Fidel fuera del juego

por Ernesto F. Betancourt


NOTA:

No importa las vueltas que le dé la propaganda castrista, la era de Fidel se acabó. No me impora sI camina o se arrastra, el hecho cierto es que ya ni puede comunicarse. Si no, al menos lo hubieran presentado desde su cama en el hospital.

El hermano le dejó el foro de Santiago de Cuba a su más peligroso rival, Ramirito, y éste le pago llamándolo cancerbero. La lucha interna se hará más feroz según avance la desintegración del Máximo. Es muy interesante cómo han iniciado una campaña mundial para que EEUU ofrexca negociar con Raúl. Hoy salió una columna de Eugene Robinson en el Washington Post planteando eso. Pero ha hecho muy bien la administración en plantear que primero Raúl tiene que negociar con el pueblo cubano. El pueblo cubano es el soberano. !Qué ironía que sea el Departamento de Estado el que tenga que recordárselo a Raulito!

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En su discurso, dos días después, Raúl no se molestó en hacer una sola referencia a los cambios a que aspiran los cubanos. Se limitó, antes de hacer desfilar la obsoleta chatarra militar de las FAR, a hacer comentarios derogatorios sobre la política exterior de EEUU, y a ofrecer negociar la rendición de Bush, ahora que ganaron los demócratas

El homenaje que la Fundación Guayasamín montara para el medio muerto Fidel ha sido desastroso. Para empezar, sólo vinieron personajes políticos de segunda línea como Rodrigo Borja, expresidente de Ecuador, René Preval, expresidente de Haití, y Daniel Ortega, presidente electo de Nicaragua. Ni Lula, ni Kirchner, ni la Bachelet se molestaron en asistir. Evo Morales, camino de la expresidencia de Bolivia, es el único presidente en funciones que asistió a los festejos. Chávez estaba muy ocupado con su reelección--que logró--para distraerse con una visita a ver, lo que él mismo llamó, el jonrón de la reaparición de Fidel. Sólo, que Fidel, siguiendo el consejo de sus familiares y ante la realidad de su deterioro físico, no apareció en ninguna de las ceremonias.

El heredero del trono feudal castrista, el hermanísimo Raúl, al fin se molestó en honrar con su presencia el último evento organizado por la Fundación Guayasamín, además del desfile militar. Después del desaire de no ir a la sesión de apertura en el teatro Karl Marx, pero sí asistir ese mismo día al homenaje al canta-autor Silvio Rodríguez, su asistencia era indispensable para evitar una ofensa mayor a los invitados extranjeros. El líder Talibán, Pérez Roque, debe haber estado desesperado. Sin poder presentar ni una momia de Fidel, estos groseros desaires de Raúl erodaban aún más la débil posición exterior cubana, como demostró el fracaso que tuvo Chávez en Naciones Unidas a pesar del apoyo de los No Alineados presididos por Cuba.

Por su parte, Lage fue al aeropuerto a recibir a Evo. Se rumora que a Fidel no lo dejan hablar porque está incoherente. Pobre Evo, vino a buscar asesoramiento para salir del tremendo lío en que se ha metido en Bolivia y se encuentra conque su “abuelito”, como le dice él, está incoherente. ¿Qué desilusión? Ante esa cruel realidad, Lage declaró que hay Fidel para rato. Tranquilos. Es una expresión de lo que ansía Lage, no de lo que va a pasar. En ausencia de Fidel, todos, no tan sólo Evo y Hugo, se sienten huérfanos.

En lo interno, hay que ver lo que dijo Ramirito en su discurso en Santiago de Cuba, aparte de llamar a Raúl “cancerbero de la Revolución.” De nuevo reiteró la continuidad del régimen comunista. Eso, en momentos en que el cubano de a pie lo que quiere es que se resuelvan los problemas prácticos que confronta de falta de todo. Lo cual se debe precisamente al fracaso del régimen comunista que heredan de Fidel. En lo externo, Ramirito apeló al antiamericanismo estéril. En su discurso, dos días después, Raúl no se molestó en hacer una sola referencia a los cambios a que aspiran los cubanos. Se limitó, antes de hacer desfilar la obsoleta chatarra militar de las FAR, a hacer comentarios derogatorios sobre la política exterior de EEUU, y a ofrecer negociar la rendición de Bush, ahora que ganaron los demócratas. Esta gente está osificada. No ofrecen ningún futuro. Al contrario. Viven en el pasado, que trajo el fracaso presente.

Al mismo tiempo, han montado una clara ofensiva propagandística. El llamado Arco Progresista (AP) entregó a la Sección de Intereses un pedido al Congreso demócrata para que cambie la política exterior respecto a Cuba. Parece no saben que, por mandato constitucional, la política exterior de Estados Unidos es responsabilidad del Presidente y no del Congreso. El Nuevo Herald, confirmando que está infiltrado por la inteligencia cubana, lanzó otro ataque a Radio Martí. Phil Peters, desde el Lexington Institute, y Julia Sweig, desde el Council on Foreign Relations, siguen su propaganda pro-régimen. Olvídense. Con Fidel fuera del juego, el castrismo llega a su fin.


Diario Las Americas Publicado el 12-05-2006

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