Las reflexiones de Fidel y el futuro de Cuba por Ernesto F. Betancourt Para los que fuimos colaboradores de Fidel en su ascenso al poder es una gran satisfacción ver que antes de dejar este mundo ha tenido que encarar el fracaso de su régimen. Hubiera sido muy triste que muriera sin tener oportunidad de palpar su fracaso. Los que están alrededor de Fidel saben que el otrora máximo líder ya está de capa caída. Si no, ¿por qué han pasado sus reflexiones del Granma a Juventud Rebelde? ¿Es que creen esos idiotas que el mensaje de Fidel va a inspirar a las futuras generaciones? Cuba enfrenta una tremenda crisis económica. ¿Cuál es la causa? La excesiva centralización de toda la actividad económica a resultas del afán morboso de Fidel de concentrar en sus manos todo el poder económico. O sea, las medidas del Charlatán en Jefe. Hay mucha gente dentro del régimen que está consciente de que el pueblo está descontento con la escasez de todo, desde la comida hasta las medicinas y la electricidad, para no hablar de la vivienda y el transporte. No sabemos cuántos de ellos creen que siguiendo la línea de Hugo Chávez, como antes hicieron con la URSS, van a salir adelante. Porque Hugo a quien dice seguir es a Fidel. El socotroco de Hugo, aparte de decir insultos para congraciarse con las clases más bajas de la sociedad venezolana, no ha sido capaz de ofrecer una sola idea nueva, sino aspira a imitar el desastre cubano. Ahora resulta que la popularidad de Hugo ha caído en picada cuando complicó su situación ante la opinión pública de su país. A la confiscación de Radio Caracas TV, ha agregado la pretensión de modificar la constitución para reelegirse indefinidamente. Estas dos características, el monopolio informativo y la eternidad en el poder, son sacadas del régimen impuesto por su padre intelectual Fidel. Pero una encuesta reciente de la opinión pública venezolana reveló que un 85 por ciento no desea la instalación en su patria de un régimen como el cubano. Esto es doblemente doloroso para el otrora máximo líder en su ocaso. Una, porque revela que la percepción del fracaso de lo que hizo en Cuba ha trascendido las fronteras del país y, otra, porque esa imagen negativa pone en peligro la supervivencia del pobre diablo de quien ha pasado a depender financieramente como hiciera antes de sus amos soviéticos. Nada, el que nace para testaferro de déspotas no tiene futuro como líder independentista. No en balde, en sus reflexiones, Fidel se concentra en el único tema que todavía no se le ha agotado: el antiamericanismo. Para su desencanto, las revelaciones que hizo la CIA eran de documentos de la época de Kennedy. El quería que revelaran que Bush había dado órdenes de asesinarlo. Lo cual no es posible, porque no las hay. Al igual que Chávez, que sueña con una agresión americana estilo Bahía de Cochinos, las reflexiones de Fidel, en ausencia de temas realmente relevantes, han caído en las boberías más absurdas. Porque en el estado de dispersión intelectual que lo agobia, Fidel no puede generar nuevas ideas, sólo reiterar las ideas comunistas que han fracasado. Por eso no puede ofrecer nada relevante a la reforma inevitable que sólo espera por su muerte. Puede que, al tratarse de cuentos de camino, los jerarcas del Partido hayan decidido es mejor poner las reflexiones de Fidel en el períódico Juventud Rebelde, en vez de sólo en el Granma, monótono y aburrido Organo Oficial del Comité Central del Partido. No les extrañe que, antes de mucho, las reflexiones acaben en una sección de muñequitos, como un innovador medio de comunicación revolucionaria.
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