Cumbre, en favor de conocidos presos
políticos cubanos como el Dr. Biscet, cuya vida corre serio riesgo en las
mazmorras castristas. Sin duda, fue el conjunto de esas acciones lo que
contribuyó para un resultado favorable y alentador.
Todo lo anterior debe constituir un factor de redoblado ánimo para los
desterrados cubanos, y de preparación para los nuevos lances publicitarios
que se aproximan. Con su reconocida determinación y valentía, el destierro
tiene la posibilidad de multiplicar por sí misma su capacidad de actuación
internacional.
FIN
Gonzalo Guimaraens
E-mail: GGuimaraens@altavista.net
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