Nota del AutorParece que la información sobre la precaria salud de Fidel está precipitando decisiones en otras áreas altamente importantes para el futuro de Cuba. Una de ellas es las relaciones con la banca internacional. Los suizos son muy buenos banqueros y eso se debe a que reconocen riesgos no financieros. Cuba hoy implica un alto riesgo. __________________________________________________________________________ La muerte de Fidel y los bancos suizos por Ernesto F. Betancourt Los mayores bancos suizos, UBS y Credit Suisse, anunciaron que cesaban todas sus transacciones con Cuba. Razón: Cuba es un país ¨sensible¨, ha caído en la misma categoría que Irán, Birmania, Sudán y Corea del Norte. Cuba es un paria financiero. Los banqueros suizos saben leer entre líneas. Hace rato que la Tesorería de los Estados Unidos ha tomado medidas para limitar las criminales actividades financieras cubanas. Sólo después de que se ha revelado la irreversible muerte de Fidel es que estos corajudos banqueros se han decidido a actuar. Tremendo lío le dejará Fidel al hermanito. Sólo sé de UBS, pero la historia de Credit Suisse debe ser similar. Si recuerdan, cuando lo de Irak, cientos de millones fueron encontrados en fajos de billetes de cien dólares en los palacios de Saddam Hussein. El Banco de la Reserva Federal de Nueva York, entidad responsable por el canje mundial de billetes viejos de dólar por nuevos, investigó. Uno de los bancos internacionales responsables de esos canjes era el UBS de Zurich. En violación del contrato que había firmado, UBS había hecho canjes con países sujetos a sanciones por $4,491 millones de dólares. Por siete años, UBS falsificó sus reportes mensuales a la Reserva Federal sobre Cuba. Además, no hizo canjes sino aceptaba depósitos a cuentas, todavía no reveladas, del Banco Nacional de Cuba. El contrato fue cancelado y UBS pagó una multa de $100 millones. En Mayo del 2004 hubo unas audiencias en el Comité de Finanzas del Senado. La Reserva Federal quería cerrar el asunto del UBS con la multa y la cancelación del contrato. Su informe solo mencionaba la cifra global, $4,491millones, sin desglose. Pero Cuba era responsable por $3,900 millones, o sea, el noventa por ciento. La Oficina de Control de Activos Financieras (OFAC), responsable de hacer cumplir el embargo, se limitó a informar que, al no recibir informes por siete años, no había podido hacer nada. Por suerte, estos hechos coincidieron con momentos en que la administración Bush había decidido fortalecer el cumplimiento del embargo en materia financiera. Además, los cubanoamericanos contábamos con una activa representación congresional, en especial la congresista Ileana Ros-Lehtinen. Estos dos factores convergentes resultaron en que el 22 de Octubre del 2004, el GAFI con sede en París, grupo internacional creado para vigilar el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, emitió su Resolución IX, regulando el control que deben ejercer los bancos internacionales sobre los depósitos en efectivo. Tres días después, el Banco Nacional de Cuba emitió las disposiciones rehusando aceptar dólares en efectivo y poniendo recargos a las remesas. A Fidel se le terminó el negocio de depositarle billetes de dólar, que es la esencia del lavado de dinero, a sus compinches de los carteles de drogas mexicanos y colombianos. Como los carteles pagan una comisión de 25 a 28 por ciento por esos canjes, Fidel dejó de percibir cientos de millones de dólares anuales. Esto, Fidel lo llamó restaurar ¨la soberanía monetaria¨. Vaya usted a ver lo que eso quiere decir. De acuerdo con la ley, en el caso de Cuba, pudiera ser factible congelar los fondos de esas cuentas. Eso es lo que plantea la Congresista Ros-Lehtinen. Con Fidel al borde de la muerte, si estos fondos fueran congelados, un régimen post-Castro pudiera tener acceso a una cuantiosa reserva monetaria. Esos deben ser los ¨costos demasiado altos de vigilar las reglas financieras y legales¨ que mencionaron los voceros de UBS para justificar el cese de servicios financieros a Cuba.
Diario Las Americas
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