Fidel, como chacumbele, el mismito se mató

Por Ernesto F. Betancourt


¡Qué ironía de la historia! Ahora resulta que, de acuerdo con lo que dice El País, de Madrid, Fidel fue quien decidió el tratamiento que lo ha puesto al borde de la tumba. Eso es algo que hace justicia a quien ha arruinado a Cuba, negándole de paso toda libertad a su pueblo. Así que, que sufra las consecuencias de sus propios errores. Yo lo prefiero a una solución como el juicio de Hussein y su muerte en la horca.

De paso, en su editorial sobre el tema, El País dice que la medicina cubana quedó muy mal y que el mito de la llamada potencia médica mundial ha sido destruido por el hecho de que en el momento crítico tuvieron que acudir al médico español. Por su parte, el médico sigue insistiendo en que él no es la fuente de la información detallada sobre el estado grave, digamos gravísimo, del máximo líder. Pero los reporteros del periódico El País han revelado que la fuente para sus artículos han sido los informes técnicos que hizo dicho médico sobre su viaje relámpago a Cuba, de acuerdo con las normas establecidas en el Hospital Gregorio Marañón.

Como ha sido su práctica a lo largo de los años, Fidel es siempre quien toma todas las decisiones; para algo es el sabelotodo en jefe. Así fue como hundió la industria ganadera y ahora la azucarera. Así fue como arruinó las plantas eléctricas con la corrosión, usando el petróleo cargado de azufre de los pozos cubanos, y ahora hace un remiendo que los ingenieros de la compañía de electricidad han cuestionado. Siempre le ha echado la culpa a alguien y, como en Cuba, nadie tiene la oportunidad de responder, los culpados se quedan con la culpa y el pueblo es el que paga los platos rotos. Pero, en este caso, ha sido el mismo Fidel quien ha pagado los platos rotos.

Su altísima sabiduría decidió escoger un tratamiento sobre otro para solucionar el problema de hemorragia intestinal que presentaba. Parece no quería andar a cuestas con la bolsita de heces fecales que le obligaría a tener el otro tratamiento. Estoy seguro que los médicos no pudieron interferir con las decisiones del Máximo. Esto produjo las peritonitis que ha sufrido--tres--porque parece que no cicatrizaba bien. La última vez que hizo crisis, en diciembre, fue cuando Raúl decidió mandar a buscar al médico español. Siendo comunista y amigo de la familia, Raúl esperaba que el médico español mantuviera discreción, de acuerdo con la política de secreto de estado establecida sobre la salud de Fidel. Y, hay que reconocer que el médico ha tratado por todos los medios de cumplir sus compromisos partidistas. Pero, parece que en el hospital hay gente que no comparte su sentido de disciplina partidista y le hizo llegar a los periodistas de El País los informes que, de acuerdo con las reglas del hospital, tenía que elevar. Traviesa que es cierta gente.

Conste que El País, de Madrid, es un periódico de izquierda. Responde a la línea socialista. Asi que no hay base para los ataques que le han hecho los medios controlados por el régimen. Lo que pasa es que, como periódico dentro de una sociedad libre, comparte el compromiso con la libertad que prevalece en España.

Ahora que Fidel, como Chacumbele, él mismito se mató, esperemos que pronto ese mismo espíritu de libertad prevalezca en Cuba. Porque, a pesar de Hugo, Evo, Rafael y Daniel, la historia no lo absolverá, ni a él, ni al envilecido régimen moral y material que ha implantado en Cuba. Espero que, en su agonía, medite sobre esto.


Diario Las Americas
Publicado el 01-23-2007



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